Perturbaciones

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Perturbaciones

Perturbaciones es una antología que reúne a los autores más representativos que cultivan la literatura fantástica en España. Jacinto Muñoz Rengel ha seleccionado un cuento o varios microrrelatos de cada escritor, textos representativos de sus respectivas obras que, además, tocan alguno de los temas fundamentales del fantástico literario. El doble, el escenario onírico, la extraña presencia, el pacto mefistofélico, el viaje a otra época u otra realidad, el demonio interior… son los lugares comunes por los que atravesamos en esta panorámica de un paisaje en ebullición, tan necesaria como globalmente satisfactoria.

Abre la antología un breve ensayo que glosa las fronteras académicas del fantástico, delimitándolo frente al terror, el surrealismo o lo maravilloso, que me parece de recomendable lectura para el neófito. A su conclusión Muñoz Rengel clasifica a los autores que ha seleccionado en tres generaciones. En la primera figuran los nombres que más tiempo llevan cultivándolo, capitaneados por José María Merino o Cristina Fernández Cubas, mientras que en la segunda aparecen otros escritores brillantes como Fernando Iwasaki o Elia Barceló. Más debate pueden generar los nombres elegidos como representantes de la tercera, la más reciente, que arranca con David Roas y Félix J. Palma. Dada la juventud de muchos de ellos, con apenas un par de libros a sus espaldas y no siempre en editoriales conocidas, no existe un canon establecido y es donde cobra auténtico sentido la labor del seleccionador. En este caso un explorador destinado a separar el grano de la paja o, al menos, señalar los frutos más apetitosos entre los jóvenes frutales. Es esta última parte de Perturbaciones la que más debate puede suscitar, aunque me temo que no en este blog porque no me veo capaz de apuntar olvidos o poner en solfa lo que he leído.

Otro tema sujeto a (una limitada) polémica son los relatos elegidos. Por ejemplo me ha parecido cuestionable que de la ingente obra de José María Merino se haya seleccionado «Los libros vacíos». Quizás adecuado para abrir Perturbaciones por el insidioso juego metaliterio que plantea a partir de la situación que ha atravesado el fantástico entre la crítica española durante décadas, pero menos logrado que varias piezas de sus colecciones más conocidas, caso de Cuentos del reino secreto o Cuentos de los días raros. Pero esa es la tarea del seleccionador: incluir/excluir y trazar un territorio común gracias al heterogéneo material de partida.

He disfrutado mucho de los escacharrantes microrrelatos religiosos de Juan Pedro Aparicio; del crepuscular ejercicio de añoranza del mar, la juventud, el pasado… de Norberto Luis Romero; de la lenta transformación que sufre la protagonista del subversivo cuento de Cristina Fernández Cubas; de las perversas microficciones de Fernando Iwasaki; del agrio y onírico relato de Miguel Ángel Muñoz;… Obras todas ellas que, aparte de ofrecer un vistazo a lo que se ha escrito en los últimos años, animan a leer más material de sus autores

Entre las que me son más cercanas, agradezco la inclusión de «Venco a la molinera» de Félix J. Palma, aunque me ocurre lo mismo que con el relato de Merino. Es una buena muestra de cómo se acerca Palma al fantástico pero carece de la mordiente de otros relatos recogidos en Los arácnidos, o piezas «sueltas» como “Margabarismos” o el genial “Bibelot”. Y aunque no me parezca el mejor que le he leído a Elia Barceló, «La obsesión de la alimaña» es muy representativo de su obra: sin ser una historia de amor total que rompe la barrera del tiempo mantiene un divertido diálogo entre épocas diferentes.

La antología fue motivo de una intensa polémica en El lamento de Portnoy después de aparecer una reflexión bastante ácida en la que se daba una visión descarnada, tachando a gran parte de la selección de rancia, conformista, tradicional… Recomiendo su lectura porque, en parte, estoy de acuerdo con esa idea. Cuentos como «Los palafitos» de Ángel Olgoso, «El espíritu del griego», de Manuel Moyano, «Roger Lévy y sus reflejos», de Ignacio Ferrando… parecen más propios del fantástico de hace un siglo, mientras que otros relatos, caso del inédito «Paso a paso hacia el final del día» de Jon Bilbao, resultan romos, supérfluos, vanales… Sin embargo, con sus irregularidades y debes, por otro lado algo habitual en una antología generacional, Perturbaciones es el mejor termómetro para tomar la temperatura al fantástico que se cultiva en España. Excelente la iniciativa de Salto de Página, con una edición muy cuidada y con personalidad. Una imagen donde la mayoría de las editoriales de género deberían mirarse.

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