El Prestigio

Nota introductoria: sí, ya sé que cine y literatura son dos medios diferentes, que aquello que funciona a la perfección en uno no tiene por qué hacerlo en el otro y que a la hora de adaptar una novela es necesario introducir una serie de cambios que pueden poner entre frenéticos y rabiosos a los lectores de la primera.

Dicho lo cual, sorpresa, he quedado más que satisfecho con la adaptación que Christopher Nolan ha realizado de la fabulosa novela de Christopher Priest El Prestigio. No sólo de la parte técnica, los actores (ganas tengo de verla en V.O.), el montaje… sino también del guión de Christopher y Jonathan Nolan en el que consiguen algo que, a priori, parecía complicado: llevar la novela al cine manteniendo parte de sus señas de identidad. Me resulta sumamente injusto que su labor no haya merecido, al menos, una mención en el apartado de mejor guión adaptado de los Oscars de este año; supongo que a la postre, como en otras tantas categorías, priman otra serie de «cualidades» y no necesariamente el conocimiento del original y el trabajo realizado sobre él.

Aunque, ¿satisfecho del todo con la adaptación? Nooooooo (intento morderme la lengua pero es superior a mis fuerzas). Hay un par de detalles en el que se les va la mano de forma sintomática y pelín traidora. A partir de aquí comienzan los spoilers. Eso sí, lo más leves que pueda.

Me refiero concretamente a todo lo que rodea al prestigio de Alfred Borden y la manera en que se reafirma a lo largo del metraje: los diálogos que mantiene con su mujer (hoy te quiero, hoy no), cuando habla de una parte de sí, cómo cámara y montaje burlan una visión clara de su ayudante y señalan que algo ocurre con él… Un conjunto de situaciones, diálogos, torpezas, que entran en conflicto con la manera en que, creo recordar (y a partir de aquí toda referencia al libro se diluye en la fragilidad de mi memoria; lo leí cuando salió hace casi cinco años), sucede en el original, donde Priest era mucho más comedido y jugaba una serie de bazas más sibilinas y sutiles que desembocaban en la misma conclusión.

A esto se une algo que, aunque pueda parecer una chorrada, me sacó un poco de quicio; si no recuerdo mal, salvo El nuevo hombre transportado y la referencia a la pecera, Priest no desvelaba ni un sólo truco más. De hecho hay un significativo pasaje de la novela en el que Borden relata en su diario cómo era uno de sus espectáculos de magia y aunque se denotaba que todo derivaba de la puesta en escena, los artilugios y su habilidad como mago, no revelaba absolutamente nada de cómo era posible. Sin embargo en la película, a parte de las ilusiones antes referidas, se desvelan varios trucos: el pájaro en la jaula, el número de escapismo acuático, la pistola cargada… En mi perpetua ingenuidad, me sentí un tanto ultrajado. No disfruto mirando detrás del bastidor y prefiero seguir en mi desconcierto para continuar deleitándome con ciertos trucos clásicos que, ahora, se han revelado; porque además la historia no lo demandaba.

En el fondo todo se debe a lo que el cine de grandes productoras elige ser en contraposición a una opción que (una parte de) la literatura parece todavía atesorar: la política del acto y su ineludible explicación versus la relación entre hecho, sugerencia e incertidumbre. Nos estamos acostumbrado a calificar, con suma alegría, a las incógnitas no fundamentales que no se despejan durante el desarrollo de una historia como cabos sueltos sin meditar si son fundamentales o si es necesario que se aten; mola más afirmar que el argumento tiene más agujeros que un paredón o que se acude a un deus ex machina. Sin embargo no siempre es así y podemos estar ante una obra perfectamente cerrada en la que se busca que el espectador/lector se sienta partícipe no sólo del desarrollo sino también a la conclusión. Una propuesta en la que uno pueda deleitarse más allá de la última página jugando a juntar las piezas para ver si la impresión que ha quedado es correcta o, incluso, experimentar la inquietud de que no encaje todo; no porque no estuviese ahí sino porque, como en la vida, algún detalle importante se ha pasado por alto. Y mira que aquí los Nolan podrían haber dejado todo en un plano mucho más sutil, acudiendo a (por ejemplo) la simbología con la que representan ambos trucos: los canarios, la jaula, el gato… Pero…

A otro nivel, tampoco me ha convencido cómo uno de los temas favoritos de Priest, la percepción de la realidad y la fiabilidad de los narradores, que le habría dado al film el clásico toque Rashomon, se transforma, por la importancia dada a la obsesión y la rivalidad entre Borden y Angier, en un a ver cuánto soy capaz de putearte en el que los diarios se convierten en meras armas arrojadizas. Combate en el que se diluye el antagonismo entre ambos caracteres según la manera de entender la magia (el mago que vive para ser mago y el mago que vive de ser mago; el mago tradicional y el mago «tecnológico»), o el horror existencial derivado de la máquina de Tesla, también supeditado a la obsesión y el deseo de venganza. Aunque, todo sea dicho, con este giro que le han dado todo funciona y han logrado un ejercicio de magia narrativa con el montaje que necesitaba la historia.

No quería terminar sin hacer mención al clímax; me resultó tan apoteósico que vibraba con cada revelación a pesar de saberme la misa enterita. Incluso con los momentos más gratuitos, por efectistas, como el abracadabra encadenado al último gran giro de ese destornillador lanzado que es la película. Por un momento envidié a la mayoría de los espectadores que no sabían nada del libro y pudieron disfrutarla (o sufrirla) desde el total desconocimiento. Aun recuerdo lo que sentí al ver Memento y me hubiese gustado recuperar aquella sensación de ir recibiendo la piezas para encajar el puzzle.

Nota: Parece mentira cómo hemos cambiado en un siglo, desde los tiempos en los que la ciencia era un reclamo para atraer al gran público y daba prestigio, a ahora cuando se ha convertido en la antítesis de la atracción. Y, sin embargo, cómo sigue aterrorizando…

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10 respuestas a El Prestigio

  1. Marc R. Soto dijo:

    Bueno, yo fui a verla en VO sin haber leído el libro y… guauu… me encantó. A mí no me molestó en absoluto que explicaran lo del canario. (spoiler a partir de aquí) Es más, lo veo necesario y muy apropiado: de ese modo se subraya una de las diferencias fundamentales entre los dos protagonistas de la película (quién está dispuesto a mancharse las manos, entre otras cosas), además se presenta el tema de «los dobles». Me pareció simplemente perfecto cómo toda la película gira alrededor de esos dos temas.

    No he leído el libro… y te envidio a ti por haberlo hecho de forma «virgen», porque tiene una pinta estupenda. A ver si me lo regalan para mi cumple. Pero hay cosas que funcionan en un libro y en la gran pantalla no, y viceversa. ¿Podría funcionar la película sin explicar los trucos? ¿Ganaría o perdería, de hacerse así?

    Hummm… no estoy seguro. A mí me pareció perfecta, qué quieres que te diga. Quizá lo único que no me gustó, o que me gustó menos, fue la actitud del «mago pijo» (es que no me acuerdo del nombre), todo el rato en plan: «gñ… él mató a mi mujer… gñ…»

    En cuanto al secreto de El hombre transportado, me di cuenta bastante antes de lo que pretendía el director y… diossss… lo flipé. A medida que iba continuando la película yo mismo me la fui reconstruyendo viendo cómo encajaba todo, los sacrificios necesarios por parte de Borden, y… fiuuuu…

    Una gozada.
    Ahora, a leer el libro 😀

  2. KesheR dijo:

    Aburreovejas, tengo un problema muy grande con esta película. ¿Cómo se puede disfrutar una película como esta en la que he adivinado sus giros de guión desde el primer momento?

    —- SPOILERS GORDÍSIMOS —–

    He adivinado que Hugh Jackman no estaba muerto en cuanto le he visto morir al principio. En ese momento Michael Caine está explicando que todo buen truco necesita de una reaparición, y la analogía con el mago me parecía más que evidente: en algún momento de la película aparecería de nuevo, creía yo que en medio del juicio.

    Cuando he visto lo que podía hacer la máquina de Tesla (el plano de los sombreros, magistral por cierto) he adivinado automáticamente el final. Incluso he adivinado que eso generaría una serie de clones que tendría que matar.

    Lo realmente frustrante es que he calado al gemelo de Christian Bale desde su primer fotograma. Entra la mujer de Bale por la puerta y está el “ingeniero” sentado; le miro a la cara y pienso “pero si ése es Christian Bale con maquillaje”. Luego dice “adiós” o algo así y es ¡el mismo doblador de Bale! Así que he sabido que había dos Christian Bale desde el minuto cero.

    También adiviné sin ningún problema, incluso era obvio, que el magnate que compraba todas las cosas de Jackman era el propio Jackman.

    Lo único que me ha sorprendido es que el cuaderno de Bale fuese mentira, pero eso es lo de menos.

    —— FIN DE LOS SPOILERS ——

    Entonces……… ¿cómo puedo disfrutar una película basada en los giros de guión en la que he predicho todo sin problemas? El final, por tanto, se me ha hecho eterno porque no me ha aportado nada nuevo. Incluso he desconectado cuando tienen ese último diálogo sobre la magia de los trucos, que es una metaconversación sobre la propia película.

    Al final lo que me queda de la película es lo que no tiene que ver nada con los giros de guión: el inmenso David Bowie y su máquina infernal, el poblado iluminado, los trucos, Michael Caine explicando las fases de un truco…

    Decepcionante.

  3. Iván Fernández Balbuena dijo:

    Creo que todo el mundo sabe de mi aversión a las adaptaciones «libres» de libros que me han gustado mucho.
    Realmente, el caso de esta peli es peculiar, tengo el libro más fresco que Nacho y he de decir que como adaptación se toma unas libertades impresionantes. De hehco, hasta intercambia algunas de los rasgos de personalidad de los magos del libro. Ahora bien, como peli me ha gustado bastante lo que no deja de ser, como decía, una contradicción.
    Así que, en mi modestz opinión, esta peli mas que adaptación es recreación. Se coge el mismo argumento, algunos personajes y situaciones y se reeescribe la historia con intenciones y resultados diametralmente opuestos a los del libro.
    En resumen, no es «El prestigio» de Priest si no como habría hecho Nolan esa historia si se le hubiese ocurrido a él.
    Y me gusta como lo ha hecho pero todavía me estoy preguntando como sería una peli basada de verdad en el libro de Priest.

  4. Marc R. Soto dijo:

    A lo mejor es que yo fui a verla completamente virgen, sin haber leído el libro ni nada.

    A mí las sorpresas que comenta Keshner me parecieron también obvias desde el principio o casi, pero al contrario que a él, el ser consciente de ellas me reportó un mayor disfrute de la película.

    Sinceramente, estoy hasta las narices de los jueguecitos y los finales tipo «eh,chicos, nada es lo que parecía». Me crispan.

    Así que verlos desde el principio me ayudó a disfrutar más la película. A ser consciente, por ejemplo, de los sacrificios continuos de Borden.

    En cualquier caso, algunas sorpresas estoy seguro de que no pretendían serlo. Por ejemplo (SPOILERS), ¿acaso alguien pensaba en algún momento que Jackman había muerto realmente? No. Lo dudo mucho. No creo siquiera que esa fuera la pretensión del director. O, ¿alguien dudó por un momento que el magnate fuera el propio Jackman? Pues no, y tampoco creo que fuera la pretensión del director que no lo supiéramos.

    Sí que lo era que no supiéramos lo del hermano pero, a fuer de sincero, creo que el director o el guionista no se esforzaron demasiado en ocultarlo, porque la película funciona perfectamente sabiendo el truco.

    No se, no me parece una película como el sexto sentido, basada únicamente en el giro final, hasta el cual nada tiene sentido.

    Lo dicho, no es una película basada únicamente en las sorpresas, que en realidad solo es una y aun cuando se descubra antes del final, el conocerla -al menos para mi gusto- enriquece el visionado de la película.

  5. cloudXXI dijo:

    Bueno, coincido en casi todo lo que has dicho Nacho.

    Disfrute mucho, mucho, mucho viendola. Ya sabía de que iba desde el minuto cero, no habían sorpresas para mi. Me limite a disfrutar de los actores, de la puesta en escena. De todos los cambios, muy correctos. Me encanto que me desvelara los trucos.

    Sí, es cierto, le falta sutileza. En esto estamos todos de acuerdo.

    Por cierto, Priest parece ir en nuestra línea. Le gusta mucho la película, aunque no completamente.

    Y el momento de «abracadabra» me puso los pelos como escarpias.

    P.D.: Me baje la película en ingles subtitulada. Pero con unos subtitulos muy chapuceros. Por ejemplo, cuando dice: «abracadabra» subtitulan: «soy inocente». Es absolutamente delirante, te ries lo que no está escrito.

  6. cloudXXI dijo:

    Se me olvidaban otros momentos que me encantaron.

    Cuando Angier dispara a Borden. (Creo que no sale en el libro)

    Cuando Borden sabotea el truco de El hombre transportado.

    La película tiene una carga dramática que el libro no tiene.

    ¡Joder, es que recuerdo lo bien que me lo pase y me pongo contento!

  7. Nacho dijo:

    La película tiene una carga dramática que el libro no tiene.

    Hummm. Sí y no. A ver si consigo explicarme. Como dices todos los cambios que se han hecho para la adaptación están orientados a que el contenido dramático de la historia, que estaba en el original, sea «fácilmente» cinematográfico. Por ejemplo, es mucho más sencillo presentar la historia con los dos jóvenes magos como ayudantes de un mago e iniciar pronto su rivalidad que emplear veinte minutos para presentarlos por separado y explicar cómo comenzaban sus problemas:

    (SPOILER del libro)Borden mago amateur visita una de las sesiones de «espiritismo» de Angier (que es como se ganaba la vida), se escandaliza cuando ve el tongo, golpea a la mujer de éste que está embarazada. Ésta sufre un aborto y…(fin del SPOILER)

    Y como éste muchos otros detalles. Resulta más visual, espectacular y directo tratar la historia como han hecho los Nolan que plasmar directamente el libro de Priest, con una carga dramática de otro tipo. A mi modo de ver, al menos, igual de potente (joder, ¡ el gran final!)

    Aunque también presentaba un serio problema a la hora de reflejar a los personajes. Al ser básicamente dos diarios enfrentados, era harto complejo «desencriptar» a Borden y Angier; después de todo, a pesar de los diarios, el film toma la forma de un narrador omnisciente y para eso hay que construir unos caracteres que, en el original, sólo teníamos a partir de cómo se veían a sí mismos (sus descripciones y sus silencios) o cómo aparecían a través de los ojos de su némesis.

    Por cierto, me parece interesante que Iván hable de recreación en vez de adaptación. Es un debate interesante porque, quizás equivocádamente, asociaba la palabra recreación a otro tipo de películas, como por ejemplo lo que hizo Baz Luhrmann con «Romeo y Julieta».

  8. Nacho dijo:

    KesheR -> Me parece bastante razonable lo que planteas aunque en esto opino lo mismo que Marc. Aunque supongo que se explica porque soy un ferviente seguidor de todo tipo de adaptaciones de las que conozco el original, sobre todo las que llevan al cómic novelas, relatos o películas. Y me gusta deleitarme con todo: los puntos en común, los cambios, la estética, los personajes,…

    Eso sí, hay mucha gente que va por detrás de la película y se sorprende. Nosotros fuimos al cine con una chica que no había leído el libro y todo le pilló desprevenida.

  9. Nacho dijo:

    No quería pasar sin dejar de recomendar los dos artículos que Iván Fernández escribió sobre las adaptaciones de Peter Jackson y que publicamos en Cyberdark

    http://www.cyberdark.net/portada.php?edi=6&cod=115

    http://www.cyberdark.net/portada.php?edi=6&cod=267

    Me lo pasé pipa corrigiéndolos y estaría bien que hiciese algo por el estilo con «El Prestigio». Porque además de contundentes y razonados, nos íbamos a reír una jartá.

  10. Iván Fernández Balbuena dijo:

    No me veo con fuerzas para meter en un proyecto asi, tengo mas interiorizado a Tolkien que a Priest.
    En cualquier caso, al haber leido el libro un mes antes de la peli me deje engañar como un chino con muchos de los «trucos» que otros han cogido a la primera. Yo sabia que habia unos gemelos por que eso sale en el libro pero no me di cuenta de que uno se disfrazaba de ayudante y de que el magnate era el otro mago por la sencilla razon de que eso no sale en el libro.
    En fin, ingenuidades mias sobre el concepto adaptacion.

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