Añorando a Clarke

Cita con RamaMucho se ha hablado durante la última semana y media de Arthur C. Clarke, cómo cautivó a varias generaciones de jóvenes (y no tan jóvenes) lectores, cuáles fueron sus obras más destacadas y cómo su genio se impuso a las limitaciones que tenía como escritor. No creo que vaya a aportar nada nuevo, así que recupero la sección Sospechosos habituales para apuntar hacia varios textos que se han escrito sobre él. Para comenzar, cuatro semblanzas sobre su figura: la primera centrada en el descubrimiento de Clarke en la niñez y la visión cambiante según se evoluciona como lector, la segunda y la tercera a través de los temas que van apareciendo en su obra y la cuarta mediante el icono por el que todo el mundo lo conoce: 2001.

Un acercamiento más profundo que funde estas vías lo realiza César Mallorquí en «1-4-9» (La Fraternidad de Babel), cuya conclusión resume el motivo por el que merece la pena sumergirse en la obra de Clarke y por qué no ha sido uno más:

En resumen, Clarke no era ni mucho menos un buen prosista ni un gran narrador, pero en sus mejores momentos conseguía transmitir al lector con sorprendente habilidad lo que, sin duda, constituía la esencia de su literatura: el misterio. Nadie como él nos ha mostrado con tanta intensidad el misterio del universo, y sólo por eso vale la pena derramar una lágrima por su pérdida.

En Magonia le han dedicado algunas entradas enfocadas desde el tema central que articula esta bitácora: la crítica con el mundo de lo paranormal. Por ejemplo, en ésta se retrata su relación con lo «inexplicable», y en esta otra se puede catar lévemente su sentido del humor.

Por último, en El País Fernando Savater ha escrito «Las arenas de marte«, un sentido obituario en el que deja patente su pasión por Clarke y por esa narrativa a menudo menospreciada por el mundo de la Gran Literatura que es la ciencia ficción. A la que se la puede y debe dar caña cuando lo merece, pero que también nos ha dejado (y deja) obras que merece la pena leer como El fin de la infancia, Cita con Rama, «Cita con medusa», «A la caída de la noche» o «La estrella». Porque:

Lo más hermoso de la literatura es que constituye una farmacia donde hay remedios para todos nuestros males (salvo la muerte) y tónicos de todo tipo e intensidad. Sólo los pedantes desdeñan a la humilde aspirina porque no cura el cáncer… Arthur C. Clarke fabricó algunas pócimas para esa dolencia extraña, la nostalgia del porvenir. Y quienes hemos recurrido más de una vez a ellas no queremos despedirle sin que le acompañe nuestra gratitud.

‘nuff said

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3 respuestas a Añorando a Clarke

  1. Para mí, el homanaje más grande al maestro está en esta noticia.

    fuente: [url=http://barrapunto.com/articles/08/03/28/124227.shtml]barrapunto[/url]

    «El pasado 19 de marzo el satélite Swift observó GRB-080319B, la mayor explosión jamas detectada (noticia original de la NASA). El evento, un estallido de rayos gamma a 7500 millones de años luz de distancia, generó un destello de luz visible tan potente que podía observarse a simple vista; esto lo convierte en el evento mas lejano visible a simple vista jamas observado. El estallido se produjo unas horas antes de la muerte de Arthur C. Clarke, lo que ha animado a un blogger a proponer que este fenómeno se bautice con el nombre de «Evento Clarke». Como dato curioso, el 19 de marzo fue un día especial: normalmente el satélite Swift detecta dos estallidos gamma a la semana, pero ese día detectó cuatro, incluido el mencionado en este artículo. Parece como si el Universo hubiese querido rendir su propio homenaje al mítico escritor.»

    Larga travesía al creador del relato «The star»…

    🙁

  2. Fran dijo:

    La verdad es que Savater podía haber dejado lo del manido desdén hacia la CF para otra ocasión.

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