Haciendo el calentamiento en el gimnasio, mientras me machacaba un poco en la bicicleta poniendo a tono los músculos activando la circulación, me he acordado no sé por qué de un tebeo al que tengo mucho aprecio desde hace una década, cuando comencé a seguirlo en inglés a través de unos gloriosos tomos recopilatorios. El tebeo en cuestión es Bone, una creación de Jeff Smith que debiera ser mucho más conocido (parece mentira que los últimos bodrios de Ibáñez o cantidad de estúpidos mangas vendan incomparablemente más).
Pocos tebeos me he encontrado tan accesibles como éste. Una mezcla excelente entre los grandes clásicos de la Disney, las gloriosas historias del Pato Donald (y, posteriormente, el tío Gilito) de Carl Barks o Don Rosa, las historias de funny animals de Walt Kelly y la mejor fantasía medieval juvenil, desarrollado con una narrativa gráfica prodigiosa.
Uno de los momentos más celebrados, el primero en venirme a la mente, se encuentra en el número 2 de la colección. En él Phone Bone, cándido protagonista del tebeo, después de salvar a unas pequeñas zarigüellas de las manos de las Rat Creatures (en la traducción, monstrorratas), es perseguido por dos de ellas con unas consecuencias hilarantes. He aquí el extracto.
Las páginas anteriores y posteriores se pueden seguir en el siguiente enlace
No dudo de la calidad de Bone, que me enganchó desde que los chicos de Dude comenzaron a publicarlo -a matacaballo, por desgracia- en castellano.
Sin embargo, no hace ni un mes que me leí de una tacada los siete números finales de la larguísima saga de El Señor de las Langostas y lo cierto es que me han decepcionado tanto su resolución como el giro hacía la fantasía épica que Smith ha dado a la saga.
El dibujo, por supuesto, sigue siendo superior (por lo que atañe a los «funny animals», claro, que cuando dibuja a los humanos Jeff Smith deja bastante que desear), pero añoro esos chispeantes primeros números de los que has entresacado la genial secuencia de las mostrarratas.
Yo lo dejé justo al final de la saga de Rock Jaw, antes de llegar al desenlace de la primera parte de la serie, porque al publicarse en Español me dediqué a seguirla en nuestro idioma (hay que apoyar estas iniciativas por parte de editoriales pequeñas; y siempre es mejor hacer proselitismo en «cristiano»). Y como estoy esperando a acumular diez o doce números para disfrutarlos todos seguidos, cuentas con ventaja…
De todas formas sí que noto una caída en el interés a la conclusión del arco de Dragonslayer (hacia el nº 27). Y llevas toda la razón en lo de los primeros números; historias como los de la carrera de vacas son difícilmente igualables.