Mes y medio después de la última entrega retomo este serial de melancólicos contenidos sobre el fenecido universo naranja, que en pocos días verá renacer con nuevas posibilidades uno de sus hijos: la biblioteca. Voy a centrarme en un par de detalles que ponen de manifiesto la efervescencia mental del webmaster (en los últimos días parcial protagonista de estas reflexiones) que, lamentablemente, no siempre terminaba en un resultado útil. Un producto de lo que llamábamos Departamento de cosas raras y que desembocaba en dos preciosos productos que durmieron el sueño de los justos.
La primera era una versión friki del cuestionario Political Compass, ése que «determina», después de cotejar una serie de respuestas, nuestra opción política. Blackonion, en su blog, tiene una breve muestra de cómo funciona el asunto.
La idea surgió durante uno de los hilos más recordados de la historia de la página, el famoso (y absurdo) debate entre Ls y Cs. La intención era ofrecer a los usuarios una batería de preguntas que ayudasen a definir la condición de cada uno. Pero no sólo en un espacio unidimensinal sino ampliándolo a un segundo «eje», ya que también se dilucidaría si se era lector de ciencia ficción o de fantasía.
Como utilidad está claro que estábamos ante otra forma más de perder el tiempo, pero iba a ser divertido descubrir los demonios internos de cada uno. ¿Cuánto L de boquilla revelaría en su interior un C deseando salir a la luz? ¿Y en cuánto lector de ciencia ficción a ultranza anida un potencial seguidor de las dragonadas?
Pego un par de imágenes de cómo estaba planteado el asunto. Desde luego el diseño es de una fase muy preliminar en el que habría que hacer serios ajustes en la situación de muchos títulos. Por ejemplo tanto la fantasía de Sapkowski como la de Martin deberían estar más cerca del eje de la «realidad» (ese que marca la transición entre ciencia ficción y fantasía) que otras obras como las novelas de HP, y Criptonomicón debería estar mucho más arriba.
Las preguntas a responder y que marcarían el resultado final serían parecidas a las siguientes (formuladas a modo de ejemplo)
1 ¿Qué tipo de novelas te gustan más?
– Aquéllas en las que hay un héroe que lucha contra la adversidad
– Las intimistas, donde lo importante son los pensamientos y sentimientos del autor o sus personajes
– Aquéllas en las que se crean mundos extraños y exóticos y que especulan con los conocimientos actuales de nuestra ciencia
– Las de «búsqueda», donde una serie de personajes van en busca de algún objeto o consecución de un fin2 Tus monstruos preferidos
– Trolls
– Algún tipo de raza alienígena
– Algún virus o enfermedad desconocida
– Los propios seres humanos3 Selecciona de los siguientes elementos los que te suelen interesar en una novela
– Batallas
– Amor y sexo
– Ciencia y técnica del mundo donde se desarrolla la historia, correctamente explicados y desarrollados, que parezcan creíbles.
– Usos y costumbres del mundo donde se desarrolla la historia, explicando localización geográfica y política
– Líneas genealógicas
– Mapas4 Si escribieses una novela, ¿cómo la titularías?
– La Espada de Fuego que Quema
– 4.435653
– El sutil encanto de la diablesa
– Estación Crepuscular Beta
La segunda rayada salió de un proyecto para uno de sus clientes. A través de un programa que correlacionaba datos y los ofrecía a través de un gráfico, recogiendo la información de nuestros tops personales (visibles en las fichas de usuario de la página), creó un sistema que dibujaba los lazos existentes entre las obras más queridas por los usuarios. Aquí ofrezco los dos pantallazos que se hicieron públicos en el foro.
Mapa de ciencia ficción
Mapa de fantasía
Pero lo mejor no estaba aquí, sino en que era posible pulsar sobre cada uno de los títulos y, como Teseo por el laberinto, ir siguiendo los hilos que se abrían a partir de cada una de ellas de manera que pudiésemos alcanzar todas aquéllas que estaban relacionadas por unos usuarios que, como se puede ver en la imagen dedicada a la fantasía, siempre han tenido a Tolkien muy cerquita de sus corazones. Un espectáculo mesmerizante en el que uno se perdía durante minutos y minutos explorando a dónde se podía llegar.
Puede que en comparación con el tesoro que era la biblioteca o el Dragon Khan de los foros fuese simplemente una gota en el mar. Pero oye, en todo parque de atracciones (aunque sea cultural) tiene que haber una casa de los espejos donde pasar unos minutos sorprendiéndote con las deformaciones de tu propia imagen. Y si se hubiesen llevado a cabo aquí habríamos tenido dos aditamentos adicionales al menú que nos habrían retratado con salero.
Muy interesante ese metodo de conocer un poco mejor los gustos, la verdad es que debe resultar entretenido perderse en esos mapas.
Ah! y estoy esperando ansiosamente la biblioteca (lastima que perdiera los datos de la que tenia en cyberdark)
Qué bueno. Aunque no sé por qué pusieron 2001 tan lejos de la fantasía.