Neil Cross es el creador de Luther, serie policiaca emitida el año pasado por la BBC con notable éxito y que cuenta con el protagonismo (casi) absoluto de Idris Elba, el maquiavélico Stringer Bell de The Wire. Un acerado retrato de un detective londinense enfrentado a diversos asesinatos que, por métodos ortodoxos, se tardaría demasiado en resolver o, incluso, quedarían irresolutos. Con una factura vigorosa, casi sin tiempos muertos, supone el enésimo acierto de la ficción producida por la BBC.
Capturado es la primera novela que se traduce en España de Cross, la última que ha publicado y, en cierta forma, relacionada con Luther (serie creada más o menos al mismo tiempo): ambas giran en torno a la obsesión. En este caso la de Kenny Drummond, una persona «vulgar» al que acaban de diagnosticar un cáncer terminal. Como apenas le quedan un par de meses de vida, realiza una pequeña lista con las personas a las que (cree) ha defraudado en el pasado (su exmujer, la víctima de un intento de secuestro a cuyo secuestrador no pudo identificar…) para pedirles disculpas. En ella figura Callie Barton, una antigua compañera de primaria a la que se sentía muy próximo y de la que no sabe nada desde entonces. A través de una amiga averigua que lleva un tiempo desaparecida y que su marido la había agredido brutalmente años antes. Así comienza un tour de force (menor) en el que su protagonista perderá el control de sus actos hasta extremos insospechables.
Lo más elocuente que puedo decir de Capturado es que tardé un par de días en leerla. Apenas llega a las 250 páginas, abundan los diálogos y las descripciones telegráficas y, sobre todo en su segunda mitad, cuando explota la obsesión de Kenny por descubrir la verdad, adquiere un elevado momentum. Es este retrato de un hombre a las puertas de la muerte que suprime todos los condicionantes que nos permiten convivir, el aspecto que mejores resultados rinde a Cross. Por su firmeza y por cómo despliega unos hechos sumamente convincentes. Bien es cierto que, en pos de la máxima verosimilitud, no mete un último piñón que aumente la sensación de axfixia y/o potencie los componentes enfermizos de la atmósfera. Pero Cross ha firmado un thriller físico y psicológico aceptable.
Por contraste, la primera mitad es «loquetienequeser». Una concatenación de hechos más (las 24 horas que pasa Kenny encerrado en la casa de su objetivo intentando descubrir qué pasó con Callie) o menos interesantes (casi todo lo demás), necesarios para sostener todo lo que sucede a continuación pero, me temo, un tanto insustanciales. Eso sí, vale la pena destacar unos personajes secundarios bien construidos con escasos detalles y/o escenas que confirman el talento de Cross para la caracterización rápida.
Donde sí me ha decepcionado abiertamente es la manera como enfoca las descripciones. Sobrio la mayor parte del tiempo, con un estilo desnudo de figuras retóricas, con una objetividad que, en conjunción de la manera en que conecta los diálogos, casi parece un tratamiento (muy extenso) de un futuro guión cinematográfico… Sin embargo cae en pasajes incongruentes con el resto de la narración como el siguiente
Kenny sabía que si se quedaba completamente inmóvil durante suficiente tiempo, la noche cobraría vida a su alrededor. En la oscuridad había murciélagos, polillas y tejones. Había gusanos y musarañas, ratas y zorros. Los topos horadaban bajo sus pies.
que bien merecían una última revisión con el fin de prescindir de detalles pueriles y supérfluos.
Capturado queda como una lectura correcta que se sustenta en sus personajes y en un nudo y un desenlace tejidos con inteligencia. Al menos me ha dejado interesado en alguna de sus otras novelas. Con suerte…
Nota: No sé si esto será un spoiler, pero allá voy. Me resulta increible cómo, después de haber logrado un final coherente con lo que había contado hasta el momento, Cross decida utilizar una última vez la llave inglesa para apretar la tuerca en un giro final que la saca definitivamente de punto. No era necesario.
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