Hace seis años escribí esta entrada dedicada a La Engaña. Durante varias décadas el túnel ferroviario más largo construido en España, parte fundamental del antiguo ferrocarril Santander-Mediterráneo, jamás puesto en servicio. Entonces lo visité por su boca sur, en las proximidades del pueblo burgalés de Pedrosa de Valdeporres. Este año ha tocado una breve excursión por su boca norte, a escasos kilómetros de Vega de Pas, Cantabria. Una ruta extremadamente sencilla que no tiene más dificultad que enfrentarse a un par de oscuros túneles.
Lo más asequible es dejar el coche en el puerto de Estacas de Trueba, seis kilómetros después de haber atravesado Vega de Pas (si se quiere subir andando, se puede estacionar el coche en el pueblo y caminar por el fondo del valle). El lugar no tiene pérdida; al otro lado del estrecho valle se observa la estación de Yera; una de aquellas edificaciones del viejo Santander-Mediterráneo que todavía se encuentran diseminadas por la geografía de Cantabria o Castilla.
Después de haber bajado hasta Yera, un puñado de casas entre las que destacan las construidas para los trabajadores del ferrocarril, se asciende hasta la plataforma por la que debiera haber discurrido el tren. Cuando a finales de la década de los 50 se suspendió el proyecto de forma definitiva, la infraestructura estaba prácticamente construida y, como se puede observar en las fotos, en su tramo final apenas faltó poner las piedras y los raíles. Algo que facilita la marcha. Eso sí, es recomendable llevar buen calzado pues abundan las surgencias durante el recorrido.
La estación de Yera se halla sostenida por una serie de arcos que proporcionan la superficie adicional necesaria para situar el andén y los edificios de la estación. Construcciones que, sin amenazar ruina, están en pésimas condiciones. Una clara metáfora de lo que nos vamos a encontrar en la hora siguiente y lo que es la historia del Santander-Mediterráneo. Abandono.
Desde aquí hasta el túnel de La Engaña hay que atravesar cuatro túneles. El primero y el tercero muy cortos. El segundo y el cuarto mucho más extensos, de un par de cientos de metros y en curva. En su interior prácticamente no hay luz y es recomendable llevar una pequeña linterna (o un móvil con flash LED).
Entre las construcciones que se ven durante el recorrido destacan los barracones junto al cuarto túnel, supongo que el lugar donde vivieron durante mucho tiempo los trabajadores que estaban construyendo el túnel por su vertiente norte. Barracones que, como curiosidad, aparecen en La vida que te espera, la película de Manuel Gutiérrez Aragón que se acerca a la vida de los pasiegos a comienzos del siglo XXI.
Y nada más terminar el cuarto túnel se puede observar, al fondo, La Engaña. 6976 metros de oscuridad, filtraciones, varios derrumbes… y alguna que otra sorpresa.
Conozco gente que lo cruzó hace unos años después del hundimiento parcial en su parte central a finales de los 90. Y, buscando, he encontrado este foro donde se relata la experiencia de unos ciclistas que lo han atravesado hace apenas un año (las fotos son impresionantes). Tengo ganas de hacer lo mismo.
El paso de La Engaña.
Me llama… veremos si lo suficiente.
Enlaces:
A mí me huele a The Descent, burgalese edition.
Pues a mí a la Moria o Moira o como se llame. Una bonita excursión.
Me quedé con las ganas. Quizás el año próximo…
La tengo marcada en la agenda para tu próxima visita de «entidad». Y alguna otra que no hicimos por falta de tiempo.
¡Bien!
Gracias por enlazarnos. Y espero que lo cruces pronto. Es una experiencia muy interesante
Buen reportaje, a nosotros aún nos queda por visitar la boca norte. Espero no tardar mucho en ir por que se está deteriorando rápidamente.
Gracias por enlazarnos.
Muchos saludos