Desde hace dos semanas tengo uno de los nuevos kindle; el lector de libros electrónicos de Amazon comprado, junto a una funda de neopreno, impuestos y gastos de envío, por poco más de 170 euros. Al precio que están en España la mayoría de lectores, una ganga.
Desde que en las jornadas de Valdeavellano de Tera del año 2008 Marc R. Soto nos enseñó su flamante Papyre, andaba con el gusanillo de hacerme con uno. Llevo unos años en que me cuesta leer cualquier volumen de más de 300 páginas: por el peso, por determinados tamaños de letra, por ciertos tamaños de caja, porque muchas semanas dispongo de escaso tiempo y leyendo cinco o diez páginas por noche siento que no avanzo… Sin embargo no ha sido hasta ahora cuando he materializado el deseo. Un poco porque estaba esperando a que saliesen los ejemplares táctiles por aquello de poder tomar notas durante la lectura. Un mucho porque buscaba una mejora en la tecnología, esperando un poco a lo tonto a la tinta electrónica en color y la mejora del tamaño de la pantalla y de la resolución para poder leer cómics. El tiempo pasaba, nada de lo que veía me convencía, y de aquí a Navidad no parecía que el panorama fuese a cambiar.
Estoy encantado.
Apenas he leído mi primer libro, Feral, de David Jasso. Ejemplar recibido como servicio de prensa para Prospectiva. Mientras la otra novela que estoy compaginando, El humo en la botella, de Juan Ramón Biedma, en papel, de unas 400 páginas, me está costando por aquello de leer a salto de mata: un ratín en el tren, otro tanto en la estación, un poco en el salón… con el kindle, con su peso mínimo, la comodidad para leerlo, por su tamaño de letra variable, por una caja como debe de ser, porque la sensación de no avanzar es mucho menor (suena a chorrada, pero al ser diferente la paginación y la manera en que se ofrece el texto, y supongo que por la novedad del aparato, psicológicamente no siento la barrera que me había surgido con el papel)…, en las mismas condiciones, la sensación es justo la contraria. Y lo curioso es que Feral me ha gustado bastante menos que El humo en la botella.
El uso que voy a darle, por ahora, mientras en España comprar la mayoría de las versiones electrónicas de los libros resulta tan complejo como programar el sistema de armamento del ESS Enterprise (o comprar un billete de tren con una tarjeta de prepago utilizando el sistema de compra segura de Caja Cantabria), es leer:
- Revistas en formato electrónico que, hasta ahora, no había leído porque en la pantalla del ordenata no había manera: Hélice y Artifex.
- Libros que ya tengo pero que, por todo lo que comentaba anteriormente, no leo en formato papel. Como con el que estoy ahora, el muy recomendable Anatomía de un instante, de Javier Cercas.
- Libros que no tengo y están descatalogados desde hace eones. Caso, por ejemplo, de Un fuego sobre el abismo y Tau Zero.
- Libros que pueda ir comprando en tiendas electrónicas como el primero que acabo de adquirir: El carpintero y la lluvia, de Rodolfo Martínez. El próximo será, seguramente, Obituario privado, de Santiago Eximeno (del que tengo pendiente todavía la reseña de la fantástica Bebés jugando con cuchillos). Siempre, y esto lo tengo muy claro, por debajo de 6 euros.
- Legislación y documentos de centro. Así puedo prescindir de, al menos, un kilo de papel que conviene tener en ciertas reuniones.
Y, durante un tiempo, me mantendré alejado de las descargas de libros. Ediciones que ya tengo y, si no cambia el rumbo por el que parece ir la industria, no me duele en prendas reconocer que leeré.
La filosofía que ha guiado hasta el momento a Libranda es el más claro ejemplo de por qué los lectores se echan en manos de ellas. Ni teniendo un IVA superior, no entiendo cómo un libro que prescinde del soporte físico, de la distribuidora, muchas veces de la propia tienda física, puede costar casi lo mismo que la edición original en papel. No entiendo por qué deben venir con restricciones cuando yo un libro en papel puedo dejárselo a quien me de la real gana sin incumplir ningún tipo de legislación. Pero, sobre todo, no entiendo por qué en comprar uno de ellos no se tarda lo mismo que en comprar uno en Amazon: un segundo.
Supongo que tanto la industria, siempre temerosa de cualquier innovación tecnológica, como su brazo ejecutor, una clase política que sigue sin comprender que internet está aquí para quedarse, intentarán poner todas las vallas que les sean posibles al campo. Y escuchando los noticias preocupantes de los últimos años, algo conseguirán. Después se quejarán de lo que llaman piratería, cuando ellos son los máximos responsables de que esta tenga lugar.
Pero este no era el asunto.
¡Tengo un kindle! Y sé cómo utilizarlo.
Ya veo, estás como un Friki con un gadget nuevo. Me alegro que la compra haya sido gratificante y no un capricho posesivo que pierde su ínteres al conseguirse.
Yo se lo que es leer novelas cortas o relatos en una PDA, años ha y no era precisamente cómodo ni estimulante. Con la tecnología de lo Ebooks ha cambiado esto y puede ser un incentivo para retomar el hábito a la lectura.
En la web inglesa de Amazon, he leído que, no cobran gastos de envío y vale 109libras.
PD: El wifi es operativo? vale para el correo web y los blog, por ejemplo?
En el enlace que me pasaste el otro día han publicado un artículo que firmo de pe a pa
http://kindlespain.es/2010/10/07/yo-recomiendo-el-kindle-pero-te-recomiendo-que-te-informes-de-todas-las-opciones/
He probado una vez el navegador que viene con el libro y funciona para sacarte de un apuro (bastante bien para ser tinta electrónica), pero no es un dispositivo pensado para conectarse a internet más allá de descargarte libros (o de pago o los documentos que te envíes directamente al cacharro). Sí que te puede servir para leer fuentes rss utilizando un programa como el calibre, imprescindible para controlar la biblioteca electrónica, aunque todavía no lo he usado demasiado en este sentido.
Eso sí, la compra hay que hacerla directamente a Amazon USA. Parece ser que la tienda del Reino Unido sólo sirve al Reino Unido.
preguntas un poco simples pero es que soy un poco cateto para segun que cosas, libros que tengas ya bajados en el ordenador puedes pasarlos a un dispositivo lector el kindle no tiene un sistema que lo protege de copias no autorizadas?
otra cosa leer directamente en la pantalla del ordenador es tan perjudicial para la vista? supongo que cuando se pasa tiempo delante de la pantalla en blogs y foros esto ya no es asi, no?
efectivamente a la industria y a la clase politica parece como si no les interesara internet y lo digital, recuerda las catastrofistas declaraciones de Jorge Herralde creo que eran durante la feria del libro o el lema de una asociacion de internautas cuando la polemica con la ministra de cultura… quieren hacer de internet una nueva television…
Llevo con el mío sólo 5 días y también estoy encantado, es un aparatito maravilloso. Lo que me defraudó mucho fue comprar libros en Amazon: hay muy pocos en castellano, NINGUNO gratis (los clásicos cuestan entre 3 y 6 dólares) y cuando me decidí a comprar La Carretera, que está en castellano y a $9, Amazon me dice que el libro «no se puede comprar en su región: EUROPA». Muy mal. Así que por el momento compraré ePubs y los transformaré con el Calibre. Estoy con Obituario Privado y me está encantando.
La subida de documentos al kindle se puede hacer a través del tradicional cable USB o mediante una dirección de correo electrónico que te proporciona Amazon y que envía después el documento a tu kindle, vía WIFI (o vía 3G, aunque el mío no tiene). Además de enviarlo hace la transformación del archivo al formato que puede leer el kindle (aunque no transforma todo tipo de ficheros; por ejemplo DOC sí pero ODT no). De todas formas esto no es necesario habiendo un programa como el Calibre, que hace todo tipo de conversiones de una forma muy sencilla. Además de gestionar tu biblioteca de libros electrónicos.
http://calibre-ebook.com/
Y no hay problema con la fuente de los archivos. Puedes subir cualquiera, protegido o no, como los documentos que necesito del cole, legislación, copias descargadas…
A mi me cansa un poco leer en la pantalla. No soy capaz de estar más de diez minutos de seguido leyendo narrativa ante ella. Hasta ahora, cuando necesitaba leer «algo» lo imprimía. Ahora ya he solucionado este problema.
Acabamos de enlazar en Prospectiva un texto de Adrian Hon que, una vez más, muestra el matadero al que se dirige voluntariamente la industria editorial
http://blogs.telegraph.co.uk/technology/adrianhon/100005867/your-time-is-up-publishers-book-piracy-is-about-to-arrive-on-a-massive-scale/
Agravado porque en España comprar libros electrónicos es mucho más caro y complicado que en cualquier otro país.
Cosita, cosita, cosita. Mi tesorrrro. Así llevo ya dos años, que me he ahorrado una pasta en libros (¿comprar yo? ¿pero para qué está el quedelibros?) y sólo paro de leer para acariciar el cacharro. Más bonico.
Por cierto, si quieres quitarle el DRM a algún libro que hayas comprado, te digo cómo 🙂