Nunca me abandones

Comentaba en la entrada previa sobre Nunca me abandones que en esta novela, protagonizada por clones destinados a donar sus órganos cuando sean necesarios, no se relata cómo funcionan los aspectos relacionados con la clonación. Y aunque se intuyen las consecuencias que ha tenido para la sociedad humana, no deja de ser un asunto secundario de la historia. Esta circunstancia, que podría ser un contratiempo a la hora de darle verosimilitud y más desde la perspectiva de género bajo la que tiendo a analizar todo aquí, se evita dado el punto de vista que Kazuo Ishiguro utiliza para desarrollar su argumento. A la hora de narrar la voz es un componente fundamental que además de dotar de personalidad y coherencia a una historia ayuda a que ésta cale. Y aquí la voz de Ishiguro resulta tan poderosa como impecable

Kathy H. es una mujer de treinta y un años que se dedica a cuidar donantes mientras recorre Gran Bretaña en coche. A través de sus recuerdos nos conduce por su vida desde su infancia en el internado de Hailsham, un colegio de presunta elite en el que, sin apenas contacto con el exterior y en compañía de otros chicos de diferentes edades, era preparada para un futuro opuesto al del resto de la humanidad. Un porvenir a priori desconocido que poco a poco va cobrando tenebrosa forma.

La aproximación de Ishiguro a la vida de Kathy es sugestiva. Lejos de caer en la linealidad más anodina, durante el primer tercio de la narración utiliza un efectivo movimiento en espiral. Los recuerdos que Kathy rememora se alejan de cualquier base cronológica y da pequeños saltos en el tiempo adelante y atrás según las situaciones acuden a su memoria, formándose una visión enigmática, desasosegante y sincera de sus días en Hailsham. Un lugar en el que, entre el comportamiento habitual de los adolescentes, se le imbuye en una percepción del mundo construida a base de eufemismos, medias verdades, mentiras completas y absolutamente alejada de la realidad. Una limitación que termina condicionando su relato.

En este proceso le acompañan sus amigos Ruth y Tommy, con los que vive la típica historia triangular en la que se cruzan amor, ternura, confianza, desencuentros, reconciliaciones,… y que proporcionan una aproximación complementaria a su continua búsqueda de un sentido existencial. Un sentido tergiversado por el lenguaje políticamente correcto, las limitaciones impuestas a la percepción, la ambivalencia o la falsedad más piadosa que se apropia de sus vidas.

Como decía al comienzo, el poder de Nunca me abandones está en el estilo utilizado por Ishiguro para abordar la narración: la voz de Kathy. No sólo es nítida, consistente y continua sino que posee una pléyade de matices cautivadores. Como transmitir un esmerado equilibrio entre una emoción que no terminan de estallar y una leve distancia que termina haciéndose extraña. Sobre todo si el lector mantiene la esperanza de que el libro termine virando hacia donde lo conducirían sus prejuicios o deseos. No hay ni arranques de genio ni atisbo de rebelión sobre lo que el futuro depara, y sí una obstinada búsqueda de una respuesta trascendente a su situación que, de forma ineludible, desemboca en una aceptación triste y, por qué no decirlo, despiadada. Funciona como un potente remolino: en cuanto empiezas a nadar en sus proximidades quedas atrapado por un melancólico maelstrom que te lleva hacia el centro. Hasta que te arrastra al fondo.

Me gusta la conclusión a la que llega M. John Harrison en su crítica aparecida en The Guardian:

This extraordinary and, in the end, rather frighteningly clever novel isn’t about cloning, or being a clone, at all. It’s about why we don’t explode, why we don’t just wake up one day and go sobbing and crying down the street, kicking everything to pieces out of the raw, infuriating, completely personal sense of our lives never having been what they could have been.

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5 respuestas a Nunca me abandones

  1. fonz dijo:

    Bueno, la terminé de leer ayer mismo por la tarde y me ha parecido una novela estupenda, extremadamente triste y con una parte final que pone la piel de gallina.

    Como escribí en los comentarios al post anterior sobre la novela, las herramientas empleadas por Ishiguro me han recordado mucho a «Flores para Algernon» o «Muero por dentro», es decir, utilizar un recurso argumental de cf para contar lo que quieres contar, pero enfocando el tema en ese análisis de la condición humana, pasando de explicaciones tecnológicas y demás tan queridas por la cf al uso. Aunque algo hay como dices, de las consecuencias de la clonación en la sociedad. Es un tema interesante que Ishiguro plantea muy hábilmente; como el bienestar y el progreso de una sociedad descansa en el sufrimiento de unos pocos (al estilo de «Los que se alejan de Omelas» de la LeGuin).

    Me ha parecido fantástico como dices tú, la manera de contar la historia de Kathy; ese recorrido por su memoria como si vagásemos por una casa llena de objetos y fantasmas, abriendo cajones, rebuscando en armarios, entrando y saliendo de dormitorios, paseando por un jardín soleado… Cómo utiliza metáforas para reflejar nuestra propia vida condensada; los cuidadores, los trabajos de los alumnos, la Galería… Quizá la novela flojea una vez abandonada la infancia, cuando se centra más en las relaciones del triángulo Kathy-Ruth-Tommy, pero la parte final es inmensa, tristísima, da una pena tremenda, yo esto lo veo en cine y acabo como una madalena.

    En lo que no estoy de acuerdo es con la cita de John Harrison. A mí me parece que la cuestión de si nuestra vida merece ser vivida, que es la que más o menos revolotea durante la novela, no es contestada al final, se le deja la respuesta al lector. Y yo, la verdad, ahí hecho polvo al cerrar el libro, no sabría que contestar.

  2. J.Fidel dijo:

    Hay momentos que la novela te pone un nudo en la garganta, y otras una sonrisa. Un parábola magistral sobre la vida y la muerte.

  3. Nacho dijo:

    No perderse la crítica que hacen en la web «Lengua en secundaria»

    http://www.lenguaensecundaria.com/resenas/abandone.shtml

    Un análisis sobresaliente desde múltiples puntos de vista.

  4. Farseer dijo:

    Muchas gracias a todos los que habéis recomendado esta novela desde foros o blogs. De no ser por esas recomendaciones nunca hubiera podido disfrutar de esta auténtica obra maestra. Libros como éste devuelven a cualquiera la fe en la literatura. Qué historia más hermosa, humana y devastadoramente triste. Ante ella sólo queda quitarse el sombrero y me da igual que el autor la considere CF, mainstream o novela de la Dragonlance. Es sencillamente una historia prodigiosa.

    Sobre la crítica que hacen en la crítica que hacen en la web «Lengua en secundaria», no puedo estar del todo de acuerdo en que es buena. Como análisis del libro sí me gusta mucho, pero para alguien que no lo ha leído es poco recomendable, lo destripa por completo. Y ni siquiera avisa de que no deben leerla los que aún no hayan leído el libro.

  5. Nacho dijo:

    Ahí está una de las fronteras entre reseña y crítica. La primera invita a o disuade a partir de unas pocas valoraciones. La segunda ataca de arriba abajo el armazón de la novela, con plenitud de detalles y no se detiene en si algo es spoiler o no. Nosotros nos dedicamos a lo primero. Eduardo Larequi entra en lo segundo.

    Y sí, si no has leído la novela, a parte de no enterarte de alguna cosa, es posible que te la reviente enterita. Pero el texto de contraportada de «Nunca me abandones» ya destroza gran parte de su argumento.

    Por cierto. De Eduardo también tiene una bitácora, «La bitácora del Tigre», donde va colgando sus críticas y comentarios varios, que es una pasada. Hiperrecomendable.

    http://blogdeltigre.coconia.net/

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