
UIL
Aparte de impartir clase, el profesor en EE.UU. puede involucrarse en otras actividades dentro de la vida de su escuela fuera del horario reglado. A diferencia de España, aquí se busca que el colegio vertebre las actividades extraescolares del alumno, siempre de manera gratuita, implicándoles en una, dos, tres labores adicionales. Así, tenemos los diferentes deportes organizados en tres cuatrimestres (más o menos) para que puedan realizar varios de ellos durante el mismo curso. También es posible unirse a la banda y sus diferentes versiones (jazz, mariachi), a la orquesta, al grupo de teatro, al de debate, discurso, programación, actualidad informativa… Es difícil recordar todo lo que hay. La mayor parte de esas actividades participan en lo que se llama la competición de U.I.L. (University Interscholastic League), un torneo estatal que tiene sus pruebas de preparación, durante el primer semestre y los dos primeros meses del segundo, su fase de distrito (que no solo engloba al distrito educativo sino a varios de los que se encuentran a 30 millas a la redonda), su fase regional y su final con los elegidos de todo Texas.
En mi caso he estado involucrado en el equipo de Ciencias de PSJA North, «entrenando» a los freshmen (estudiantes de noveno grado) en Física, aparte de enseñarles a la mayoría de ellos biología en clase. Además he ayudado a resolver las dudas de Física que tenían varios seniors, el equivalente a nuestro 2º de Bachillerato. Los caballos (tal y como los llamaba mi jefe de departamento), los alumnos con posibilidades de ganar la competición.
Este es un país de incentivos donde todo el trabajo se reconoce, social y económicamente. Como pequeño estipendio, los niños reciben 6 dólares cada vez que participan, que suelen gastar en comida tras celebrarse la competición. Mientras, los sponsors (los profesores que «entrenan» a los niños) en el caso de mi distrito reciben 1000 dólares al final del año, más 60 por cada sábado que acuden a la competición, habiendo un mínimo de días que tienen que presentarse para cobrarlo, y de niños de los que hacerse cargo. Es una cantidad bastante inferior a la que cobra cualquier coach deportivo, pero el ritmo suele ser bastante más relajado y permite tener tiempo libre para preparar las clases. Algo de lo que ellos no van sobrados.
Al principio las pruebas de Ciencias llaman la atención. Consisten en 60 preguntas de Biología, Química y Física, divididas en tres grupos de 20 cada una. Las hay de diversa dificultad (desde lo muy fácil, las menos, hasta otras ciertamente exigentes que requieren que el niño haya tomado los niveles más avanzados de cada asignatura). Y son las mismas para todos; da igual que sean de noveno grado y apenas hayan visto Biología, o de decimosegundo, muchos con amplios conocimientos de las tres áreas. Esto decanta bastante las puntuaciones entre los diversos grupos aunque, también, permite medir el verdadero potencial, hasta el punto que un niño de noveno puede sacar más puntuación que muchos de 10, 11 o, incluso, 12.
La labor con los más jóvenes lleva tiempo. Explicar conceptos de Física de 4º de ESO o 1º Bachillerato a alumnos de 3º de ESO lleva su tiempo. Movimiento circular acelerado, planos inclinados, conservación de momento, caída libre… Más cuando solo pueden venir a «practicar» un día a la semana porque el resto están ocupados con otras de las muchas actividades que realizan. También requiere trabajar la motivación. No es extraño que al principio apenas puedan hacer una sola pregunta, mientras no entienden absolutamente nada de las otras diecinueve porque se escapan a lo que has trabajado hasta el momento o pertenecen a conceptos que no verán hasta dentro de dos o tres años.
Durante todo el año varios de mis freshmen consiguieron «ribbons», menciones de honor entre el cuarto y el sexto puesto, mientras que en la última prueba en la que pudieron participar, el distrito (los freshmen no acuden al regional), uno de ellos consiguió el segundo puesto. Además logró los premios de top Bio y top Physics (máximas puntuaciones en las dos categorías). Probablemente hubiera ganado si tuviera alguna noción de Química, pero dejó esa sección en blanco (en nuestro High School no se cursa Química hasta décimo grado).
En el terreno de la ucronía queda haber ganado también la competición por equipos, pero no pudo ser porque la mayoría se fue ese mismo fin de semana a San Antonio a concursar en una competición de Español a nivel nacional, dejándome el equipo en cuadro y sin posibilidad real de hacer mucho más. Mientras el equipo de seniors pasó al Regional, donde quedaron en segundo lugar y no pudieron participar a nivel del estado. A título individual, un alumno quedó primero del regional en Biología y sexto de todo Texas.
La experiencia ha sido muy positiva. Sacrificas bastantes sábados durante el curso (raro es el día que no tienes que estar antes de las siete en el HS para ir con el autobús escolar, y casi siempre regresas después de las 3 o las 4) pero se agradece el entusiasmo que te transmiten los niños. Después de tener algunas clases realmente duras en las que tienes que dar el 120% para conseguir enganchar a la clase entera, es una recompensa estar una hora extra con estudiantes que desean aprender cosas nuevas. El ambiente es distendido, hay momentos para el humor, se hablan de otras muchas cosas y el tiempo pasa volando.
Para los niños es una experiencia enriquecedora. Se preparan mejor para tomar las clases más avanzadas y, además, les ayuda a enriquecer su currículum; algo fundamental cuando llega el momento de solicitar una beca. Es difícil determinar cuál es la causa y cuál el efecto, pero entre los seniors que han salido este año de PSJA North y que estaban en el equipo hay dos becas Gates Millenium, todos tienen sus estudios pagados sin necesidad de invertir un dólar, y van a acudir a lugares de élite como el MIT, Cornell, Rochester…
No todo el mundo puede decir lo mismo.
Sería interesante exportar algo así a España, pero teniendo en cuenta que allí todo se hace por amor al arte, parece imposible llegar a montarlo durante todo el año. En la parte de Ciencias habrá que seguir conformándose con las Olimpiadas de Matemáticas, Química, Física… que se realizan una vez al año y que apenas se cultivan fuera del aula el resto del curso.
muy interesante, hay colegios en España en que da la sensación de que las actividades extraescolares se centran en el futbol
La mayoría de actividades en España no salen porque no hay suficientes niños interesados en ellas y, por lo tanto, no «compensa» pagar al profesor. Un círculo vicioso. Para que te hagas una idea, en el High donde he y trabajado hay 2300 niños matriculados y raro es que no haya 10 interesados en hacer cualquier cosa. Si a esto le sumas que aquí, por ahora, no se escatima dinero en formar a los alumnos se entiende por qué todo esto sale adelante.