Hoy, día 16 de Abril de 2005, hace cinco años justos que subí a internet la primera versión de El rincón de Nacho, mi página personal que llevo manteniendo desde entonces. Me gustaría poner un pantallazo con su aspecto inicial, pero no guardo ninguna imagen y lo único que he encontrado son enlaces a su aspecto en los años 2001 y 2002, una versión «evolucionada» (sonrojo) de su rústico aspecto seminal, aunque sólo se accede al texto html (las imágenes hace años que desaparecieron de su servidor inicial)
El motivo detrás de su génesis no es meritorio; mi proveedor (CTV, después Wanadoo) me ofrecía 15 megas de espacio web y era del género bobo estar pagando 60 € al año únicamente por el acceso y una cuenta de correo electrónico. Así que me preparé con el Frontpage una web de andar por casa, hecha en veinte minutos, con una apariencia cutre salchichera del montón, y me puse a llenarla de contenido. Primero preparé una sección personal para animar a familiares y amigos a visitarla, un apartado de chorradas,… Y, con tal de darle un poco más de entidad, comencé mi labor como comentarista de libros y cómics con una reseña de El mundo sumergido que, leída cinco años después, me produce pura vergüenza (je,je. No es que haya mejorado mucho desde entonces, pero el rodaje algo se nota).
La idea de escribir los comentarios era (y es) triple: por un lado fortalecer mi débil memoria sobre una parte de los libros que voy leyendo, con vistas a recordar la razón de por qué me gustaron (o no). Siempre es divertido recuperar los gustos que se tenían tiempo atrás. Por otro lado, profundizar un poco más en mis lecturas, más allá del habitual me ha gustado, es muy malo. Intentar explicar el por qué de cada valoración; indagar en las ideas y sentimientos que me producen mis queridas lecturas. Y, finalmente, el omnipresente afán divulgador/exhibicionista de los gustos particulares. La necesidad de comunciar a otros que comparten tus mismas aficiones una parte significativa de lo que has aprehendido durante tu profesión en el hobby.
A las pocas semanas este apartado era el más numeroso y después de este lustro se pueden encontrar, sin contar con detenimiento, unos 250 comentarios entre libros y cómics. Aproximadamente uno por semana. No está nada mal.
Esta labor me ha abierto varias puertas en principio insospechadas. Primero, como contaba aquí, la de cYbErDaRk.NeT. Posteriormente, a partir de esta página, las de publicaciones como Solaris o Gigamesh. Asimismo, por ejemplo, en la Hispacon del 2003 participé en una mesa redonda sobre la publicación de ensayos sobre el género en nuestro país. O, en el año 2004, fui jurado del premio Pablo Rido organizado por la Tertulia de Madrid. Logros minúsculos, todo hay que decirlo, pero que me llegaron gracias a que un día de abril del año 2000 se me ocurrió la idea de fundar la página de marras.
El rincón de Nacho ha ido ganando un pequeño grupeto de lectores fieles que de vez en cuando se han puesto en contacto conmigo para animarme para seguir con ella adelante. Parte de ellos son amigos y conocidos que he ido reuniendo (o me han dejado reunirme con ellos) durante estos cinco años de fluir de unos y ceros a través de las líneas de la red. Otros simplemente son internautas perdidos que un día arribaron hasta las cosas de mi rincón de la red buscando información sobre algún libro y por casualidad descubrieron otros, mejor o peor comentados. ¡Va por vosotros chicos!
Como curiosidad, esporádicamente alguno de mis alumnos descubre el santuario de su profe de ciencias/tecnología. La reacción más divertida la tuve hace tres años cuando varios alumnos de 2º de ESO llegaron únicamente a la página donde me presento y la asociaron a que buscaba pareja (cuando ya llevaba un tiempo emparejado). Después, cuando ya les puse sobre la pista sobre cómo llegar al resto del material, descubrieron todo lo demás y llegaron a la conclusión de que más que una cita lo que necesitaba era un psiquiatra (leía cosas muy raras). Lo más divertido fue comprobar cómo habían imprimido mi personalísima narración de El Camino de Santiago y lo llevaban al colegio para leerlo y enseñármelo.
Para el futuro me gustaría seguir adelante como hasta ahora, intentando mantener el ritmo de una actualización semanal (dos en vacaciones) y sin muchos cambios. Se ha convertido en una página sobre libros y mientras se pueda leer no hace falta meterle nada más (verbigracia; no me apetece aprender más html, ni mucho menos php o meterme con el Dreamweaver). Pero si antes ya me veía incapacitado para comentar todo lo que leo en estos momentos estoy más que sobrepasado. De los libros que he leído en los últimos meses tengo varios por comentar y no tengo ni hora y media para cerrar ninguna de las reseñas que están perfiladas. El blog me come tiempo, pero (no me pregunten por qué) me es más fácil escribir informalmente para aquí que retomar el ceremonioso estilo que uso en los comentarios para El rincón. Asimismo lo de ser jefe de estudios copa parte de mi atención y mentalmente me cuesta más ponerme con estos asuntos de la red. De todas formas, seguiré con ello.
No me resisto a concluir esta entrada con esa genial cita de J. G. Ballard que abre mi página desde el primer día y que estará ahí hasta el final
Los mayores desarrollos del futuro inmediato no tendrán lugar en la Luna ni en Marte, sino en la Tierra. Y es el espacio interior, no el exterior, el que hace falta explorar. El único planeta verdaderamente extraño es la Tierra.