Hace una semana, el sábado 23, estuvimos en San Sebastián en el concierto de los Rolling Stones en Anoeta. Me hacía ilusión verles en directo una vez más y, como ya me ocurrió en el año 95 en Gijón, hay que aprovechar no vaya a ser que ésta sea la última (¡ja!).
Era curioso observar lo variado de la asistencia: gente con más de setenta años, otros rondando los cincuenta, servidor en la treintena, grupos de adolescentes… Padres con sus hijos, grupos de amigas de cuarentay, seguro, algún abuelo con su nieto… Un acontecimiento que trasciende las generaciones y se extiende a cualquier grupo de edad. No es sólo que sus grandes discos y sus canciones se sigan escuchando, o que haya que acudir al «templo» a rendir pleitesía a unos dioses deseosos de hacer caja cada x tiempo. Ahí está, siempre presente, el pacto tácito entre banda y público: un show de dos horas en los que uno se traslada a un entorno atemporal y disfruta de una actuación memorable.
Se hace difícil obviar que, como dicen muchos artículos a raíz de esta gira, los Stones ya no son lo que eran. Basta con ponerse en casita algún directo de finales de los 60 o de los 70 para comprobar que, ¡oh, sorpresa!, el peso de los años y de los excesos han pasado factura; que Ronnie Wood y Keith Richards, salvo momentos puntuales, no son ni un pálido reflejo de lo que fueron años ha; que la voz de Jagger, aunque potente, enérgica e intensa, ha perdido cualidades. Esperar que casi cuarenta años después el solo de guitarra de Keith Richards en «Simpathy For The Devil» sea equiparable al que se puede encontrar en el álbum Get Yer Ya-ya’s Out es vivir en otra realidad. Lo que los Stones ofrecen en estos conciertos es otra cosa. Un espectáculo Rock de primera magnitud.
Con un escenario mastodóntico que, contra lo que pudiera parecer, no se los traga porque forma parte fundamental del show. Sólo hay que ver el arranque, con unos fuegos de artificio que acompañan a una secuencia que reproduce el Big Bang en la gran pantalla y que, después de un minuto, conduce a la aparición de la banda tocando «Star Me Up»; o cómo las luces caminan siempre conjuntadas con el ritmo y la melodía de las canciones (ejemplar el «Ruby Tuesday«); o cómo se utilizan el fuego, las imágenes en pantalla, las luces y la posición de Jagger en el escenario al comienzo de «Simpathy For The Devil». O cómo, en el momento más celebrado de todo el concierto, a ritmo de «It’s Only Rock’n’Roll», una parte del escenario se desplaza por una pasarela hidráulica hasta el centro del estadio.
Ahí está la banda, con un Mick Jagger corriendo, saltando, sacudiendo las caderas sin control y dejando muestras durante dos horas que su carisma y talento para el espectáculo sigue intacto, con una voz que ha perdido registros pero se mantiene majestuosa. Ahí están los dos guitarras de una irregularidad supina capaces de encadenar un riff o un solo de calidad con otro literalmente bochornoso (el comienzo de Richards en «It’s Only Rock’n’Roll» bordeó lo patético), pero custodiando ese sonido sucio, recio, potente que es la marca de fábrica de la casa. Ahí están el bajo, la batería y la banda, el pegamento que da forma al conjunto y consigue que las canciones suenen como tienen que sonar.
Y, sobre todo, ahí están la puesta en escena, con Jagger y el resto de Stones entregándose al ciento por ciento, y un cuidado repertorio que pasa por las cuatro décadas de historia de la banda encadenando las grandes canciones, los medios tiempos, las baladas, las piezas que permiten el lucimiento instrumental o los juegos vocales. En San Sebastián fue el siguiente:
1. Start Me Up
2. Let’s Spend The Night Together
3. Rough Justice
4. All Down The Line
5. You Got Me Rocking
6. Ruby Tuesday
7. Can’t You Hear Me Knockin’
8. I’ll Go Crazy
9. Tumbling Dice10. You Got The Silver
11. Wanna Hold You12. It’s Only Rock’n’ Roll (hacia el centro del campo)
13. It’s All Over Now (en el centro del campo)
14. Satisfaction (en el centro del campo)
15. Honky Tonk Women (volviendo al escenario principal)16. Sympathy For The Devil
17. Paint It Black
18. Brown Sugar19. Jumpin’ Jack Flash (bis)
A Paula le faltaron el «Miss You» (los coros en falsete animan a cualquiera) y «You Can’t Always Get What You Want». Servidor habría cambiado el homenaje a James Brown por algo más apetecible (aunque el solo de Lisa Fischer, la corista, es potente), hubiese preferido que Richards cantase «Happy», «Little T. & A» o «Before They Make Me Run» antes que «Wanna Hold You»… Pero es lo que un concierto de los Stones debe tener. Los grandes himnos que se tocan en cada concierto del A Bigger Bang Tour junto a otras canciones que varían de lugar en lugar y que permiten que una noche escuches «Midnight Rambler» o «Rocks off» y la siguiente te encuentres con «Can’t You Hear Me Knockin'» (una de esas piezas que es en directo donde cobran sentido) o «All Down The Line».
Como último dato comentar que mi hermano estuvo en Madrid el jueves en el Calderón. No es hombre de Stones pero sentía la curiosidad de verlos en directo. Y salió entre impresionado y alucinado. Cien euros bien gastados.
Nota: Las fotos están sacadas de la galería de El Diario Vasco. Podéis verla aquí.
A mí me parece milagroso que personas de más de 60 años sigan dando la caña que dan.
Un placer volver a leerte.
Estuve el jueves pasado, gracias a la generosidad de Nasandi, en el concierto que dieron en Madrid. Suscribo todo lo que dices, e independiente de que te pueda gustar más o menos los Rolling, hay tres cosas innegables:
1. Son los que hacen el mayor espectaculo musical en un gran recinto (junto a U2).
2. No es que hayan vuelto como otras bandas (Police, The Who,…), es que llevan 40 años sin parar, y eso creo que habrá pocas bandas en la historia del rock que lo puedan decir.
3. En el escenario pese a que todos superan los sesenta años, tienen una energía y vitalidad que no tienen nada de envidiar al grupo de rock de moda de adolescentes recien salido.
Y como bien dice Mr. Kaplan, un placer volver a leerte.
En esta gira no he ido a verlos (o iba al Summercase, que son dos días a todo trapo, o a los Stones), pero la gira del 2003 fue impresionante. Pura caña. Le dieron cien vueltas a los Stones que había visto en 1990, que me parecieron correctos sin más, con destellos ocasionales («2000 Light Years from Home»).
Pero en el 2003 estaban mucho más entonados, con Mick Jagger pletórico, y el único que desentonó fue Keith Richards, que estaba asfixiadito en las dos canciones que cantó mientras Jagger se cambiaba de ropa.
La fauna me maravilló: madres cincuentonas punkis con niñas góticas veinteañeras, y cosas por el estilo. Un concierto familiar.
Me da pena no haber visto el concierto de esta gira, pero no la tenía todas conmigo, y tengo tan buen recuerdo de la gira del 2003 que me daba palo pensar que en esta iban a parecer un cementerio de elefantes.
Me alegra saber que estaba equivocado.
Son y serán los mejores. 🙂
El concierto del año 95, comparado con la gira Urban Jungle, fue la apoteosis y con Richards en un gran momento. Éste, ahí le anda 😉
Por cierto, alucinante la peña que se pasa el concierto colgada de la cámara. Entiendo lo de sacar alguna foto o grabar un poco, pero mantenerse ahí canción tras canción para conseguir unos vídeos infames que (casi) ni se oyen y con una imagen pésima… Masoquismo puro y duro. Por no hablar de lo que molestan a los de detrás, o a los que les gustaría que cuando se pagan las luces SE APAGAN LAS LUCES.
Y gracias por la bienvenida 🙂
Me vais a matar, pero yo no los he ido a ver en concierto… y tampoco me llaman mucho, la verdad. Hombre de Beatles 😀
No es por comenzar otra guerra Beatles vs Stones, pero al menos reconocerás que en directo no hay color 😛
Tuve la suerte de asistir al concierto de Macca allá por el… eh… ¿95?, y lo sigo prefiriendo a los Stones.
Que tampoco es por abrir brecha en una guerra que nunca existió. Pero si los Stones estuviesen sacando discos como el Beggar’s Banquet y estuviesen en esto por la música, ni me lo pensaba; pero estas penúltimas giras de despedida me echan muy p’atrás. Que después se nota en la calidad y en las ganas que le ponen (bueno, como a los U2 contemporaneos: a pesar de ser fanfatal, hay que reconocer que los últimos montajes ya huelen descaradamente a sacacuartos, y se nota en que la emoción ya no está a flor de piel –amén de la voz cada día más cascada de Bono).
Pues eso: que el nene se va al Summercase a ponerse en primera fila para cuando actúen Arcade Fire 😀
No tuve la suerte que muchos de vosotros de asistir a pedazo de concierto el año pasado en Anoeta. Pero sí que fueron unos amigos míos con su hijo. Por lo visto a su niño lo sacó el Señor Jagger al escenario y no tienen fotos ni vídeo de ese momento tan especial. Os agradecería si alguno de vosotros tiene ese material guardado en su cámara o en su móvil me lo hiciera llegar a la siguiente dirección: idelapuente.navarrayrioja@mbagrupo.com
Les haría muchísima ilusión. Mil gracias!!!