A raiz de estar leyendo el libro de Guelbenzu que citaba en la entrada anterior, me acordé de un álbum de Manel Fontdevila, Mantecatos, premio a la mejor obra en el Salón de 2004. Una recopilación de varias historias publicadas previamente en revistas y fanzines y que contenía una visión de los velatorios inolvidable que, dicho sea de paso, tiene poco que ver con Esta pared de hielo.
La historia se titula «Humo». Son seis páginas en las que una contable que está trabajando de madrugada, apretada por un plazo de entrega a punto de concluir, mientras se fuma un cigarrillo, se pone a pensar sobre la muerte y la ceremonia que en España se realiza primero en el tanatorio y después en el cementerio. En dos páginas resume, con un poder de síntesis incontestable, lo que son los velatorios en menos de 20 viñetas, con su fauna, sus frases hechas,… Y después, en un alarde de imaginación, le da la vuelta a la situación cambiando muerte por sueño. Sí, ese sueño eterno tan manido llevado tal cual a la realidad. El resultado, abreviado, el que sigue
Si compra algún que otro tebeo no deje pasar este álbum que contiene otras historias geniales como las baladronadas de un escritor en ciernes («Lunes again») o las aventuras de unos niños en los primeros años de la E.G.B. («Mantecatos»). Y si no lo conocen, denle un tiento a cualquiera de sus recopilaciones de La parejita; humor costumbrista de alto octanaje ideal para reirse de muchas situaciones que, si ha vivido/vive en pareja, seguro le suenan.
Es para enmarcar lo del «pch-pch-pch…»
Es genial ese álbum a pesar del precio, a mí me gusta mucho también la historieta de las compras frikis, y por supuesto la de los «Mantecatos» en sí. Y la coda final del «Lunes again» es un despolle también. Es una pena que no incluyeran la desternillante historieta de dos páginas del perro «Mistetas», un descojonante análisis de los chistes malos.
Pues eso, que Fontdevila es un mostro, de los pocos que entendieron el mercado potencial de los tebeos, pasando de un humor de referencias pop tremendamente fino (echadle un vistazo a «Rosenda», «Hola, terrícola» con dibujos de Pep Brocal o el supongo inencontrable «Mr. Brain») al costumbrismo de toda la vida (clásico ya «La parejita» o el «Para ti que eres joven» con Monteys, otro ídolo). Y que te partes con sus historias, que es lo que importa.
Y la coda final del «Lunes again» es un despolle también
Aaaamigo. No hay nada como un escritor dándose cuenta que está siguiendo el camino fácil XD
La historieta sobre mis tetas lo han recogido en la recopilación que publicó Glénat el año pasado: «Rosenda y otros momentos pop». Tenías razón con lo de que queda lejos de «Mantecatos», pero aun así tiene sus momentos. Y recoge las tiras de los tres marcianos de «U, el hijo de Urich».
Sí, lo de «Rosenda», como todo el «Mr. Brain», como el «Hola, Terrícola», era todo humor muy referencial que luego se puso un poco de moda (científicos locos, espías, ovnis…), quizá demasiado referente pop. Eso sí, Fontdevila es de los pocos que se ha dado cuenta de que si el tebeo quiere conseguir conectar con el hipotético público de ahí fuera tiene que contarles cosas que les interesen. De los pocos que se puso manos a la obra pero en serio y le ha salido realmente bien. Y eso que a mí las historias de Rosenda me gustan mucho, y la «saga» del chiste «mistetas» (referente en varias historietas suyas) no digamos.
A ver si me pillo el recopilatorio de Rosenda y así tengo todas las historias juntitas en vez de tenerlas por ahí desperdigadas en Mr. Brains, Úes y demás.