La música de los números primos

La música de los números primos

La música de los números primos

No me interesaba por un libro de divulgación centrado en las Matemáticas desde que estudiaba Físicas, de ahí que me haya sorprendido encontrar uno publicado en una editorial a priori tan alejada de las ciencias «duras» como Acantilado. Quizás por eso lo compré y, una vez leído, aprecio el por qué de su aparición en dicha editorial.

En La música de los números primos el matemático Marcus du Sautoy hace un repaso histórico a cómo se han producido los diferentes descubrimientos sobre los números primos desde Euclides hasta nuestros días, aunque la mayor parte del libro pivota sobre la conjetura de Riemann. La función que ideó para calcular cuántos números primos hay menores que un número dado y cuya demostración ha capitalizado la atención de la Matemática de los últimos 150 años. Con esa finalidad, Sautoy hila las aportaciones de los matemáticos que han contribuido a mejorar el conocimiento que tenemos de los conocidos como átomos de la Matemática, trazando además una semblanza que toca las vicisitudes personales de sus vidas.

Fermat, Euler, Gauss, Hardy… El enfoque de Sautoy es, a priori, el ideal para el lego. Prescinde de la mayor parte de la formulación matemática, una barrera para los no versados en ella, e intenta, con imágenes la mayoría de las veces muy asequibles, arrojar luz sobre los resultados que fueron consiguiendo. El problema que plantea este acercamiento radica en que, llegado cierto punto, los avances son de una «extrañeza» tal que, al final, se tiene que conformar con resumir el avance en unas pocas líneas. Circunstancia que no mengua el interés pero deja con un sentimiento de estar leyendo lo mismo demasiadas veces.

Para mi lo más interesante de La música de los números primos está en su último tecio cuando, a partir de Alan Mathison Turing, se trata la conexión entre los números primos y la informática. Una relación que, si bien ha quitado una cierta belleza a la matemática, ha cristalizado en logros como el sistema para cifrar el comercio a través de internet; un método sin el cual su desarrollo estaría muy lejos del estado actual. Y, también, cómo la búsqueda del orden en su secuencia nos ha conducido por los extraños caminos de la probabilidad y el caos a través de la física cuántica. Cómo la distribución de los ceros de la función de Riemann coinciden con la distribución de los niveles energéticos de los átomos más pesado. Un vínculo que revela hasta qué punto la matemática más avanzada y, aparentemente, alejada de nuestra realidad termina teniendo relación con ella.

Además, toca otros aspectos fundamentales como los problemas que propuso Hilbert en el Congreso Internacional de Matemáticos de 1900 o los teoremos de incompletitud formulados por Kurt Gödel, lo que redondea la sensación de estar ante un libro de divulgación muy recomendable para introducirse en el corazón de la matemática moderna. Un poco caro (casi 30 euros por 500 páginas en rústica), pero con la habitual calidad en la edición de la casa.

Sí, ahora entiendo por qué apareció en Acantilado.

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2 respuestas a La música de los números primos

  1. vanjav dijo:

    Los números pueden tener encanto hasta para los de letras, sobre todo, si el enfoque es ameno. Lo que se me atraganta es el precio, si pretende ser una obra divulgativa, para legos en Ciencias exactas.

  2. may dijo:

    Me lo estoy leyendo y me encanta, aunque solo llevo los dos primeros tercios: me falta ese tercero que dices que te ha parecido más interesante. Yo estudié letras y, si bien me gustaban las matemáticas, había olvidado casi todo. Es cierto que las explicaciones se van simplificando a medida que avanza y yo, personalmente, lo agradezco, aunque haya disfrutado haciendo el esfuerzo de intentar entender las explicaciones de los primeros capítulos. Si llegado un punto el autor no hubiera empezado a simplificar, veo difícil que hubiera podido llegar tan lejos. Y creo que está valiendo la pena. El libro está muy bien escrito, y con humor, sabe mantener el interés para personas como yo que no tienen apenas idea de matemáticas y despierta el gusanillo de desempolvar los libros de la escuela, además la curiosidad y la admiración por quienes se dedican a los números. Para mí está siendo todo un descubrimiento…

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