El actual gobierno de Cantabria está intentando explotar el patrimonio natural y cultural que posee nuestra región y atraer un turismo que cuando pasa por nuestra región apenas se fija en Santillana y las playas de la costa. Iniciativas como el contrato con Ryanair, potenciar al máximo la estación de esquí de Brañavieja, explotar el año jubilar lebaniego, construir varios campos de golf (algunos en zonas que debieran tener el máximo de protección) o el próximo proyecto que se va a realizar en Comillas, con mejor o peor suerte, más o menos idea, hablan bien a las claras de esa voluntad.
Uno de los elementos fundamentales de esta promoción es la inversión en lo que se podría llamar turismo geológico; sacar todo el partido posible a los centenares de cuevas que horadan la geografía de la región y que tienen sus máximos exponentes en Altamira y el Soplao. La primera como yacimiento rupestre mundialmente conocido y la segunda como formación geológica excepcional de visita obligatoria (escribí sobre ella hace unos meses). En este segundo sentido el Gobierno Regional ha buscado otra cueva de la que sacar el mismo partido lo suficientemente alejada de la primera como para evitar el solapamiento. Y la encontró en el pueblo Ramales en la cueva de Cullalvera. La visité hace unas semanas con unos amigos y… en fin. Han pinchado en hueso.
El acercamiento no hace prever la decepción. Se deja el coche en el mismo pueblo de Ramales y por un bonito sendero uno se aproxima a pie hasta la boca de la cueva, con un acercamiento al medio natural que se pierde un poco cuando tienes que entrar a través de un atestado aparcamiento y un edificio-entrada en el que compras las entradas, recuerdos,… Además Cullalvera tiene una entrada difícil de olvidar: una inmensa abertura de casi 15 metros de acho por unos 30 metros de alto (ver fotografía) que deja absorto.
Sacas las entradas, alguna foto, esperas a que llegue el momento de la visita, te introduces en el interior, te detienes ante un vídeo introductorio que presenta el valle, los municipios, la cueva,… lo habitual. Sin embargo una vez pasas al interior descubres que cualquier monumentalidad quedó únicamente en el tamaño y en la promoción publicitaria. Por dentro apenas hay otra cosa destacable. Y es que después de haber visitado lugares con formaciones kársticas impresionantes, estalactitas y estalagmitas mucho más numerosas, más grandes o más pequeñas, formas más variadas, coladas y banderas imponentes, excéntricas que viajan en todas las direcciones,… en Cullalvera todo esto (casi) brilla por su ausencia. Es una formación más austera en la que la acción de un curso de agua ha arrasado con parte de lo que pudiera haber.
Asimismo la explotación que se ha realizado no es precisamente ejemplar. La visita es guiada por un montaje trasnochado relatado por una voz en off que parece extraída de un anuncio de Casa Tarradellas (un abuelo le explica a su nieto la historia de la cueva y, muy muy por encima, a un nivel de 2º de E.S.O., algunas de las formaciones que nos vamos encontrando en el recorrido). Miedo me da de pensar las risas que se echarían mis tranquilos alumnos a la hora de visitarla.
Después, por respeto al ecosistema, la visita se ha quedado corta. A unos 300 metros de la entrada existe un derrumbe que no se ha podido tocar y que no permite llegar a las formaciones más interesantes o unas pinturas rupestres que únicamente se ven dibujadas en la pared por un haz láser. En el futuro sólo la visita en plan aventura espeleolológica permitirá la visita de esta zona. Asimismo los guías dejan mucho que desear. Cierto que todavía no han tenido tiempo de rodarse, pero los que nos tocaron en suerte no sólo no tenían la facilidad de palabra que uno espera en alguien que tiene que ganarse la vida exponiendo sino que, además, por su inseguridad y manera de expresarse, parecían tener los mismos conocimientos sobre el tema que cualquier visitante tipo, careciendo de la formación exigible.
Dejo para el final lo más sonrojante. Alguien de turismo se debió dar cuenta que la visita era corta y escasamente espectacular, y se le ocurrió una forma de tenernos cinco minutos entretenidos. Un número musical de una fuente que expulsa agua al son de la música. Lo pasmoso de la iniciativa es que como no les debía entrar nada parecido a las fuentes de Montjuic han tenido que contentarse con dos abrevaderos de medio metro de ancho por dos o tres metros de largo en las que cinco chorritos minúsculos van subiendo y bajando al son de la banda sonora de La compañía del anillo. Digno de Gila pasado por un tamiz friki.
Así como recomiendo la visita turística a los diferentes pueblos que se encuentran en el recorrido del río Asón, su precioso nacimiento, El Soplao o la entrada de Cullalvera (gratis), no puedo hacer lo mismo con el interior. Se ahorrarán cuatro euros y un cabreo considerable. Aunque si va en grupo asegura tema de conversación y ocurrencias para el resto de la jornada.
Pues querido Nacho hay lo que hay, de dónde no hay no se puede sacar.No te avergüences de eso que cosas peores se ven por ahí.Nada más que el hecho de ir a Cantabria merece la pena.Todo es precioso y unas cosas pues lo son más que otras pero no te indignes que por cuatro euros….te han dado para hacer un post en tu blog,jejejej!!!!
El pasado Domingo en El Diario Montañés publicaron un publirepor… digo un artículo de presentación de Cullalvera
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060827/sociedad/cullalvera-convirtio-cueva_20060827.html
Lo pongo aquí para atemperar mi opinión. Y confieso que estoy intrigado… la entrada ha aumentado de tamaño, la fuente ha desaparecido de escena, los proyectores normales ahora se tildan como alta tecnología,… Uelcom tu de rial uorl, nio
la verdad es que en el articulo este se han tirado un poco de la moto en cuanto a las dimensiones…yo no digo nada, simplemente que soy espeleologo y desde mi pnto de vista afortunado por entrar en la cueva que kiera gratuitamente, pues os diria que no pagaria mas de 2 euros por entrar en cullalvera.mi opinion es bastate subjetiva pero bueno, considero que para que una cueva pueda explotarse para el turismo ( hacia lo que estoi totalmente encontra, pero bueno…)se necesita algo mas que una entrada grande y un pasado historico. pero tambien os digo: en todas las cuevas denominadas turisticas hay trampa, sin ir mas lejos, la famosa cueva de valporquero, creo que la zona turistica es hora y media de recorrido o algo asi…puede parecer mucho…si no se iene en cuenta que la zona NO turistica son unas 8 horas, i que se sale enla cascada de las hoces de vegacervera, y la verdad, la zona no turistica no tiene absolutamente nada que envidiarle a la turistica. venga saludos
Los mejores recuerdos de mi vida los tengo de Ramales y sus alrededores. Yo vivo en México, pero he veraneado ahí toda la vida. Mi casa estaba muy cerca de la Cullalvera y de chaval me gustaba mucho visitarla. La última vez que fui, hace 2 años, quise llevar a un amigo a conocerla. Fue decepcionante. Una cueva pierde toda su magia cuando se construye un camino de entrada, caseta de cobro, etc. Me dio mucha tristeza encontrarme con esto.