Con retraso cierro esta trilogía de entradas con su última entrega, más ombliguera que las anteriores, que juega un papel simbólico como testimonio de lo que ocurre cada vez que un friki de provincias se da un garbeo por una ciudad donde el vicio y la subcultura son más asequibles: las necesarias adquisiciones de libros, cómics, camisetas, figuritas, discos, dividís,….
En comparación con visitas previas, aunque retorné cargadillo, no se puede decir que haya tirado la casa por la ventana. Me he dado cuenta que con el tiempo he ido consiguiendo aquellos libros que realmente me interesaban y el resto, que son la inmensa mayoría, no me atraen lo suficiente ni cuando los encuentro a precios que pueden rondar los 5 o 6 €. Novas blancos, MR de diversa índole, Brugueras, Nebulaes 2ª época,… tengo todos los que pensaba leer (salvo los que figuran en el panel de la derecha de sus pantallas) y el resto no me atraen. Aunque, como plan futuro, no me importaría nada hacerme con las 40 selecciones de ciencia ficción de Bruguera (tengo aproximadamente la mitad) y las antologías de Caralt. Contienen relatos que, es casi seguro, jamás volverán a ser editados en castellano.
Pero vamos con el listado. Fundamentalmente compré cómics, y no muchos, que hay que controlar los gastos. Todos en Mundo Fantasía, tienda donde (creo) todos son de segunda mano y su precio es menor que en las librerías normales. Eso facilita que, por ejemplo, me sacase por 42 € lo que me podría haber costado más de 80 €. En un estado que va de lo perfecto a lo asumbile (un precio mal arrancado de la parte de atrás, alguna marca en las tapas,…; nada serio). Títulos:
- Los tres primeros álbumes del Peter Pan, de Loisel
- La flauta de los pitufos, de Peyo
- Las falanges del orden negro, de Christin y Bilal
- El primer álbum de Sambre, de Balac e Yslaire
- El primer álbum de Aromm, de Zetner y Pellejero
La abundancia de primeros álbumes tienen su explicación. De Peter Pan y Aromm eran los únicos que había, mientras que de Sambre no me apetecía gastarme 35 euros en la colección completa. Aunque me han hablado maravillas de ella, todavía no he ganado los puntos suficientes para hacerme con la Visa Oro. Esperaré a ver cuáles son mis sensaciones. Si son buenas, siempre se puede hacer una escapadita a Madrid para, entre otras cosas, darse una vuelta por la calle Fuentes.
Libros de segunda mano apenas compré. Todo se redujo a la antología seleccionada por Joe Haldeman, Humor cósmico, recomendación de Iván Fernández, y un recopilatorio de los tres libros más señalados de Dino Buzzati: El secreto del bosque viejo (que estaba en una de las listas de fundamentales que hicimos en cYbErDaRk.NeT), El desierto de los tártaros y Los siete mensajeros.
De paso Iván me entregó Ciudadano del espacio de Sheckley y Nuevamente Sturgeon comprados hace meses en Argentina (el primero está bastante cascado), y unos cuantos de regalo que tenía repetidos. Entre ellos, y le estoy doblemente agradecido por ello, un Wells que no había leído y por el que sentía bastante curiosidad Los primeros hombres en la luna (si no me equivoco, la última edición disponible es de hace unos treinta años). Mientras, a Javier Vidiella le saqué un Los mundos de Jack Vance que (glubs) se me olvidó pagarle (anotado está).
Y en la tienda naranja, entregados en mano (es la excusa que hay que utilizar para sacar a David de su madriguera), el ya comentado La verdadera guerra de los mundos, un par de Le Guin (Planos paralelos y En el lugar del comienzo) y el bestseller La clave del laberinto. En cYbErDaRk.NeT sisko lo puso bastante mal, pero es verano, lo han sacado en bolsillo y siempre es bueno meterse uno de estos entre pecho y espalda para «rejalarse» debajo de la sombrilla.
Releyendo todo esto, menos mal que me facilitan cama por el morro donde dormir (gracias eternas, Iván), porque si no el quebranto económico de estas excursiones a la gran ciudad sería de poner los dientes a crujir.