En la tertulia de Santander hemos tenido un pequeño debate sobre el formato del nuevo Artifex. Por un lado está la opinión defendida por la mayoría, que queda resumida en las palabras de Jean Mallart
feos, enanos, demasiado gruesos para su tamaño, con la cubierta posterior doblada en el 90% de los casos, por no hablar de las marcas del pisón de la guillotina
, a lo que se puede añadir un tamaño de letra minúsculo que dificulta en exceso su lectura. Por otro está un servidor que, sin negar que llevan parte de razón, no veo mucha diferencia con la edición previa, más allá del evidente cambio de imagen. La letra, sin sacar la regla, parece que tiene el mismo tamaño, y el formato no me ha parecido especialmente incómodo. Es menos «agradable», el lomo se me ha cuarteado levemente al «usarlo» (aunque el margen interno es mayor), pero se lee bien, es similar a otros bolsillos presentes en nuestras librerías y supone una solución interesante para la publicación de relatos. El precio es ajustado y tiene una imagen atrayente, ideal para captar a nuevos lectores, motivo detrás del cambio (más la normalización con los otros títulos de bolsillo de la casa, como Semillas de tiempo y Paura).
Ahora bien, como apuntaban Marc R. Soto o Álvaro Muñiz, desde el cambio de distribuidora llevado a cabo por Bibliópolis hace unos meses con el objetivo de tener una mejor gestión de sus productos, es imposible encontrar ninguno de estos títulos de bolsillo en Santander (el «territorio» que conocemos). Aunque parezca triste, así como los segunda época o Semillas de tiempo se podían encontrar con relativa facilidad en tres o cuatro tiendas, el primer número de esta tercera época todavía no ha dado señales de vida. Y el Paura se volatilizó silenciosamente de las estanterías. Esperemos que esta situación sea una excepción local (en las grandes ciudades se puede encontrar en todos los sitios), fruto de un extraño complot de los duendes de la distribución contra nuestra tierruca, y se corrija en las próximas entregas de las cabeceras apuntadas. Porque si no la búsqueda de nuevos lectores va a tener un resultado igual productivo que el de los inspectores de la ONU en Irak.
Sobre el contenido, les remito (homenaje a Miquel Barceló) a una próxima reseña de El Rincón, un mes de estos. Como adelanto, me ha parecido un producto grato y provechoso, muy útil para seguirle la pista a nuestros mejores autores de fantástico.