Con eso de que mi cumpleaños coincide con los fastos navideños, ésta ha sido la época del año en que, por tradición, además de espiritualmente, me he hecho fuerte materialmente. Hay que sobrevivir el resto del año. Y la cosecha no se ha dado nada mal. Ya no hay juegos de consola (la XBOX empieza a acumular polvo; no hay tiempo), tampoco ropa, sí que han caído artículos de menaje para el nuevo hogar (menos de los pensados),… Y, sobre todo, ha habido bastantes libros. Más de los habituales. Hagamos un repaso:
Una jarra con sistema de filtrado para eliminar impurezas (el agua de Guarnizo tiene unos contenidos de cal exagerados)
- Dos juegos de toallas de baño (uno rosa y otro naranja cyberdark)
- Un cuadro de artesanía costa ricense (una hoja con un loro pintado en bonitos colores)
- Unos vasos de cristal mu potitos
- Un farol para poner en la miniterraza del salón
- Un maletín nuevo para el portátil donde puedo meter también las cosas de clase (en cuanto cargue el ordenata me voy a deslomar; cómo pesa el cabrón cuando está medio lleno)
- Un radio despertador chulo
- DVD de La venganza de los Sith
- Esta pared de hielo, de José María Guelbenzu (Alfaguara)
- Leila.exe, de Hari Kunzru (Alfaguara)
- Días memorables, de Michael Cunningham (El Aleph)
- Contra la oscuridad, de Iain M. Banks (La Factoría de Ideas)
- Jonathan Strange y el Señor Norrell, de Susanne Clarke (Salamandra)
Además me he regalado alguno de esos que no deben faltar en la bibliteca, como los cuentos fantásticos de Bierce, el primer volumen de los cuentos completos de Lovecraft o El consejo de hierro de China Miéville.
Por cierto, una nota sobre este último autor. En la entrada de hace un mes sobre Paz de Gene Wolfe alguien ligado a la editorial Interzona ha dejado un breve comentario que anuncia que van a traducir algo de Miéville. ¿King Rat? ¿Su colección Looking for Jake: Stories? Otra buena noticia para empezar el año.
Yo estoy a medias de «Jonathan Strange… » y, por ahora, es una maravilla.
Jo, me hubiese encantado pillarlo estas vacaciones. Pero los reyes son inflexibles y llegan cuando llegan. Con razón en casa, cuando éramos niños, nos vendimos a Papa Noel durante más de una década. Nos daba dos semanas para disfrutar de los regalos.
Pero lo cojo la semana que viene 😀
Yo también he leído recientemente el Jonathan Strange y es una cosa seria. Un libro de culto: huele a la legua, la verdad.
Yo llevo doscientas páginas del libro y por el momento coincido con vosotros: es buenísimo.