… ahí está el editor de Minotauro para demostrarnos que estábamos equivocados. Mirad si no la novedad que prepara para el mes que viene: 20 historias inquietantes.
Realmente no me causa sorpresa; viendo la deriva de los últimos años, es hasta razonable. Una movimiento espasmódico más a la busca de ese aire en forma de ventas que ellos mismos se han quitado con una política editorial tan errática como desastrosa. Pero me sigue haciendo «daño» que un sello que se caracterizó por publicar tan buena literatura fantástica, parte de la cual todavía se mantiene en catálogo, termine publicando títulos como éste. Para más INRI se tilda a personajes como Íker Jiménez de tener inquietudes renacentistas, cuando su reino es como de 400 o 600 años antes; la era de la oscuridad, la superstición…
Y sí, no se debería hablar de una obra así con tan poca información. Y comentarla contribuye a que sea más conocida. Pero, ¡joder!, que era Minotauro. ¿Por qué no la pegarán un tiro de una vez en vez de torturarla con esta saña? ¿Tan difícil era publicar la antología bajo otro sello? Seguro que hasta vendía más…
Ponerse a buscar información sobre la autodenominada Orden de los Caballeros del Sertao y desear que salga el libro es todo uno.
Lorenzo Fernández Bueno
http://blogs.elcorreodigital.com/magonia/2004/12/9/-los-guardianes-del-secreto-perfecto-manual-la-escritura
Jesús Callejo
http://es.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_Callejo
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?id=207&autor=7&tema=52
Pablo Villarrubia
http://www.vopus.org/es/gnosis-gnosticismo/dimension-desconocida/ovnis-el-informe-del-siglo.html
http://villarrubia.wordpress.com/
¡Qué tarde más entretenida y didáctica estoy pasando! Gracias señor editor de Minotauro XD
Ahora es cuando la decepción empieza a dejar sitio al asco.
Lo vuestro es envidia por el éxito ¡Envidiosos! ¡Malas personas!
Saludos desde la Orden de los caballeros del Sarao
Si le dieron el Marcilla a la Tahoces…
Hay dios mio…. lo siguiente es quitarle la colección de Iker a Plaza y Janes…….
Pues no sé por qué, no me sorprende… me sorprendo de que no me sorprenda, de hecho…
El Iker, Calleja, Lorenzo Fernández, el Pablo Villarrubia, aaag. Desde luego, parece estar toda la brigada cazaovnis al completo. Lo tremendo es la cantidad de buena CiFi y Fantasía a la espera de poder ser editada, por esta Minotauro absolutamente desnaturalizada por Planeta y su búsqueda del euro. Ahora ofrecerán pseudoculturita del cuarto milenio ese…
¿Queréis más leña? Vamos a ello…
Según Scyla:
«Novedades de Minotauro para febrero de 2008:
(…)
Como complemento, Minotauro también publicará «20 historias inquietantes», un conjunto de relatos de temática terrorífica y parapsicológica de varios autores, entre los que están Fernando Jiménez López o Clara Tahoces.»
[Tomado de: http://www.scyla.com/noticias/201/novedades_minotauro_febrero_2008 ]
De los dos autores nombrados, Clara Tahoces ganó el Minotauro hace dos años y, «curiosamente», Fernando Jiménez López es uno de los finalistas de este año.
Además, podemos leer en ociojoven que:
«Fernando Jiménez (Madrid, 1974) es licenciado en Biología por la Universidad Complutense de Madrid.
(…)
Acaba de publicar su primera obra, Un viaje mágico por Egipto, y está trabajando en un thriller histórico que aparecerá próximamente en Minotauro.»
[Tomado de: http://www.ociojoven.com/article/articleview/987425/1/206/ ]
Este año no ha sido el propio autor quien lo ha anunciado en su web, pero casi, casi…
Muy bien Egan, así que Minotauro trabaja sólo por el euro. Genial, es mejor arruinarse publicando «esa cantidad de buena CiFi y Fantasía a la espera de poder ser editada…». Por otra parte ¿Alguno habéis leído algo de Jesús Callejo, uno de los mejores investigadores en leyendas y tradiciones de España o de Pablo Villarrubia, que tiene la mejor obra de investigación publicada en español sobre el mito medieval del Reino del Preste Juan? y lo digo sólo por citar a dos de los nombres aquí mencionados. En fin, que triste.
Pues sí, es triste ver cómo una editorial que se caracterizó a lo largo de toda su historia por publicar a los mejores autores de la ficción fantástica, una herramiente impresionante para hablar de nosotros, caer en manos de tan aquilatados investigadores. Más que nada porque en la progresión que se sigue de nombres como J. G. Ballard, Ursula K. Le Guin, Gene Wolfe, Christopher Priest… ninguno de estos casa ni por asomo. Ni siquiera si se coge los autores españoles que publicaron entre los años 2003 y 2006. Es una cuestión de coherencia. No tiene la más mínima lógica que la misma colección que reedita «Crash», «El mundo sumergido», «Los desposeídos» o «Neuromante» publique ahora esto. Lo lógico sería crear un nuevo sello y publicarlo en él, buscar su propio público.
Perdona nuestra rabia. Supongo que nos sentimos dinosaurios viendo cómo los mamíferos se comen (los que consideramos) nuestros huevos mientras se acerca el meteorito… ese plan de alguna inteligencia extraterrestre para conducir la evolución hasta nosotros. Y sabemos que el «futuro» es suyo…
De todas formas, David, un dato por si lo desconoces. Minotauro sobrevivió casi 50 años vendiendo esos libros que según tú ahora la llevan a la ruina, sobreviviendo a momentos editoriales mucho más problemáticos que el actual. Gracias a las ventas de Tolkien pero también con libros que se han reeditado una y otra vez como «Solaris», «Crónicas marcianas», «Los Desposeídos», «Soy Leyenda»… Con esos ingresos se sufragaban las pérdidas de otros libros que, sí, vendían menos pero, tengo la impresión, más que algunos de los que han publicado los últimos años; y un catálogo que siempre estuvo disponible. La cuestión está en el modelo de negocio al que que han cambiado.
Antes era la editorial globalmente la que contaba; ahora son los títulos individuales. Antes se podía esperar años a recoger beneficios; ahora son seis meses. Antes no se saldaba; ahora sí. Antes se mantenía catálogo; ahora, ¿qué es eso?. Antes se mantenía una coherencia editorial; ahora todo vale. Antes…
A mí no me sorprende, la verdad. Minotauro no es más que otra editorial del sello Planeta que pretende vender cuanto más mejor, no más de lo mejor. Lo que fuera en el pasado, olvídalo, ya no existe. Así que, visto así, el libro tiene toda la lógica del mundo: es como una novela romántica de Ana Rosa Quintana (que iría en el sello de romántica que tenga Planeta, por exquisito que hubiera sido ese sello en el pasado), una novela sobre un grupo musical de gira escrita por los integrantes de cualquier grupo de moda, o una novela carcelaria escrita por Farruquito. Y además venderá, porque lo que vende es el nombre de los autores, más que el libro (de hecho, lo que puede que les haga hacer perder ventas es que los lectores se enteren de que es ficción reconocida como tal, no ficción disfrazada de plausibilidad como hacen en sus medios habituales los autores).
Lo dicho, no me sorprende. De hecho, cada vez me sorprenden menos cosas de las editoriales (y de los lectores que compran ciertos libros) 😛
Para el lector habitual de la extinta Minotauro es una canallada, sin más. Planeta no es que haya pervertido, es que ha destrozado la esencia de la que fue la mejor editorial del género durante décadas en nuestro país. El premio ya ayudó en su día, aunque de manera involuntaria, a cargarse la ciencia ficción española, arrastrando a sus autores hacia la fantasía. Ahora es totalmente intencionado. No sólo se premia a escritores de lo paranormal, sino que se les incluye en antologías dedicadas a temas afines. Sólo alguien con un desconocimiento, una ignorancia brutal podría meter en el mismo saco, publicar juntos en lo que fue un compendio de la flor y nata de la ciencia ficción y la fantasía, a Ballard y Jiménez; literatura con mayúsculas y superstición.
Hay maneras y maneras de buscar la pela. Una cosa es abrir una nueva línea dedicada a lo opuesto, al enemigo de lo que has publicado toda tu vida y te ha hecho grande, y otra intentar incorporarlo como un paso más en la narrativa que vendes habitualmente. Con Porrúa, Minotauro educó al aficionado de la ciencia ficción en la buena literatura; ahora, le propone una inmersión en la subliteratura
Planeta tiene gente pensante que, con estudios de mercado en la mano, deciden hacia dónde ha de ir cada uno de sus tentáculos. No creo que gente tan preparada no se haya dado cuenta de que el lector de Minotauro de toda la vida no sólo no va a comprar esto, sino que lo va a odiar. Así pues, sólo queda una opción. Los que han decidido esto CREEN de verdad que la ciencia ficción, la fantasía y el terror, que el género fantástico ES lo mismo que la parapsicología, que Solaris y los ufos son la misma cosa. Ignorancia supina.
Por mi parte, sólo puedo decir que están en su pleno derecho a hacer lo que quieran, a cambiar el tipo de cliente que supo ganarse durante décadas la editorial por su opuesto. No es nada escandaloso. Es una canallada para sus lectores de toda la vida, pero es algo que vemos cada vez más habitualmente. La literatura no es cultura, es negocio.
Lo que siento es que si sacan el último Gibson tendré que comprarlo, rebuscando en vete tú a saber qué sección.
El día que supe que Planeta compraba Minotauro, tuve la certeza de que Minotauro, tal y como la conocíamos, había muerto. Por tanto, como cosa muerta que es, y tras el disgusto por su fallecimiento, me importa un bledo su futuro, porque sencillamente no tiene futuro. Lo que ahora me importa es su pasado; es decir, su maravilloso, único e imprescindible fondo editorial. De momento, sigue habíendo reediciones, pero ¿hasta cuando? Esta claro que el planteamiento de Planeta es convertir Minotauro en una editorial especializada en el fantástico popular (¿o populachero?). Si lo consigue, el fondo editorial forjado por Porrúa no le servirá para nada, porque sus ventas seguirán siendo irrisorias. Y si no lo consigue, cerrarán el sello y adiós a todas esas maravillosas novelas. Pase lo que pase, nos quedaremos sin lo mejor de la ciencia ficción clásica. Ese es el auténtico desastre y no el hecho de que publiquen libros de Iker & friends.
Ese fondo ya ha desaparecido casi del todo. Basta mirar los saldos y los libros que eliminaron. Yo simpatizo con el cabreo porque tambien crei que esto iba a seguir otro rumbo. Pero es lo mismo que paso cuando compraron Martinez Roca, aunque aqui los libros de La Guerra de las Galaxias son otro tipo de franquicias.
¿Pues sabéis lo que os digo? Que a rey muerto, rey puesto. A pasar de Minotauro y a apoyar a los Porrúas del siglo XXI, los que llevan esas pequeñas editoriales que poco a poco van cubriendo el hueco que deja Minotauro.
Yo le veo, en lo personal, dos facetas a esto. Por una parte la violación completa de aquello que posibilitó el que me desarrollara como aficionado, que duele en el alma precisamente porque uno lleva a cuestas, a modo de caracol, lo que ha leído indistintamente de lo que se es. Además de fandomita se es persona y en ese sentido esta persona es Los Desposeidos y Solaris, El día de los trífidos y Soy leyenda, y es que Minotauro se acabó enquistando más allá de lo propio del fandom. Por eso duele en lo humano, y uno se cabrea, no por razones meramente nostálgicas o por no querer asumir que los años pasan y las cosas cambian.
Lo que ocurre es que todo eso bueno se esconde bajos tópicos nauseabundos, la mística de la búsqueda del euro que menciona Egan no es mala de por sí, sobre todo si tenemos en cuenta de que la añorada Minotauro era también, en lo fundamental, una máquina saca euros. Y esto me lleva al segundo aspecto, y es que se puede ser sacaeuros y al mismo tiempo formar un nicho de lectores/compradores no únicamente compradores.
Por eso cuando uno lee Gothika no puede menos que sentir nuaseas, pero nauseas con cuajos de sangre y bilis. El inmenso arco de posibilidades de lo truñesco se ha ido manifestando con estos tiempos en toda su plenitud, es tan grande el abanico de posibilidad que uno puede encontrar dentro de lo malo sin cortapisas que entran ganas de llorar. Porque lo más triste no es que aparezca otra novela sin calidad de un churrero/a compatriota vendida como si fuera delicatessen, es que se hace a costa de borrar por completo una opción practicamente única.
¿Qué tipo de lectores están haciendo con esa manía por vernos como carteras ambulantes? Si uno prescinde de los nombres y se queda únicamente con los textos la comparación es brutal. Existen abismos entre Scalzi o Tahones y cualquier texto de Wolfe.
Me parece perfecto que se publicen novelas tan malas como Gothika, e incluso que ganen sus pseudopremios, pero el que eso se haga a costa del perder el valor literario creo que es una catástrofe por lo muchísimo que se pierde en términos formativos, porque no es que se desplace esta función sino que se borra de un plumazo.
Y por dios, soy un friki en las chorradas maguferas, lo asumo como el origen primigenio de mis aficciones como fandomitas, sobre todo porque gracias al Ipod lleno mi insomnio a base de Ikeres, Rosas de los vientos o Migueles blancos (especial cariño que le tengo a este, jejeje). Lo cual no quita que aunque no haya leido todo lo de Iker o de Villarubia con lo leido y oído me pueda hacer una idea somera de qué es lo que dan. En primera instancia una falta absoluta de método y rigurosidad, un uso torticero e interesado de términos científicos como «hipótesis», y fundamentalmente un compromiso con la verdad que se asemeja mucho al compromiso actual de Minotauro con la calidad.
Sobre todo esto último.
‘nuff said. Sobre todo cuando dices Existen abismos entre Scalzi o Tahones y cualquier texto de Wolfe. Creo que con esto en los últimos años algunos, entre los que me incluyo, hemos sido bastante permisivos…
Y lo triste es que hemor perdido la última editorial que apostaba por caballos perdedores. Si la editorial de fantástico X hubiese publicado «Pequeño, Grande» de Crowley y hubiese juzgado con las ventas de los primeros años, no habríamos vuelto a leer un libro traducido de Crowley nunca. Sin embargo se mantuvo en distribución, cuando pasaron unos años se le cambió la portada, se volvió a poner en todos los puntos de venta como si fuese una novedad, se esperó a que funcionase el boca a boca… Claro, tenían una salvaguarda que permitía hacer estas cosas (Dick tenga en su gracia a Porrúa por muchas cosas, pero sobre todo porque una vez se le cruzaron por delante ESDLA y Tolkien y no dudó) pero algunos tienen sus exitillos que les podrían permitir hacer cosillas por el estilo. Pero no, aquí sacas una novedad, esperas que se venda solo (que es lo que hacen la mayoría de las editoriales) y como en seis meses no hayas obtenido rédito alguno le pegas el tiro y no volvemos a saber nada de ese autor. Y así tenemos el cementerio, lleno de nombres a los que difícilmente volveremos a ver.
En las preguntas del mes de Diciembre al seleccionador de títulos de Timun Mas / ¿Minotauro?
http://www.scyla.com/noticias/205/entrevista_diciembre_editor_timun_mas_minotauro
Igual el año que viene es el año de Ballard, o Gibson, o Crowley, o Bradbury, o… Y esperemos que este Moody sea un candidato a clásico más firme que alguna de las joyas que nos han hecho descubrir últimamente. Con nombres como Scalzi, Carlson, Audley… no aciertan ni por aproximación. Aunque es desolador que el arte de seleccionar títulos se haya convertido en una especie de vamos a probar suerte…
¿Iker Jiménez renacentista? ¡Jope, cómo está el patio! Claro que no me extraña. Anda que no hay gente que confunde la ciencia ficción y la fantasía con el ocultismo. Sólo hace falta que desde una editorial supuestamente seria promuevan esa idea para acabar de embrollarlo todo. Lamentable, ciertamente, lamentable 🙁
Tremendo sorpresón. Fernando Jiménez López del Oso ha ganado el Minotauro
http://www.abc.es/20090212/cultura-literatura/lopez-gana-premio-minotauro-200902121518.html
Es que, Enric, ahora mismo todo está embrollado. Vivimos una época tal de confusión que los tebeos ya no son tebeos, etc, etc… y no voy a darle más vueltas al tema. Ahora es el todo vale con tal de vender; el dar garrafón ( como decía Kaplan en otro sitio) y clavársela al consumidor, a costa de engañarle y cambiarle el nombre a las cosas. No se trata, desde mi postura, de ser inmovilista, o de aferrarse a los viejos términos; es que si todo vale, yo puedo llamar al gato, liebre, o a la liebre, gato, con tal de arrimar la sardina a mi ascua. Lo siento, pero esa es mi forma de verlo. Al pan, pan y al vino, vino. Todos entendemos que una editorial es un negocio; que se trata de vender libros y sacar pasta. Pero, ¡joder! mantengamos un poco las formas y no nos vendamos por un poco más de plata, por vergüenza o por moda. Confieso que yo me leía libros del padre de este señor que ha ganado el Minotauro, pero, aunque era bien jovencito ( yo) sabía perfectamente lo que me estaba leyendo, y jamás lo confundí con un cuento de Bradbury o una novela de Heinlein.
Mañana aparecerá en Prospectiva una reflexión en este sentido. Espero que os guste.
Por cierto, yo alucino con el grado de atención que reciben los McGufos. Ayer volvía del médico y en el magazine local de Onda Cero de mediodía estaba un señor que había escrito una obra recogiendo ¿25?enigmas que había «contrastado en Cantabria»: apariciones, OVNIs y demás ferralla. Como si hubiese descubierto un castro cántabro en las montañas de Cabuérniga. ¡Qué tristeza de sociedad en el que el periodismo da la misma (o más) importancia a la superstición que a la ciencia!
Bueno, Nacho, es que el periodismo ya no es lo que era. O lo que debería ser…
Para mí lo grave no es la invasión de lo esotérico, sino la toma al asalto de premios y editoriales por un grupo de amiguetes.
Esto ya es la puntilla.