Hace un par de año escribí una entrada que Juanma Santiago calificó como la madre de todos los spoilers. Ahora le toca el turno al que ha sido, para mi, el padre de todos los cliffhangers, esa historia que se quedó en suspenso en un momento álgido necesitosaberquécoñopasayaaaaa y cuyo suspense me duró la apreciable cantidad de, tachán tachán, ocho años.
La emisión de Babylon 5 por parte de TVE fue una de esas absurdeces a las que estamos sometidos en España los telespectadores de series que o:
- no han gozado el favor del gran público
- han perdido el favor del gran público
- no se espera que vayan a gozar el favor del gran público
y se utilizan como carne de cañón para rellenar la parrilla en un horario ideal para crápulas o insomnes. Algo que, por poner un ejemplo reciente, acaba de ocurrir con Masters of Horror, tal y como denunciaba Jean Mallart en su blog.
Supongo que los seguidores de Babylon 5 recordarán lo que era programar el vídeo sábados y domingos a las seis de la mañana para poder ver las dos primeras temporadas. Un horario de esos que te hacen pensar sobre lo atraviesa por la cabeza de los que hacen la programación televisiva (ey, cuidado con poner la serie en un horario en el que haya espectadores despiertos no vaya a ser que les guste y la vean) y que imposibilita seguir nada si no eres un aficionado metódico.
Pero lo realmente sangrante vino con la tercera temporada, emitida en el año 98, no recuerdo si en el mes de Agosto o de Septiembre, a eso de las siete de la tarde. Para mi la más conseguida de las cinco que tuvo Babylon 5, en la que su potencial como space opera televisivo por excelencia explotó, con su trama central lanzada a todo trapo, un montón de hilos paralelos revoloteando a su alrededor y los personajes centrales ya perfectamente definidos y jugando unos roles soberbios, intentando salvaguardar su integridad mientras el mundo que conocen se hace pedazos. Pero me desvío de la cuestión.
Llegó el último episodo de la temporada, que entonces no tenía ni idea que era tal porque, para empezar, habituado a la manera de programar las series, no tenía ni idea que existía este concepto. «Z’ha’dum», un cliffhanger ideado para ser el nudo conductor hacia la siguiente temporada, con una serie de revelaciones que incluían el plan de las temidas sombras (que, aunque no lo dijese la «entradilla», también tenían un plan). Un final que te deja con la boca abierta por lo que supone para la trama y su personaje central, el comandante Sheridan embarcado en un viaje sorpresa a Z’ha’dum, el planeta «madre» de las sombras, donde realiza un descubrimiento mitad epifanía mitad callejón sin salida. Sin embargo se ve obligado a huir y, cuando no tiene escapatoria, se arroja al vacío mientras estrella contra la ciudad una nave espacial que les aboca a él y sus perseguidores a una muerte «casi» segura.
Una conclusión genial que, a pesar de saber que se iba a retorcer y deformar como casi siempre (ya lo dijo Snake Plisken, cuanto más cambian las cosas, más siguen igual), tenía (y conserva) un punto épico embriagador. Pues va el día siguiente de la emisión y me encontré con que ya no había más Babylon 5 sino otra cosa (diría que era Sea Quest, pero no estoy del todo seguro). Juré en hebreo, me cagué en todo lo cagable, maldije, habría hecho un muñeco vudú si hubiese tenido el material a mano… Pero nada. Ni el mes siguiente, ni el verano siguiente… ni siquiera en DVD porque la cosa quedó colgada en el año 2005 con la publicación de la primera temporada (la única que ha salido en España y, me temo, saldrá).
Así que después de ocho años de hacer el panoli esperando, el verano pasado me la descargué del emule y vi lo que ocurría a continuación. La espera, sobra decir, mereció la pena.
Como curiosidad, comentaba todo esto hace un par de semanas en una terrazita de verano con dos buenos amigos (Fidel y Nacho) y alucinamos con cómo han cambiado las cosas. Dentro de unos años cuentas esta anécdota y o suena a batallita del medievo o, directamente, no te creen.
Nota: Supongo que también se puede hacer de libros, con esas series que han quedado a medias sin saber cómo terminan. Sin embargo no recuerdo nada comparable a esto.
Con todo, esa tercera temporada sólo se vio «completa» en algunas partes de España. Había taif.. digooo, Comunidades Autónomas en las que la ínclita TVE desconectaba para emitir noticiarios locales, con lo que había un güevillón de gentes a las que se cortaba el último cuarto de hora. En Cataluña tuvieron suerte porque TV3 (creo, que me corrijan si no fue exactamente así) la acabó emitiendo íntegra en catalán, pero en otros sitios tuvieron finalmente que tirar del canal Emule para poder verla entera.
Claro, hombre, es que donde esté la mula que se quite la publicidad interrumpida por breves programas… digo la TV tradicional… 😉
Pues atento, porque voy a añadir algo que va a hacer la anécdota más apetitosa. Hace mucho tiempo, en casa de mis padres…
Yo no había visto jamás Babylon5. Las pocas imágenes sueltas que había llegado a jipiar no me gustaban un pelo. Los efectos de Babylon, reconozcámoslo, no eran los mismo que los de Start Trek TNG, así que ni me había molestado en intentarlo. Un sábado por la noche de esos en los que llegaba a casa medio cocido, a eso de las 5 de la mañana, me senté en el sofá para hacer el típico descansito alimenticio antes de acostarme. Puse la tele y, alehop, comenzaba en esos momentos un capítulo de la susodicha serie. Me dije, «bueno, no pierdo nada». A los cinco minutos comencé a mostrar más atención, a los 15 ya se me había pasado el pedo, a la media hora estaba llamándome gilipollas una y otra vez. Cuando Sheridan dio el salto y finalizó el capítulo, me quedé como un cuarto de hora con la boca abierta y juré que me haría con la serie entera como fuera. Exacto, lo primero que vi, y sin anestesia, fue ESE capítulo.
Gracias a Alfonso Merelo y sus envíos, video a video logré ver las tres primeras temporadas. Luego alguien me pasó en inglés las películas (que me apresuré a ver sin subtítulos ni nada), y la cuarta cayó mucho más tarde, y la quinta via internet.
Como decía Julián el otro día, sin duda el mejor space opera que jamás de haya visto en pantalla, grande o pequeña.
Ocho años no es nada hombre, mi madre esperó casi cuarenta para volver a ver episodios de los Vengadores de Emma Peel, serie de la que todavía no hay edición española en DVD. Menos mal que hay abnegados fans que han subido episodios a ese Mercadillo de Babel más conocido por mulita, con sus currados subtítulos y todo.
Ya en serio, lo que te ha pasado con Babylon 5 es algo que está ocurriendo con otras series, como Perdidos, que no sé si su programación en TVE está siendo un desastre porque a la gente no le gusta la serie o la gente no la ve porque se niegan a esperar meses y meses a los capítulos de una nueva temporada si los tienen rulando por la red ya subtitulados unos días después de su emisión en USA.
Y cuando se popularicen aún más los sitios de peliculas on line esto sí que va a ser un cachondeo…, a ver quien es el pardillo no futbolero que sigue viendo aún la tele o pagando un Digital + pongamos por caso.
Joder Santi, ésa sí que es una señora anécdota que merecía la pena ser contada. Sólo vi un episodio de Babylon 5 de «empalmada» y fue uno de esos de la primera temporada en plan «Vacaciones en el mar». Aun así tenía algo que no encuentro en otras series de ciencia ficción, como por ejemplo en las diferentes de Star Trek que he intentado seguir y me ha resultado imposible. Pero soy un caso. Me perdí más de la mitad porque me olvidaba de programar el vídeo.
Como decía Julián el otro día, sin duda el mejor space opera que jamás de haya visto en pantalla, grande o pequeña.
No he visto tantas como vosotros pero lo suscribo. Sobre todo después de que la tercera temporada de Battlestar Galactica haya dilapidado de esta manera el bagaje de las dos anteriores. Aunque aún conservo la esperanza para la próxima, que supuestamente es la última.
fonz, lo de tu madre no cuenta si no se quedó a mitad de un «arco» argumental 😉
Y sí que es un delito cómo TVE trata muchos de sus productos. No sólo las series. Estoy pensando en la manera en que ha sido incapaz de explotar comercialmente, por ejemplo, el baloncesto que ha pasado con mucho más éxito a cadenas privadas. O las mismas series, coño, que tiene delito que en T5, cuatro o la sexta los productos extranjeros funcionen y en TVE sean un (ligero) fracaso. Aunque supongo que el público medio de TVE sea el más «maduro» tiene mucho que ver.
Por cierto, que lo de los reinos de taifas que apuntaba fjsi es sangrante. Sigo alegrándome de vivir en una comunidad de segunda sin sumidero televisivo de fondos públicos para loar las glorias del gobierno autonómico de turno. Pero cada vez que pienso la de series que me he perdido durante los años 90, me da un pequeño yuyu. Menos mal que con el emule chanel ahora tiene arreglo.
Yo he estado igual que tu, Nacho, lo que pasa es que en lugar del emule he usado la descarga directa, metodo que para impacientes y vagos me parece el mejor. Aun no he podido darme el homenaje de verla entera, pero pocas veces me he emocionado tanto viendo una serie como esta. Maravillosa!