El viaje de Chihiro (postrado ante Miyazaki)

A comienzos de Julio me acerqué al Corte Inglés para comprar mis preceptivas películas de todas las rebajas, ésas que se pueden adquirir con el 35% de descuento o en el 3×2. Cayeron la primera temporada de Babylon 5, que me estoy viendo poco a poco (habrá entrada; sin duda la merece), Los Increíbles y El viaje de Chihiro, la película de Hayao Miyazaki que ganó el Oso de Oro a la Mejor Película del Festival de Berlín hace ahora cuatro años. Después de visionar esta última me he quedado, como casi siempre con las producciones del estudio Ghibli, sin palabras.

Es un hecho que el espectador occidental vive bajo el prejuicio que asocia película de animación a película Disney, dibujos de la Warner,… En resumen, cine con clara vocación infantil. Unas narraciones que acostumbran a seguir un patrón determinado, con unos personajes que remiten a arquetipos fáciles de situar, todo suele estar muy mascadito para que hasta el más imberbe infante lo entienda, cualquier tipo de violencia, muerte, relación amorosa es tratada con una ingenuidad galopante,… Justo la antítesis de lo que se puede encontrar en la cinematografía de Miyazaki. No obstante me gustaría referirme exclusivamente a dos aspectos que me han maravillado de Chihiro.

Primero, al poder evocador y las lecturas tácitas que tiene (algo común a todas sus películas). Cito uno de los ejemplos que se pueden encontrar El viaje de Chihiro. En un momento dado, con Chihiro trabajando en unos baños públicos a los que acuden los viejos dioses para reposar y tomarse un respiro, aparece una inmensa babosa de lodo que produce un asco espantoso. Como nadie quiere atenderla por las arcadas y mareos que despierta, envían a Chihiro a que se encargue de ella. Tras introducirla en la bañera se descubre que tiene clavada una inmensa astilla de madera y, ayudada por el resto de la concurrencia, se la extraen. Pero, para su sorpresa, unida a esa astilla hay una bicicleta, y a esa bicicleta barro, lodo, neumáticos podridos, maquinaria oxidada,… Los típicos productos que podemos toparnos en un vertedero ilegal en el curso de un riachuelo. Resulta que debajo de la babosa está el espíritu de un río que ha sido completamente contaminado por la acción humana y ha mutado de aspecto.

Ahora bien. En ningún momento nos explican qué es lo que ha ocurrido, ni cómo ha sido posible la transformación, ni se enuncia una moraleja concienzadora. Se exponen los hechos y se deja al espectador no sólo la interpretación de lo ocurrido sino, y lo que es más importante, cualquier idea que pueda surgir de ella. Una forma abierta de entender el cine que choca con la enunciada anteriormente.

El segundo motivo sobre el que quería hacer un apunte es cómo se entiende el cine de animación generalista en Japón. Frente a la concepción naif, edulcorada y descafeinada occidental, los japoneses apuestan por un tratamiento diverso en función del tipo de historias que quieren tratar. Así, centrándonos en la obra de Miyazaki, podemos encontrarnos un uso de la acción y la violencia divertido y escapista como en El castillo de Cagliostro, una aventura de Lupin donde los golpes, porrazos, tiros y persecuciones se observan con una perenne sonrisa; otra más próxima a la realidad pero sin sangre, utilizada para acentuar los contenidos maduros de la narración, caso de Porco Rosso, con geniales combates aéreos y una de las mejores peleas a puñetazos de la historia del cine. Dos películas que el espectador occidental dejaría ver a sus hijos porque la visión de hemoglobina es circustancial y la violencia puro cartoon.

Pero también tenemos un film como La princesa Mononoke donde la sangre inunda la pantalla, hay decapitaciones y desmembraciones (todo sea dicho, sin regodearse en ello), se exhibe una violencia primaria explícita y tanto la muerte como la corrupción son monedas de curso corriente. O esta presuntamente infantil Viaje de Chihiro, donde aun siendo esta carga mucho menor, hay un par de seres visualmente acongojantes que producen auténtico asco, alguna que otra escena donde la sangre corre en abundancia y, por el tema y el enfoque, el espectador occidental genera la sensación que no es un film para niños. Mucho me temo que porque la ausencia de buenos y malos tradicionales, sustituidos por personajes atrapados por unos intereses y unas emociones reales como la vida misma, descoloca.

Tengo la sensación que en Japón mayores y pequeños se dan cita en los cines y alrededor de los televisores para disfrutarlas sin complejos, capitulando ante la belleza estética que rebosa cada plano, asumiendo toda la carga conceptual anidada en su argumento, sumergiéndose en su continua alabanza a la naturaleza o la amistad, y reivindicando el uso de la imaginación y la fantasía como mecanismo para cambiar al ser humano y, por extensión, al mundo. En definitiva, rindiendo pleitesía a todos los creadores que giran alrededor del maestro y que tratan al espectador como alguien inteligente que no se limita a degustar el producto al mismo nivel que un vermut en un bar. Beberlo, degustarlo y olvidarlo hasta beber el siguiente. No dejándose llevar por las apariencias ni la superficialidad y analizando el fondo que lo es todo. Por eso cada nueva producción se convierte en un acontecimiento único e irrepetible para aquellos que hemos caído en sus redes. No ha sido por casualidad.

Como comentario al margen, a ver cuándo llega a nuestras tiendas los DVDs de Nausicäa del Valle del Viento, cuya edición llevamos aguardando desde que empezaron a salir los primeros animés en vídeo, y la encantadora Mi vecino Totoro. Una película tranquila, reposada y llena de encanto hecha exprofeso para despertar el niño que todos tenemos dentro.

Esta entrada ha sido publicada en Cine y TV y etiquetada como , , , , , . Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a El viaje de Chihiro (postrado ante Miyazaki)

  1. Alfredo Álamo dijo:

    La primera vez que vi Porco Rosso me dejó completamente alucinado. Creo que fue una de las primeras pelis de anime que vi en el cine y superaba todo lo anterior en dibujos animados. Desde entonces no me pierdo una peli de Miyazaki y he conseguido que mi mujer se vuelva adicta después de ver El viaje de Chihiro. He visto el trailer de la última y ya no me puedo aguantar, a ver cuando la estrenan!

  2. Fran Ontanaya dijo:

    Demasiado tiempo has dejado pasar antes de verla. Muy mal, muy mal.

    Y te olvidas de decir que en ella la magia y la fantasía es algo más que el archiresobado estereotipo medieval de fábula o historia de hadas.

  3. Anna dijo:

    Me parece que las molan un montón y que son las mejores pelis que e visto!!!!!

  4. palletha dijo:

    uuu sisisiisi a mi me gusto mucho mucho la pelicula «el viaje de chihiro» me gustto :la historia sus personajes en toda la peli no se aburre no se muy buena! y chihiro es tan timida media pava xD

Los comentarios están cerrados.