Siguiendo con recientes lanzamientos editoriales que están pasando bastante (por no decir absolutamente) desapercibidos y debieran generar más atención, tanto por lo que contienen como por lo que implican, me centro ahora en los dos volúmenes recopilados por Berenice en su colección El Nogal Negro que contienen la narrativa breve «completa» de Rodolfo Martínez: Callejones sin salida (cuentos de ciencia ficción) y Laberinto de espejos (cuentos de fantasía y, como le gusta decir a Martínez, fantasía oscura). Escribo lo de completa entre comillas porque, con un criterio que me parece la mar de acertado, el autor ha decidido prescindir de una serie de obras iniciáticas que, por su calidad, no merecían una reedición. Aunque saber que el título de uno es «El chico de la moto es el rey» tira mucho.
Esto de publicar narrativa breve completa es algo habitual. Incluso ha habido autores surgidos del fandom que han tenido sus respectivas publicaciones en este sentido; sin ir muy lejos tenemos por ahí libros que se aproximan a esta condición con autores como César Mallorquí, León Arsenal o Rafael Marín. No obstante, atendiendo a criterios de profesionalidad, distribución, completitud y relevancia, olvidándonos de El círculo de Jericó, la iniciativa de Berenice es la que, en mi humilde opinión, mejor se aproxima al ideal de unas obras completas, con un esfuerzo tras ella que se puede tildar de magnífico.
Ambos volúmenes tienen un handicap severo: su precio. Callejones se va a los 20 € (283 páginas) y Laberinto a los 17 € (192 páginas). Sin embargo en este detalle influyen aspectos a tener en cuenta como el que estemos ante la labor de una editorial (muy) pequeña que no tiene detrás un éxito de ventas que mantenga el resto de la línea, o el riesgo que supone publicar libros de relatos de un autor que, lamentablemente, a pesar de su premio Minotauro, sólo es conocido entre los aficionados al género. Además la calidad de la edición, salvando las portadas (lo siento, la de Callejones me parece horrible), está cuidada al máximo. El papel es bueno, el tamaño de letra aceptable, las erratas brillan por su ausencia, en el segundo volumen se incluyen los poemas escritos por el autor, éste ha escrito un epílogo comentando el material seleccionado,… Sólo se echan en falta unas tapas duras como las que gozan otros productos de la casa (Cero absoluto)
Además por lo que llevo leído (y releído) el material recopilado es bueno. Cierto que son unas obras completas y hay un poco de todo, pero hasta en las muestras más bisoñas como los cuentos que forman la secuencia Horizonte de sucesos tienen mucho que ofrecer al lector. Estas narraciones breves, de entre seis y ocho páginas, me han sorprendido porque a pesar de su ligereza solventan con gracia la papeleta de hacer ciencia ficción hard en españa. Y hay material como «El jinete solitario» que sigue conservando intacta toda su potencia.
Retornando a los otros autores que han visto recopilados la mayoría de sus cuentos en un volumen, y entrando ya en el cierre lacrimógenodemagógico propio de esta serie de entradas, la suerte de los tres nombres citados anteriormente ha sido triste. Por poner el ejemplo más sangrante (aunque lo de Rafa Marín con Pulp tiene delito), hoy en día César Mallorquí es loado por cualquier foro de ciencia ficción que se precie como tal, pero en su momento El círculo de Jericó pasó tan desapercibido que se olvidaron de él a la hora de repartir los premios Ignotus y fue recientemente (casi diez años después) saldado en cantidades industriales.
Sin considerar lo que pueda ocurrir con los lectores de fuera (chicos, el aburreovejas es un producto del fandom, por el fandom y para el fandom), al final los lectores de unos géneros como los nuestros, y por extensión los propios géneros, se miden por las iniciativas que deciden apoyar con sus compras. Esperemos que en estos años hayamos mejorado algo y esta obra completa tenga mejor suerte y nos permita que otros autores gocen de estos volúmenes. Porque sino un servidor se va a quedar sin ver en sus estanterías unos cuentos completos de José Antonio Cotrina (no se llamará Cotrinomicón, pero el título mola mazo), Ramón Muñoz, Eduardo Vaqueizo,… Y me lo voy a tomar muy mal.
Siempre he dicho que Angel Torres merece una recopilación de sus muchos (y divertidos) relatos. Pero nadie parece estar por la labor (ni él mismo).
Lo de Pulp, sí, es sangrante y sigue abierto. Te olvidas de otra antología: La sed de las panteras, donde están mis otros relatos fantásticos-no-de-cf-y-comprensibles-por-la-gente-de-fuera.
Pues sí, es una pena que esté pasando un tanto desaparecibida esta magnífica iniciativa. Yo estoy disfrutando mucho leyendo sus relatos. En la presentación lo describen como el Asimov español, aunque creo que tiene elementos muy diferenciados respecto a este escritor. Por ejemplo, su tratamiento del cyberpunk.
rm -> Cierto, se me olvidó «La sed de las panteras».
Lo de tus relatos es doblemente jodido. Estando por ahí las ediciones piratas de Ultramar (el año pasado todavía estaban en la feria del libro antiguo de Santander) y de Pulp va a ser complicado tener una edición tan potita como la de Rodolfo.
yarhel -> A mi lo que me ha sorprendido es el uso de la primera persona. Hasta ahora no me había dado cuenta que casi toda la narrativa que ha escrito está desarrollada así. Le da un plus de intensidad a la historia y está utilizada con mucha habilidad, como el recurso del flashback.
Hola,
yo no me atrevería a definir a Berenice como una editorial (muy) pequeña. Ni siquiera pequeña. Editorial Berenice forma parte de un conglomerado de editoriales, unas más pequeñas y otras más grandes, entre las que destaca, por poner un ejemplo notable, Plurabelle (www.plurabelle.es), una de las más importantes editoriales de poesía y similares que hay en España.