Cena de Navidad de la TerSa 2007

Por cuarto año consecutivo la Tertulia Fantástica de Santander (TerSa) celebra su cena de Navidad. Será el sábado 22 a las 23:00 en el Tagliatella, restaurante italiano situado en la calle Vargas. Antes, como también es habitual, nos reuniremos sobre las 20:30 en el Naroba para hacer una tertulia extraordinaria en honor de los amigos que nos visitarán desde el País Vasco, Asturias o Madrid y que incluyen algunos de nuestros hijos pródigos que no tocan la tierruca todo lo que nos gustaría. En total cerca de 40 personas que seguro lo pasan igual bien como en años precedentes (fotos de 2004, crónica de 2005)

Vistazo general de la cena de 2006


Cuando termine la cena haremos el habitual intercambio de regalos entre aquellos que hayan decidido participar. Novedades literarias debidamente envueltas que esta vez repartiremos, si no hay cambios de última hora, de una manera más tradicional; un montoncito en una mesa y recogida uno por uno siguiendo la posición que ocupemos en la mesa. Un método más soso que en ediciones previas (un dado primero y después unas cartas del tarot) que, personalmente, me evitará el ridículo del año pasado en el que por no querer tararear la marcha imperial iba perdiendo los libros que me habían «tocado», para gozo del público (como se puede ver en la foto).

Servidor perdiendo Asfixia mientras Paula no quiere ni mirar.

Después, con el Xilox cerrado (el local al que hemos ido después de las dos últimas cenas de Navidad y la megatertulia de la Septentrión), seguramente nos acerquemos hasta la antigua Tetería, ahora kookaramaka, kukaramanga o algo así, para tomarnos unos mojitos, jugar al billar, a los dardos, a algún juego de cartas (por aquí continúa haciendo furor el Bang) y, sobre todo, continuar con la conversación. Hasta es posible que Jean Mallart nos deleite con sus grandes éxitos, incluyendo su hit chanante «Hijo de puta más«, que casi calca del original.

Juan cantando para mantener su La Máquina Diferencial

Además este año, para enriquecer la experiencia gastronómica y fomentar la hermandad, hemos endurecido un poco más el tradicional maratón de comidas y cenas navideñas. Quien así lo desee, puede contribuir a engrosar su figura con algún kilito más metiéndose entre pecho y espalda un cocidito lebaniego el sábado al mediodía, que con el frío del recién estrenado invierno sienta a la perfección (hay tiempo para bajarlo hasta la hora de la cena), y un cocido montañés el domingo a mediodía en alguna zona de la región todavía por concretar. Sobre esto último la mejor manera de informarse es visitar nuestra lista de correo.

Y nada. Si alguien quiere pasarse por aquí a participar algún año, o venir a alguna tertulia, sólo tiene que ponerse en contacto con nosotros. Le podemos asegurar que pasará una jornada en buena compañía.

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