Vampiros

Aprovechando que ya tengo en mi poder Zombies, la antología de relatos de no-muertos recién publicada por Minotauro, he recordado Vampiros, una antología publicada por Robin Book hace dieciocho años y que tenía por protagonistas a las otras criaturas de moda en la literatura de terror actual. Pero no a las bestias ingenuas carne del romanticismo juvenil más idiotizado, ni a las bestias amorales de toda la vida. Aprovecho para recuperar la reseña que escribí hace más de ocho años (una de las primeras, jeje) para recordarla. A ver si algún editor se acuerda de ella para reeditarla como se merece: cuenta con relatos apasionantes.

Resulta curioso observar cómo los criterios mercantilistas son capaces de cambiar los títulos de ciertos productos y jugar con su aspecto exterior con el único fin de vender más libros. Al mirar la portada de esta estimable antología de relatos nos encontramos con dos de estos subterfugios; el primero bastante evidente y el segundo no tanto. La desnudita chupasangres que la preside, que parece indicar que en el interior vamos a asistir a un desfile de hembras en una pasarela sado-gore-porno-soft, y el cambio del título Blood Is Not Enough, «La sangre no es suficiente», por el mucho más comercial Vampiros. A pesar de hace referencia a lo que te encuentras en el interior es mucho menos sugerente y pierde parte del sentido que tiene el original; aunque algunos de los relatos sí que tratan sobre los vampiros más clásicos, los adictos a la sangre y los cuellos de toda la vida, Vampiros se centra más en los que extraen la fuerza vital, las emociones o la esencia de las personas. Porque el vampirismo es un concepto mucho más amplio que la simple transferencia de hemoglobina.

La encargada de realizar la recopilación es Ellen Datlow, reputada editora de la revista Omni y con muy buen ojo a la hora de seleccionar el material a publicar, como ya dejó entrever en Sexo alienígena (donde además de demostrar que conoce a la perfección el territorio en el que se desenvuelve dejaba entrever un cierto inconformismo y gusto por la variedad)

Ya el relato que abre el libro es una señal de que no vamos a encontrarnos con el concepto de vampirismo usual. «El deleite del carroñero» es la historia de tres seres con la capacidad de controlar el comportamiento de las personas y que se alimentan de la desesperación que crean a su alrededor. Periódicamente se reúnen para comparar las diferentes perversiones a las que han sometido a sus marionetas, estableciendo una especie de competición para comprobar quién es más hijo puta. Una muestra de terror puro de Dan Simmons a la que sólo se puede achacar su anticlimático final y que pone de manifiesto su facilidad para moverse en las distancias cortas, como ya había hecho en relatos como «El río estigia fluye corriente arriba», «Metástasis» o los cuentos que formaban Hyperion.

Después la antología nos conduce por una serie de relatos en los que la figura del vampiro acaba siendo más cercana al canon. Cuentos como «La mar no podía estar más mojada» (inspirado en la historia de las ostras de Alicia de Carrol) o la clásica atracción vampiro víctima de «El collar de plata» suponen dos buenos exponentes de esta forma de entender el mito.

Un tanto decepcionantes son los relatos de dos escritores consagrados como Harlan Ellison o Tanith Lee. Ellison, uno de los más brillantes cuentistas de la ciencia ficción, se pierde en la forma y llega a extenuar con su mareante «Prueba con un cuchillo sin filo», una prueba de paciencia para el lector por su excesivo experimentalismo. Y Lee, a la que nunca he podido tragar, vuelve a mostrar su reputada ñoñería en una tontería sin interés que lleva por título «El árbol janfia».

Sin embargo, el otro «gran» nombre que comparece en sus páginas sí que cumple (y de sobra) con la revisitación de uno de sus cuentos más célebres: «La chica de los ojos hambrientos»; típica y refrescante muestra de la elaborada prosa del autor. Fritz Leiber se ha caracterizado especialmente por saber llevar el horror sobrenatural a las situaciones cotidianas de todos los días y, como ya hizo en novelas como Esposa hechicera o Nuestra señora de las Tinieblas, vuelve a introducir a una mujer con poderes sobrenaturales dentro de la aburrida vida de un perdedor.

Quizás la cumbre de la antología se encuentre en el divertido «¡L´Chaim!», una sorprendente historia de un club de vampiros donde las víctimas son seleccionados según su fecha de nacimiento como si de un buen vino se tratase. Igual de bueno, aunque con un tono completamente opuesto, es «Entre los muertos», una dura historia que se desarrolla en un campo de concentración nazi y en el que un judío deja sin una gota de sangre a sus compañeros con el único fin de ser él el superviviente. Hay que decir que cuando fue publicado en los EE.UU. desató una incomprensible controversia dentro del fandom. Puede resultar bastante extraño ya que por una vez el enemigo no son los nazis que llevan el campo y ejecutan a los prisioneros, sino un judío que juega el papel de lobo entre los corderos. Tanto la elección del decorado (campo de concentración) como la de los personajes (lucha a muerte entre dos judíos) fueros los causantes de dicha polémica, pero en ningún momento se falta al respeto a las víctimas del holocausto, que queda como la atrocidad que fue. Ni, tampoco, se ensalza el nazismo. Eso sí, resulta duro y puede llegar a herir alguna sensibilidad, sobre todo con el acongojante, aunque previsible, final.

Por otro lado, también resultan muy recomendables «Sentir el dolor de otro», de Chet Williamson, y «Trabajo sucio», una de las escasas traducciones de la obra de Pat Cadigan. El primero es un entretenido relato que lleva el tema hasta las representaciones teatrales de Broadway, donde una actriz se dedica a «robar» las emociones de sus compañeros de reparto de forma que puedan servirle de arsenal, mejorar su registro y así cautivar al público. Nada realmente novedoso pero contado con ritmo y savoir faire. «Trabajo sucio» resulta quizás la pieza más extraña de todas, fruto de una de las mentes más innovadoras de la ciencia ficción y que aquí da su peculiar visión del tema. En este caso está centrada en el intercambio de emociones dentro de un grupo cerrado, que se vampiriza mutuamente y que de vez en cuando necesita que alguien de fuera (la tópica sangre nueva) traiga emociones diferentes que insuflen un poco de aire en el viciado ambiente del interior de la colonia. La estructura elegida para contar los sucesos es un homenaje a la novela vampírica seminal, Drácula, la novela epistolar por excelencia, al adquirir la forma de una larga carta.

Resumiendo. Vampiros es una más que interesante recopilación, con un nivel medio bastante alto, que no debe faltar en ninguna biblioteca de los amantes de las historias de vampiros.

Esta entrada ha sido publicada en Libros sabrosos, Reseñas y etiquetada como , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Vampiros

  1. sofia dijo:

    ¿donde puedo conseguir este libro?

  2. Nacho dijo:

    En alguna librería de «viejo», aunque supongo que será difícil porque el libro no se saldó. Puedes probar también en Iberlibro o Libris, dos webs con bastantes librerías de segunda mano asociadas. Si no en algún foro especializado en la compra-venta de libros como el de La tercera fundación. En cualquier caso, suerte.

Los comentarios están cerrados.