Hace tres meses escribía por aquí sobre el nacimiento de Es Pop Narrativa, una iniciativa editorial que, entre otras facetas, me llamaba la atención por la cuidada factura de sus libros. El tiempo ha pasado y ya han aparecido varias reseñas en la red que parecen confirmar lo que intuía: en su interior anida una literatura popular bastante atractiva (reseñas de Acero, Capturado y A la cara en Asíncronos). Una impresión que he confirmado con la lectura de mi primer títulos de la colección: A la cara. Una novela negra de las de toda la vida que se sostiene muy equilibrada sobre dos vértices.
El primero es su escenario. Christa Faust ha situado toda la historia alrededor de la industria del porno, pero no de una manera impostada, tal y como aparece en muchas novelas (¡oh, han asesinado a la estrella del porno Big John sodomizándole con un bate de beisbol forrado de puntas de 1 cm! Nada que no pueda resolver el detective de homicidios X). Su protagonista es Angel Dare, antigua estrella del ramo a cargo de una agencia que representa a decenas de actrices. Un punto de vista al que Faust saca partido y no sólo para disfrute de los más morbosos de ambos sexos… que también.
Angel es contratada para hacer una escena con Jesse Black, una joven estrella. Sin embargo, cuando se quiere dar cuenta, se encuentra atada en el maletero de un coche después de haber sido violada y apalizada por unos matones. Ahí se inicia la clásica venganza que, tirando del hilo, indaga en las tripas de la industria del porno y toca terrenos resbaladizos como la prostitución y el tráfico de mujeres. Un acercamiento nada gratuito, bien conjutando con la trama, nada moralista y, sin embargo, con toques de crítica social
El segundo vértice es Angel Dare, la narradora de sus desventuras en primera persona. Una excelente maestra de ceremonias que, esporádicamente, aporta pequeños flashes de cómo ha sido su vida. Un acercamiento desacomplejado y verosímil relatado por una mujer hecha a sí misma, independiente, ingeniosa y ocurrente sin caer nunca en el exceso. Un personaje que va a sufrir un vía crucis y que, a pesar de ello, nunca pierde su sutil sentido del humor.
Por lo demás, A la cara es una novela que, dentro de su convencionalidad, evita muchos de los tópicos del género… aunque no tengo claro que haya uno del que haya logrado escapar: el de la femme fatale, esta vez transformada en homme fatale. Mientras que (casi) todas las mujeres muestran una serie de valores eminentemente positivos, (casi) todos los hombres ocupan una posición menos luminosa, y hay un personaje que… en fin. Pecata minuta en una lectura fresca y con chispa.
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Yo como lector de novela negra, actualmente en paro, y por lo que comentas de esta, creo que si se viste o desviste con los tópicos del género. Y por lo que comentas de los personajes, también los perfila al uso sexista de la historia.
El estilo narrativo con un tempo y descripción de las escenas adecuado, así como una visión de las situaciones, dado que es en primera persona, sin cargar demasiado las tintas ni con una acritud enfermiza por sus desgracias, puede equilibrar y hasta ganar la batalla de los tópicos y personajes arquetipados.
Por otra parte, sobre gustos no hay discusión y a quien le guste «A la cara», los dos párrafos anteriores están de mas.
Bueno, la pega que mencionas en el último párrafo se le puede perdonar, por que es un pasapáginas increíble. Y una novela negra muy negra, muy clásica. Al personaje de Malloy me lo imagino respartiendo estopa en cualquier novela de Hammett 🙂
Aún así, creo que el que más me ha gustado de los tres libros ha sido Acero.
Este va de porno y encima lo escribe una mujer, a lo que veo, ejem, vamos, que lo compraré para apreciar su factura literaria, por supuesto. Y por la novedad que supone dentro del género negro, claro.
Ya, ya, egan. Nos hacemos cargo.
padawan, creo que Acero será la última que me lea. A los vampiros les he cogido mucha más urticaria que a los zombies. Pero espero leerla antes de fin de año.
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