En el último número de Emerald City apareció una reseña de la edición estadounidense de Contra el mundo, contra la vida de Michael Houellebecq. En ella se hacía un comentario significativo sobre las numerosas citas a textos de Lovecraft que Houellebecq realiza a lo largo del ensayo
Translator Dorna Khazeni describes the frustration that he and S.T. Joshi experienced in attempting to find the sources for all of the quotations that Houellebecq used. (Some may turn out to have been inventions of those who translated Lovecraft’s work into French.)
Más o menos, que para los traductores del libro al inglés fue imposible encontrar todas las citas de los textos originales de Lovecraft porque algunos parecían invenciones de los traductores de sus libros al francés.
En lo primero que uno piensa es en lo que más o menos se sabe: una traducción de ida y vuelta (es decir, coger un texto, traducirlo a otro idioma y después hacer el camino inverso) puede conducir a variaciones sustanciales del original. Por muy buenos que sean los dos traductores implicados en el trabajo. Sin embargo entonces me acordé de algo que Jean Mallart ya me ha comentado un par de veces y que ha probado en sus propias carnes: cuando está por medio el francés y el tipo de traducción que, por tradición, se ha hecho allí desde tiempos inmemoriales, la cuestión no se reduce únicamente a la inventiva (cosa de la que aquí no andamos escasos. Ya escribí algo sobre la edición «clásica» de El fin de la eternidad que hemos leído). Resulta que hasta el escritor más mediocre parece, o se le hace parecer, un aprendiz de Flaubert. Y a continuación recordé una de esas novelas de cabecera que la mayoría de los lectores de literatura fantástica tenemos: Solaris, el clásico de Stanislaw Lem. Si no recuerdo mal, una traducción realizada no sobre el original en polaco sino sobre la edición francesa por el dúo Matilde Horne y Paco Porrú… digo Francisco Abelenda.
Y entonces me pregunto… ¿qué cojones hemos leído?
Todo por no hacer como Bruguera y buscarse un traductor directo, en aquel caso la recordada Jadwiga Maurizio. Sería interesante que alguien (¿Minotauro?) rectificase esta barrabasada y encargase una traducción directa. Entonces seguramente la «traición» sería mucho más asumible y yo podría quitarme de encima la extraña sensación que me sacude cada vez que pienso en ello…
Dios mío, terrorífico. Mi edición de Círculo de Lectores también es de ellos :S
Y no es el único caso. Por ejemplo a los Strugatski a veces también se les ha traducido directametne de otras lenguas. Era demencial leer la explicación del prólogo de Miquel Barceló sobre «Stalker» y su traducción del inglés cotejada con otras al español previas o al catalán (¿costaba mucho haber pagado a un traductor de verdad para que hiciese un trabajo directo del ruso?)
La verdad es que es ciertamente inquietante. Recuerdo que ya hubo una cierta discusión acerca de algunas obras de Asimov que habían sido recortadas en la traducción (lo que ya tiene narices, porque mira que son literariamente sencillitas).
Ahora nos expones un ejemplo distinto, pero de la misma naturaleza. Supongo que en las traducciones del inglés o del frnacés, aún nos queda la solución de comparar, pero ¿cuántos de nosotros tenemos sólidos conocimientos de polaco o ruso? No le veo mucha solución.
Todo pasa porque los editores se decidan a contratar una traducción directa. Pero a veces es más cómodo y rentable traducir del francés o del inglés 🙁
Pues sí que es un tema para pensarlo y meditarlo. Todos tenemos ejemplos en la cabeza de traducciones que empeoran al original, incluso algunas que lo mejoran. En casos como este, la pérdida de información o del estilo sería más grave.
Y como decís, tampoco es tan complicdo encontrar traductores para ciertos idiomas, es más difícil pero tampoco es imposible.
No deja de ser curioso que Nacho haya puesto como ejemplo un libro de un autor que ha escrito mucho sobre la incomunicación entre las personas o con otro tipo de seres. No sé si lo habrás hecho a propósito.
No se me había pasado por la cabeza. La has clavado 😉
Os meus cumprimentos e parabéns
En todas partes cuecen habas. En los 70 en USA solo conocian a Lem por traduciones del aleman y apenas unos pocos titulos («El Invencible» era uno de ellos). Aqui se traduce mal pero se traduce y gracias a eso tenemos una vision de lo que se hace en otros sitios. En anglosajonia solo se miran al ombligo sin preocuparse del resto del mundo. Asi son ellos, asi somos nosotros. Narcisistas vs Chapuzas.
¡Vaya, que casualidad! Cuando terminé de leer Solaris escribí un pequeño comentario en mi blog y puse una frase muy parecida:
«¿qué coño estoy leyendo en realidad?»
Por si a alguien le interesa saberlo (lo sé, es muy feo hacerse autopropaganda) suelo escribir artículos comparando libros (sobre todo), películas, series o tebeos en versión original con sus traducciones al español. En general suelen ser muy malas.
¿Qué fue de Jadwiga Maurizio? ¿ha muerto? lo digo porque los de Editorial Impedimenta están buscándola, a ella o a sus herederos, por asuntos de derechos…
Te envío un correo.
Por cierto, menudo sorpresón. Impedimenta ha conseguido los derechos de «Solaris» y prepara una nueva traducción directamente del polaco. Me quito el sombrero.
Impedimenta traducirá Solaris directamente del polaco
http://tienda.cyberdark.net/solaris-n40043.html
¡Por fin!
¡Ahora me has hecho sospechar de mi lectura de Solaris! Al menos ahora hay editoriales que se preocupan de buscar traductores directos, en lugar del truco habitual de leer traducciones del francés de traducciones del ruso 🙁
Hola me gustaría, a ser posible, que José Alfonso se pusiera en contacto conmigo por su post del 21 marzo 2010 a las 11:30 am, ya que yo dispongo de información sobre J. Maurizio. Gracias.
«¿Qué fue de Jadwiga Maurizio? ¿ha muerto? lo digo porque los de Editorial Impedimenta están buscándola, a ella o a sus herederos, por asuntos de derechos…»
Muchas gracias por ofrecerte. Le acabo de enviar por correo tu dirección de correo por si sigue interesada en ella.