El sábado nos acercamos unos cuantos aficionados de la TerSa a la Primera jornada de literatura y cine de ciencia ficción de Valdeavellano de Tera, un pueblecito de unos doscientos habitantes al norte de Soria que cuenta con un alcalde aficionado al género, Jesús Gómez Tierno, que ha propiciado el encuentro. Los participantes eran de División de Honor (Juan Miguel Aguilera, Julián Díez, César Mallorquí y Eduardo Vaquerizo) y el atractivo programa el siguiente: se empezaba por un repaso a la historia de la ciencia ficción en España por parte de Julián Díez, basado en su prólogo a la antología de ciencia ficción española que publicó Minotauro hace tres años, se seguía con una puesta en común sobre el estado actual de la ciencia ficción y se terminaba con la proyección de la adaptación de Solaris de Steven Soderbergh y un posterior coloquio. Quizás se podía haber buscado otra película con la misma chicha (y más amena), como Gattaca (que, por cierto, salió varias veces a lo largo de la tarde), pero la reciente muerte de Lem y la relación entre cine y literatura desembocaron en dicha elección.
Si se desea un seguimiento pormenorizado, lo mejor es acudir al artículo que publicó El heraldo de Soria el día después. Sin duda el acto con más contenido fue el segundo, en el que se incidió en muchos detalles que están de cuerpo presente en el sentir de multitud de lectores de género, como el bajón que está atravesando el mercado de ciencia ficción en lo que a las colecciones especializadas se refiere, el trayecto de nuestros autores hacia territorios de frontera, la importancia que están cobrando las obras escritas por autores mainstream que, sin complejos, están acudiendo al imaginario de la ciencia ficción para coger lo que les interesa y construir historias de una calidad superior, cómo el futuro se ha alejado de nuestras expectativas,… Me sentí un poco como un personaje de J. G. Ballard despertado del sueño de conquistar el espacio, atrapado por una realidad caótica, globalizada y cambiante, sin posibilidad de intuir qué va a ocurrir mañana, viviendo un presente tan alienante como incomprensible, deseando retrotraerme a un estado anterior de existencia (cómo molaba la ciencia ficción pulp de décadas pretéritas cuando éramos adolescentes),…
Fue ilustrativo escuchar cómo, a la petición de que se mencionasen dos obras de ciencia ficción moderna que merecen la pena ser leídas y que apunten caminos a seguir, apareciesen títulos que, me temo en su mayoría, están lejos del imaginario del común del mundo aficionado, como las novelas de José Carlos Somoza Clara y la penumbra o Zig Zag, la obra maestra de Christopher Priest, El Prestigio, la primera novela de China Miéville, La estación de la Calle Perdido,…
A modo de apunte, se hizo una clara distinción de la ciencia ficción como temática y la ciencia ficción como género, y las obras que cumplen los dos requisitos… o sólo uno. Un asunto que seguramente dará que hablar en los próximos meses.
La película de Soderbergh… nos la perdimos voluntariamente. Íbamos y veníamos en el día y no nos apetecía pasarnos dos horas encerrados viendo la película cuando ya estaba bien vista. Así que nos acercamos a la taberna del pueblo a departir tranquilamente con los autores que allí se pasaron y, sobre todo, con Mariano Villarreal y Fidel Insúa que nos pusieron al día de sus proyectos actuales. En este último caso, los proyectos para «dominar» el mundo del proyecto Xatafi que tanta espectación están despertando.
Haciendo una valoración, sólo puede ser positiva. Estos actos de día permiten asistir a una tarde con varias horas de contenidos atractivos y acompañarlos de la mezcla entre aficionados de diferentes puntos de nuestra geografía. Más que una kedada, menos estenuante que un congreso, los autores intercambian ideas, se cargan pilas, la gente con proyectos entre manos puede divulgarlos, hay difusión en los medios regionales,…
Esperemos que el año que viene se pueda repetir. De hecho, dándole vueltas y alucinando con la excelente equipación que supone el espacio valdeavellano (un centro cultural que ya me gustaría imitasen los municipales que conozco en Santander), las posibilidades del entorno, la infraestructura,… me pregunto por qué no se puede ser más ambicioso. Hace unos meses en el blog de Julián Díez se discutió sobre la posibilidad y necesidad de reuniones de autores para intercambiar ideas, dialogar sobre su oficio, zambullirse en las experiencias mutuas, charlar,… Y el lugar pinta de puta madre. O, por qué no, una convención más extensa tanto en contenidos como en el tiempo. Puede ser la prueba definitiva para verificar que los aficionados pueden convivir tres días en un entorno entrañable… o revisitar el pueblo de la novela de Stephen King Needful Things.
En lo que se refiere a un servidor, tomé varias decisiones. La más importante es que ni harto de grifa voy a hacer otro viaje en el día a un sitio que esté a más de dos horas en coche de Santander. La ida fue ágil y amena, pero la vuelta se transformó durante la última hora y media en un suplicio por el cansancio y el cargante dolor de piernas que me surgió en las proximidades del desvío del Páramo de masa. Después… pienso volver este verano algún fin de semana a la zona. El paisaje y su conservación invitan a disfrutar de la región e iconos como el Cañón del Río Lobos o la Laguna Negra hay que visitarlos. Por último… mientras servidor se bebe un cubata de ron otros son capaces de dar cuenta de tres y una cerveza. No es que me haga viejo, es que siempre he sido así.
Foto de parte de la familia (cortesía de Jesús Gómez Tierno):
De izquierda a derecha: Eduardo Vaquerizo (sentado), Julián Díez, Alejandro Moia, Fran (señor güemaste de Los espejos de la Rueda), Juan Miguel Aguilera, Marina, Lessa, Carlos, ¿?, Álvaro Muñiz (El Peras), Marc R. Soto, Laura, ¿? y ¿?
Faltan: Fidel, Javier Esteban y su chica, Santiago L. Moreno y Arancha, Mariano Villarreal y familia, la incombustible Celia, César Mallorquí y señora,…
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interesante este blog..!!
Me lo pasé genial, la pena es que os marcharais tan pronto 🙁
Nos vemos en la Asturcón 🙂
Sí, que pena que tuvierais que iros. En estas cosas siempre me quedo con la sensación de que me ha faltado tiempo para hablar con alguna gente. Pero, bueno, ahí está la Asturcón.
Una experiencia estupenda. Estuvo bien poneros por fin cara a unos cuantos 🙂
Por cierto, después de arduas discusiones con Celia sigo sin saber si soy friki o muy friki…
Todo depende de con quien te compares, si te comparas conmigo sólo un friki de tres al cuarto 😉
Eso, javier, que las caras en estas comunicaciones siempre son importantes. Los iconos acaban provocando imágenes distorsionadas 😀
Sobre el grado de frikismo, en Santander estamos elaborando un cuestionario equivalente al Voigt-Kampf que mida el grado de frikismo de una persona sin ningún género de dudas. El trabajo de campo lo ha hecho Lessa, así que es normal que Celia vaya por ahí calificando de friki a todo el mundo. Lo ha mamado en casa 😀
Estuvo estupendo, comida, paisaje y conversación perfectas. He puesto un comentario sobre Valdeavellano en mi recién estrenado blog: guaridasilenciosa.blogger.com
En realidad, Edu, la dirección es:
http://www.guaridasilenciosa.blogspot.com/
Qué malos son los blogs…
Edu, enlazado quedas 😀