Hace un par de semanas vi Zeitgeist, un documental que creó bastante controversia en la red (soporte para el que fue creado) hace un año y que recomiendo desde ya a todo el que no lo conozca. No tanto por lo que cuenta, que también, como por la tremenda manipulación a la que nos somete y las reflexiones que propicia. Lejos de terminar tras el último fotograma o un par de horas después de su visionado, continúa en la cabeza de muy variadas maneras.
Dividido en tres partes, en su primera expone las semejanzas entre el cristianismo y las religiones anteriores. Incide en cómo durante los siglos en que tomó forma se apropió de toda una serie de historias, ritos, representaciones, tradiciones… que forjaron la visión mítica sobre la figura de Jesús y la auparon como la religión predominante en Europa y gran parte del mundo durante los últimos dos milenios.
La segunda es más apasionante porque se acerca al hito que ha alterado el orden mundial en los últimos años: el 11-S. Además desde un punto de vista consparanoico de la muerte, algo que da sabor a cualquier tema que se trate hoy en día (y fundamental a la hora de crear mitos; ahí está por ejemplo todo lo que rodeó a la muerte de J.F.K.). Zeitgeist coge todo lo que creemos saber sobre esa fecha, con especial atención a sus zonas más complicadas de asumir (el avión que chocó con el Pentágono, la facilidad con la que se derrumbaron las dos torres, la caída de un edificio del complejo del World Trade Center alejado de ambas…) paara darle vuelta y media. Por último, la tercera penetra en un terreno más desconocido e indaga en los orígenes de la Reserva Federal de EE.UU. y cómo una serie de familias, corporaciones, grupos de presión… (entre los cuales figuran nombres que a todo el mundo suenan como los Rothschild, los Rockefeller, J. P. Morgan…) se han hecho con el control de la economía mundial mientras preparan su último asalto contra nuestra libertad.
El documental es bastante taxativo en sus afirmaciones y resulta fácil dejarse arrastrar por la espiral de datos que presenta como ciertos. Eso sí, en su vehemencia y afán de claridad escatima argumentaciones que, aunque enrevesarían un tanto el discurso, caen en inexactitudes fácilmente subsanables (aunque quizás no se le da más solidez porque detrás sólo hay humo).
En todo caso, se tome como algo verosímil, un inmenso bluff, una obra de ciencia ficción enmascarada de documental (la última sección de la tercera parte claramente indica en esta dirección), una calentura de un ultraliberal paranoico que no se tomó su medicación…, con sus pecados y creo que consciente de ellos, Zeitgeist expone como pocas obras lo fácil que resulta el control de un grupo a través de la deformación o la recreación de la realidad y la eficacia del miedo como método de manipulación. Y a la vez explota una dualidad con la que tenemos que convivir todos los días: la que existe entre el escepticismo y la credulidad. Lo que nos lleva a que en el momento de la historia que más fácil sería saber qué está pasando sea más complicado saber dónde termina la realidad y en qué lugar comienza la ficción.
Pasen y vean.
Yo la he visto esta semana poco a poco. La parte que más me ha convencido es la religiosa, pero es que yo ya había investigado bastante el tema cuando estudié filosofía, así que no han tenido que esforzarse mucho conmigo. La parte de la reserva federal es muy interesante, pero ya te comenté que esas tensiones entre los defensores de la Constitución estadounidense y los partidarios de la formación de un banco central acreedor del Estado datan ya de finales del s. XVIII y principios del XIX, cuando Jefferson todavía no había llegado a la presidencia de los EEUU. Alexander Hamilton era uno de los abanderados la creación de un banco federal, Washington apoyaba a Hamilton por su idea de un gobierno federal fuerte más que a su política financiera, que no acababa de entender; Jefferson se oponía –con razón–; Adams, mientras, estaba atado de manos y pies en el Senado. Cuando Jefferson llegó a presidente, ya fue tarde para evitarlo. Eso sí, su vicepresidente, Aaron Burr, se desquitó poco después con Hamilton… Dejándolo seco de un disparo. :-))
¿Qué te pareció la parte dedicada al 11S?
Me pareció más de lo mismo, los mismos argumentos y dudas de siempre. Eso sí, todo junto… como que convence más.
Hay un «addendum» a «Zeitgeist» en el que son más explícitos en cuanto a su orientación política. Porque sí, «revolution is now», pero ¿qué «revolution»…?
Pues la «anarcomunista hippie».