El escritor y crítico Andrés Ibáñez ha ganado la tercera edición del premio Tristana de novela fantástica con Memorias de un hombre de madera. Está organizado por el Ayuntamiento de Santander, se entrega cada dos años y está dotado con una cantidad de 9000 euros y la publicación por la editorial palentina Menoscuarto.
Si no me equivoco es, después del Minotauro, el premio con la cuantía más importante dedicado en exclusiva a la literatura fantástica en España y me temo que no tiene la difusión que debiera. En el fondo, recordando lo que escribió Jean Mallart hace dos años, es una pena que los santanderinos se gasten 9000 euros en un galardón que no va a tener una mínima repercusión. No ya a nivel de medios de comunicación sino por su escasa penetración en las librerías; no he debido buscar muy bien, pero todavía no he visto en ninguna cualquiera de los premiados. Lo más cercano que he estado a uno de ellos ha sido hace dos veranos cuando se regaló en un curso sobre literatura fantástica en los cursos de verano de la UIMP. La empresa merecería cerrar algún acuerdo con una editorial con mejor distribución para sacar un mayor partido. O, si no, el uso de la imprenta propia del Ayuntamiento (o, por qué no, del Gobierno Regional) y regalarlo a las bibliotecas, centros escolares… Vamos, gastar un poco más para que llegue a donde tiene que llegar. Si no la foto y las dos columnas en los periódicos salen un poco caras.
Fuente: El Diario Montañés
En la lista de correo de la TerSa comentan que alguien vio la ganadora de hace dos años en Gil. Venga, aquí sí que estuvo a la venta.