Con mucho retraso comento cómo fue la segunda jornada de ciencia ficción de Valdeavellano de Tera hace dos meses, el día 4 de Mayo.
En las dos ediciones que se han celebrado hasta el momento se han conjugado dos aspectos aparentemente fáciles de conciliar pero que no siempre están a la misma altura. Por un lado un conjunto de conferencias, presentaciones, mesas redondas que trascienden la simple presentación literaria, ofrecen bastante juego y mantienen un delicado equilibro. Para mí es complicado juzgarlo, pero en su mayor parte resultan accesibles para un espectador no iniciado sin que el más avezado pierda interés.
Por otro lado está la faceta más lúdica, un complemento indispensable de los actos culturales. Una comida y una cena en las que uno sucumbe ante la gastronomía local, la siempre agradable compañía de los comensales, las prolongadas charlas de sobremesa, las conversaciones entre acto y acto (aquí sólo se hace BarraCon durante la proyección de la película) o tras la cena en el Hostal Cebollera (donde pernoctan todos los asistentes). Momentos ideales para dejarse llevar por nuestra afición por la literatura fantástica y hablar de las últimas lecturas, en qué próximos proyectos está cada uno envuelto, las novedades que las editoriales preparan para la vuelta del verano, los entresijos de la blogsfera, temas laborales… Lo habitual. Además, si eres escritor, la presencia de editores te permite hablar y cerrar temas profesionales. Y al menos a mi me sirvió para departir con otros dos jurados de la segunda edición del premio Xatafi-Cyberdark y observar cómo progresaban nuestras lecturas.
Es lo que tiene Valdeavellano, un pueblo pequeño y tranquilo que fomenta todo esto porque, es necesario decirlo, tampoco hay mucho más que hacer (aunque el domingo bien que se puede organizar una excursión a la Laguna Negra, Vinuesa, Soria capital…)
No se puede negar que la afluencia es relativamente pequeña (tres decenas de personas). Entendible si se consideramos el lugar o la carencia de la maquinaria organizativa que impulsa o apoya otras jornadas. Sin embargo entre los promotores, el ayuntamiento de Valdeavellano con su (ex)alcalde Jesús Gómez a la cabeza y Julián Díez, se las apañan para que se den cita varios editores y aquilatados escritores junto a dos docenas de aficionados de lugares como Granada, Barcelona, Bilbao, Santander, Madrid, Vitoria… que unidos a los propios del lugar conforman una audiencia respetable. Basta recordar que, por ejemplo, en Barcelona Minotauro durante los actos de su 50 aniversario no consiguió reunir en alguna conferencia/mesa redonda a más de 20 personas.
Pasando a la breve crónica, me perdí la charla del presidente de la aefcft (Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror), Víctor Miguel Gallardo, «El papel de las iniciativas no profesionales en el desarrollo de la ciencia ficción». Llegué a eso de las 11:15 (tres horas y media desde Santander), justo a tiempo para la conferencia de Santiago Eximeno «Técnicas del microrrelato», que, apriori, no me atraía demasiado. Mirando el programa parecía un taller destinado a escritores como el que impartió junto a Iván Olmedo en la AsturCon del año pasado. Afortunadamente el enfoque fue distinto. Eximeno afrontó una disección de este género literario comenzando desde sus inicios, estableciendo sus principales señas de identidad y rompiendo muchas de las falsas ideas previas que lo acompañan (como su origen contemporáneo). Aparte de ser un comunicador certero y hábil, destacó por los microrrelatos con los que ilustró su exposición, para alegría de un público que se lo pasó bomba con ellos.
A las 12:30 le llegó el turno a Luis G. Prado que, desde su perspectiva de editor, desglosó la “Situación del mercado editorial de ciencia ficción en Europa”. Pasó por los diferentes mercados no anglosajones, deteniéndose en aquéllos en los que nuestros autores están comenzando a llegar y los que, a pesar de su tamaño, viven encerrados en sí mismos, caso de, p.e., el Alemán. Desde luego todavía no se puede hablar de una ciencia ficción europea; a pesar de las excepciones que a todos se nos ocurren, todavía no existen los «enlaces» necesarios que tejan una red que permita conocer qué se está escribiendo en la mayoría de ellos (o, al menos, los más importantes) y facilite el salto de los autores a nuevos mercados. Pero en ello se está.
Para terminar la jornada de mañana a las 13:30, con el tiempo más ajustado, subieron a la mesa Julián Díez, José Antonio Cotrina, Santiago Eximeno, Víctor Miguel Gallardo y el propio Luis para hablar sobre «Géneros literarios, ¿una frontera útil u obsoleta para los temas de la ciencia ficción?».
Por la tarde se proyectaron Blade Runner, película que, aunque suene a sacrilegio, me aburre un montón, y un DVD promocional sobre la provincia de Soria. Y a las 19:30 comenzó la mesa redonda «El momento de la crítica especializada en la literatura de ciencia ficción», moderada por Juanma Santiago y en la que estuvimos Álex Vidal, Fernando Ángel Moreno y un servidor.
Después de leer el guión que Juanma me había pasado días antes para prepararla (y que se puede leer en su blog), me había quedado acojonadito con preguntas como «Pedagogía y crítica. ¿Qué se puede aportar a la crítica literaria desde el mundo de la enseñanza?» o «Ciencia y crítica. ¿Es importante el papel de los conocimientos extrafilológicos?«. Menos mal que nos alejamos de estos sumideros para acercarnos a terrenos más interesantes (y, para mi, asequibles) como la diferencia entre crítica y reseña, en qué lugar se publica cada una y cómo se afronta su escritura, la situación de la crítica especializada en España, si realmente las buenas (o malas) críticas repercuten en las ventas, cómo se tomas los escritores y críticos las críticas, si existen autores y editores amigos/enemigos y cómo influye en la tarea del crítico… Una hora larga de conversación en la que se realizaron bastantes participaciones desde el público y que me dejó satisfecho. No porque descubriésemos las fuentes del Nilo; todo fue muy fluido y el discurso resultó tan variado como cabal y escasamente autocomplaciente. Como curiosidad un par de participaciones me hicieron ver que C poco a poco se está haciendo su pequeño lugar en la red, lo que siempre agrada.
Después cena a base de raciones, a las que costó hacer sitio en el estómago (para una próxima ocasión habrá que medir mejor en la comida), y a eso de las dos retirada para continuar la velada en el salón del dormido Hostal. Más conversaciones, copas y, sobre todo, juegos. Nuestra mesa pasó de los clásicos como el Trivial Pursuit, donde (si no recuerdo mal) Francisco Fernández les pegó un buen repaso al resto de participantes, y nos decantamos por calentar con unas manos de Falling antes de probar el Bang. Un juego de cartas que reproduce el espíritu de los spaguetti western y asegura unas partidas tan rápidas como impredecibles, sobre todo si, como es nuestro caso, te rodeas de gente que no duda en eliminar a cualquiera para conseguir su objetivo, aunque sea tu aliado y esté encerrado en la cárcel. Estamos como para criticar el gamberrismo juvenil.
Todavía no se sabe si el año que viene se va a repetir la experiencia. El anterior alcalde, Jesús Gómez, no se presentó a las elecciones y no está claro si el nuevo regidor va a seguir potenciando este tipo de actividades en el espacio Valdeavellano. A nosotros sólo nos queda desear que mantenga la llama encendida y recupere esta idea para retornar el año que viene a otro remanso de literatura fantástica en una época del año ideal para este tipo de encuentros. Y a ver si algún grupo más aparte de los habituales se anima. El viaje merece la pena.
Otras crónicas en la blogsfera:
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