Entrevista a Luis G. Prado en Fantasymundo

AlamutEn las últimas semanas han ido goteando muchas noticias sobre Bibliópolis y las decisiones editoriales que está tomando Luis G. Prado. En Fantasymundo le han hecho una exhaustiva entrevista en la que comenta todas ellas y presenta su nuevo sello editorial, Alamut.

Entrevista a Luis G. Prado en Fantasymundo por Joaquín Toran

Como tengo pendiente un comentario sobre este tema, no digo nada más. Aunque no puedo resistirme a extraer dos brevísimos fragmentos:

Tuve la inmensa suerte de haberme encontrado, desde el principio, con un autor como Sapkowski, que conjuga el ser brillante con el ser extremadamente comercial. Es muy importante haber encontrado unos libros como los suyos que se venden constantemente, porque eso ha permitido financiar los riesgos en los que incurría en la exploración del mercado. Dicho lo cual, mi tendencia es a dar por concluida la exploración de mercado, es decir, a consolidar. Ya han pasado los suficientes años como para haber reunido una información fiable, de la que he concluido que el mercado se ha ido estrechando durante los últimos dos años, lo que me empuja, por lo tanto, a una postura actual más conservadora.

y

Para mí los saldos son una cosa muy perniciosa en la que además no creo, de forma que lo que hemos hecho es destruir los excedentes de almacén o destinarlos a actividades promocionales. Eso significa que no hemos descatalogado ningún título: de aquéllos que nos han sobrado mil, nos hemos deshecho de ochocientos; todavía quedarían doscientos. Asumo que son pocos y que encima no se venden, pero al menos estarán a la completa disponibilidad de los próximos doscientos lectores que se interesen por ellos. Deseo que los libros permanezcan en catálogo todo el tiempo posible, entre otras cosas porque los saldos, no sólo son perniciosos, sino también contraproducentes, porque los libros que ahora se saldan estarán descatalogados en el futuro. Y no se vuelven a encontrar. Es una de las grandes tragedias de la edición española que he podido comprobar por mí mismo y que me ha llevado a adoptar un compromiso para evitar que, en Bibliópolis, pueda producirse algo parecido.

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12 respuestas a Entrevista a Luis G. Prado en Fantasymundo

  1. Kaplan dijo:

    Interesante entrevista. Naturalmente, disiento de la vision que tiene Luis sobre la escasa diferencia entre generos. Para mi, la fantasia y la ciencia ficcion se parecen tanto como una patata a un huevo. Soy consciente tambien de que la entrevista esta realizada por una web de fantasia, pero a pesar de eso… ¡¿¿¿por que, oh dioses, solo habla del polaco y se aleja de la referencia que hace el entrevistador sobre el indiscutiblemente mejor escritor que se haya publicado en Bibliopolis desde sus inicios???! Acabo de terminar Nova Swing, y que grande es Mike. Un mero divertimento suyo tiene mas contenido que diez de esas obras presuntas revolucionarias del genero.

  2. Blake Doyle dijo:

    Pues a mi me da la sensación despues de leer la entrevista, que viene una crisis. A mi parecer, se deja de publicar fantasía para centrarse en publicar para grandes masas (historica, best sellers, etc) y no veo que sea eso algo ni tan siquiera seguro. Vamos que desaparece el riesgo y la oferta en fantasía.

  3. JP dijo:

    Interesante entrevista para entender el momento y funcionamiento del sector editorial.

    Saludos,
    JP
    http://historias-de-jp.blogspot.com

  4. Nacho dijo:

    Kaplan, creo que Luis no generaliza sino que se refiere a lo que le gusta y ha publicado en Bibliópolis. Pone ejemplos claros donde esa frontera está bastante diluida, y podría hablar también de la trilogía de Viriconium. Pero me temo que son libros «quemados»; Bibliópolis se ha terminado convirtiendo en un sello consumido exclusivamente por aficionados y estos huyen de Harrison como de la lepra. Triste pero…

    Blake Doyle, creo que la crisis ya está aquí y con los saldos (habidos y por haber; al loro a los próximos meses) probablemente se agrave. Habrá que ver cuáles son los próximos lanzamientos de Alamut, aunque algo de fantasía habrá. Al menos eso espero después de ver que sigue con Barry Hughart. Y normal que tire de la novela histórica; la inversión debe ser parecida a cualquier novela fantástica, el público es mayor y más estable, le puedes vender el libro a un precio más elevado, no se queja… La que pagará el pato, me temo, será la ciencia ficción 🙁

  5. Mewek dijo:

    Espero que saquen algunos títulos anunciados:
    Los Viajes de Joenes, Un caso de conciencia, Donde solían cantar los dulces pájaros (Hugo 1977), Rito de iniciación de Alexei (Nebula 1968)…

    >creo que la crisis ya está aquí y con los saldos (habidos y por haber; al loro a los próximos meses)

    ¿Alguna pista? 🙂

  6. Fran dijo:

    La entrevista a LG Prado me ha indignado profundamente, sobre todo porque demuestra que, otra editorial más, piensan que los lectores son ovejas estúpidas que sólo sirven para comprar, a los que no se puede recurrir si no es con el engaño de una buena promoción atractivamente publicitaria.

    Bien, yo, al contrario de esas actitudes basadas en la dirección contable de las cuentas empresariales, soy de los que creo que el lector sabe valorar lo bueno. Pero: a) el lector no puede conocer aquello a lo que no tiene acceso; b) aun teniendo acceso, no puede valorar sin criterios; c) nunca tendrá criterios si las editoriales no se acercan al lector sino para vender, vender y vender.

    Porqué no hablan las editoriales de colaborar con las instituciones educativas?? Porqué no trabajar con los libreros para participar con actividades atrallentes en las ferias del libro?? Porqué no otro tipo de actividades además del marcapáginas de siempre, y la firma de libros tradicional?? No hay ideas, no hay voluntades, no hay resultados. La cuenta sale así con facilidad.

    Más sangrante todavía: es más sencillo destruír 800 ejemplares y quedarse tan pancho, que recurrir a otro tipo de fórmulas. ¿Alguién ha pensado, por ejemplo, en donarlos a bibliotecas escolares en barrios con problemas? Qué va!!! Destruyámoslos!!! Si Bradbury levantase la cabeza!!!!

    Y es que las edioriales aún no han descubierto el peso del cliente, del lector, del CRM, de las fórmulas de la apertura de mercados. Mi mercado es estrecho (quizá porqué no hago nada para abrirlo?), el lector sólo compra saldos y basura (será porqué no tiene una cultura ‘bibliófila’ que no se hace de la noche a la mañana?), entonces no vendo, entonces destruyo.

    Estoy hecho un basilisco, indignado y cabreado. A medida que veía el catálogo de Bibliópolis pensaba que la calidad y el esfuerzo estaba por encima. Ahora me doy cuenta que no.

  7. Nacho dijo:

    Planteas una serie de cuestiones que a las editoriales de pequeño y mediano tamaño se les escapan por completo porque su estructura no les permite hacer más, como en el tema de la colaboración con instituciones educativas. Los colegios e institutos (de los que puedo hablar largo y tendido porque es una labor que vivo día a día) son un coto prácticamente cerrado de las grandes editoriales que son las que tienen el poder económico para mover el tema, con sus representantes pateándose los centros ofreciendo sus «productos» (libros, autores, webs, recursos…), sus autores a «sueldo» para hacer la labor de promoción, sus premios de varios millones de pesetas…

    ¿Dónde se abre el mercado? ¿En internet? Está demostrado que, ahora mismo, ni los banners ni los minisites salen a cuenta. ¿Poniendo anuncios en prensa o en revistas especializadas? ¿A qué precio? ¿Sale rentable con una tirada de 1500 o 2000 ejemplares de los que apenas vas a vender la mitad? Vale, utilizas impresión digital y una tirada más pequeña, pero con el sistema actual de distribución y venta, controlado por las grandes editoriales que se pueden permitir el lujo de tirar mucho más de lo que venden, no llegas a cada punto de venta y pierdes los lectores que están ahí, no ven el libro y se compran otro que sí está allí. ¿Te buscas tu propia distribución y te vas a la red, donde las ventas son ahora mismo muy inferiores?

    Y sí, el tema de la destrucción duele. Pero habría que informarse un poco y ver si donar 4000 o 5000 ejemplares de cinco títulos diferentes es tan sencillo como escribirlo aquí en un blog. Si todas las bibliotecas dependiesen de un mismo organismo seguro, pero estando su gestión en manos de los ayuntamientos, diputaciones o gobiernos autónomos…

    Por último, creo que el cuidado y la calidad que ha aportado Bibliópolis y la labor de Luis G. Prado están intactos. Sobre todo porque es de las pocas editoriales que se preocupa por hacer llegar al lector un producto bien editado y tratar a todas las personas que participan en la creación del libro con una profesionalidad que en muchas colecciones que han publicado género brilla por su ausencia.

  8. Anraman dijo:

    No puedo estar de acuerdo contigo, Fran. La verdad es que si alguien quiere ganar dinero con una editorial NO se pone una editorial de cf-fantasía… yo en serio que admiro a los pequeños editores que se han metido en esta aventura teniendo en cuenta la que cayó en los 90…

    Y bueno, se podrá hacer mejor o peor, pero Luis G. Prado es de todos los editores, el que más se ha movido por ampliar ese mercado (¡y lo ha logrado! pero sólo con Sapkowski) creo que si se mira el historial de Bibliopolis en Asturcones, Hispacones, etc. etc. probablemente sea la editorial que más actividades ha planteado… otra cosa es la respuesta que haya habido a esas actividades… la promoción de libros no es cosa fácil y aún lo es menos si no se tienen muchos medios…

    En cuanto a lo de la destrucción de libros, es lo más viejo del mundo. Y cuidado: visto lo visto para el género es mejor eso que recurrir al saldo. Y los lectores no compramos sólo saldos, pero cuando salen nos tiramos como lobos. Que levante la mano el que no lo haga ¿has oído hablar de la teoría del péndulo?

    En fin, no sé, la veo una entrevista en la que el editor cuenta los «baños de realidad» que se ha llevado al meterse en este mundillo… ójala todos los editores fueran así de sinceros.

    Ahora es cuando me cuelgan el sanbenito de «amigo de las editoriales» o algo por el estilo, pero creo que soy simplemente realista, que llevo unos años en esto y he visto derrumbarse muchas expectativas…

  9. Iván Fernández Balbuena dijo:

    Creo que ya se ha dicho lo más importante sobre el tema pero me gustaría contar una experiencia personal para iluminar un poco las cosas. Mi único contacto «profesional» de forma directa con Luis fue la elaboración de la introducción de «Tú, el inmortal» de Zelazny (me temo, uno de los títulos que no ha vendido lo debido). Luis se preocupó por la redacción de esa introducción de una forma total y absoluta, nos vimos un par de veces, nos intercambiámos varios correos, me pasó la nueva traducción del libro, corrigió el artículo conmigo varias veces… Tuve la sensación de que se involucraba mucho por una parte, a que negarlo, poco importante del libro. Pero, lo más importante, prometió pagarme (y bien, todo sea dicho de paso) y cumplió su palabra. Hubo un contrato por medio y se cumplieron todos los plazos.
    Teniendo en cuenta que llevo ya un tiempo en este mundillo y he colaborado con otras editoriales y bastantes iniciativas este ha sido el segundo caso en que me han pagado, el primero fue mucho más sustancioso pero casi tengo que recurrir a la policía para conseguir mi dinero.
    En cualquier caso, baste esta anecdota para decir que ojala hubiera muchos más editores como Luis.

  10. Fran dijo:

    Nada tengo que objetar a la labor del editor. En cuanto a la elaboración y el trabajo de catálogo, ha hecho un trabajo impecable (nada que ver con otros casos). Pero si puedo aportar algunas ideas, a ver que pensais:

    1. Abrir mercado en los centros es posible, por supuesto que si! Empezando porque no se trata de vender lo que venden las mayors, un libro de género no es un recurso pedagógico, ni el profesor o los departamentos son los «compradores». Lo que un libro de género puede vender perfectamente es «interés lector», y tirando de este interés se pueden construír actividades de animación a la lectura, actividades para dar a conocer un autor, una obra, un género…

    2. Las bibliotecas, cierto es, tienen muchos posibles propietarios que exigen intentes esfuerzos y recursos de acceso, pero, ¿quién ha dicho que sea imprescindible hacer el primer esfuerzo en todas partes a la vez?, ¿porqué no empezar proponiendo un programa conjunto de las editoriales «especializadas» a una única institución (por ej.: Mnisterio de Cultura)?, ¿porqué no ir haciendo este trabajo por áreas de mercado potencial? Creo que hablar de que actividades de este tenor son irrealizables es, simplemente, desconocer las estrategias de apertura de mercados.

    3. Cuando me refiero a «donar» ejemplares lo hago en un sentido complejo; vayamos por partes.

    Primero, ‘donar vs. destruír’: como intervención en los precios del producto, contrario a la estrategia del ‘saldo’ que tanto se condena -y estoy de acuerdo, la donación y la destrucción tienen el mismo efecto: el producto sale del mercado por lo que el precio se ajusta a su demanda de igual forma.

    Segundo: ‘donar como aprovechamiento del producto’. ¿Cuanto partido más se le saca a una donación que a una destrucción? Creo que inmensamente más. Titular posible de una noticia: «La editorial X dona 100 ejemplares de sus obras a la escuela Z». Sólo este titular supone un rendimiento del producto, una actividad positiva y gratuita de construcción de marca de la editorial, y una aportación de valor intangible a la empresa, que una destrucción jamás podrá conseguir. Añádesele actividades con ese centro, o en ese colectivo concreto y… tachán! se están dando los primeros pasos para abrir el mercado.

    4. Nada se ha dicho de la posible colaboración con los libreros. Estando como están las pequeñas librerías no me puedo creer que no sean un actor institucional con el que no se pueda colaborar. Insisto, las Ferias del Libro generalistas (no los salones especializados, con un valor marginal cada vez menor por la especialización de público y productos) son una oportunidad inaprovechada. Si las editoriales van, como van, a estas citas… ¿porqué no maximizar el valor de nuestra presencia con actividades que permitan la diferenciación de la industria y el producto? La falta de imaginación en estas Ferias es la ocasión perfecta para que un producto se diferencie.

    5. ¿Donde está el mercado? Estoy de acuerdo en que la impresión digital, internet, incluso los e-books en el corto-medio plazo (hay que estar muy atentos a la experiencia española que representa Bubok) son partes de un mercado; pero no son ‘el mercado’. Se confunden las formas de ‘interactuar’ entre oferta y demanda, con el mercado. Ni son lo mismo, ni son igual. El mercado está donde hay una demanda, y tiene el ancho que tenga la demanda; sólo existirá si hay una oferta e instrumentos que hagan interactuar ambas partes (eso es un mercado). Y si hablamos del CF-Fantasy, el mercado está donde están los lectores. Con lo que vuelvo a 1.: si no hay actividades para ganar cuota o ensanchar mercado -pudiendo hacerse con poco esfuerzo, menos aún si las empresas agregan sus fuerzas- no se puede uno quejar del funcionamiento del mercado. Más si tenemos en cuenta que el mercado es amplio (si diferenciamos los que compran y leen libros, con aquellos que lo hacen la fantasy y la CF), y elástico.

    6. Me quejé, y lo sigo haciendo, de lo antiguas, ineficaces y simples que son las promociones. Insisto en lo mismo. Seamos imaginativos! Ya he dado alguna idea de lo eficaz que sería, y la repercusión que tendrían, acciones de alargamiento de la vida productiva del libro con, por ejemplo, las donaciones. Otras ideas son, por supuesto, igualmente posibles. Además, la imaginación de las ideas ha sido siempre más eficaz (marketing de guerrilla) que las promociones tradicionales. ¿Porqué se sigue apostando por lo mismo de siempre… y por lo mismo que hacen todos?

    7. El mimo al lector. Aún con mayor motivo en una editorial pequeña o que busca ampliar su lugar entre los aficionados al género, la cercanía al lector (estrategia de CRM) es algo inexplorado por las editoriales. Los (nos) tratan como ovejas sin personalidad ni gusto. Somos una masa ingente de compradores, inteligente, si compramos lo que se vende, idiotas si no lo hacemos. Más preguntas que hacerse: ¿qué hacen las editoriales con los correos de los aficionados que se ponen en contacto con ellas?, ¿los responden, los consideran, o los desprecian? -tristemente, lo generalizado es el desprecio. No entraté tampoco en detalle aquí, pero hay numerosísimas estrategias de gestión de clientes que podrían serles utilísimas a las editoriales pequeñas. Y en este mundo ya se sabe que el boca a boca funciona de forma intensa y con efectos sorprendentes.

    En resumen. Que son tantas las formas en las que estas empresas (sobre todo, insisto, las pequeñas) podrían aprovechar sus recursos actuales con una baja inversión (o coste 0, si son esfuerzos conjuntos) y actual positivamente en el mercado que -como amante de este género, de la literatura, y de los libros- me cabreo y me indigno cuando veo ciertas formas de actuar (como la destrucción de los libros, gran necedad hitleriana que el gran Bohumil Habral denunción a alta voz y con el que estoy completamente de acuerdo!). Entiéndanse mis palabras, entonces, no como crítica a nadie, sino como la indignación de quien «sabe» (con estudios y análisis de mercado encima de la mesa) que hay soluciones mejores y más eficaces de hacer las cosas. Sólo se trata de querer jugar a algo más que a mantener equilibrada la cuenta de resultados.

    Un lector.

  11. Nacho dijo:

    Antes de nada, te agradezco el mensaje tan extenso que has escrito porque planteas unas serie de ideas sobre las que merece la pena detenerse a reflexionar. Quizás sería bueno que se las comentases directamente al editor, que seguro pueden interesarle.

    En el punto uno te voy a comentar una experiencia particular que pusimos en marcha desde la Sociedad Fantástica de Cantabria hace un par de años. Con motivo del día del libro, y que José Antonio Cotrina había publicado «La casa de la Colina Negra», montamos una pequeña gira por colegios e insititutos de la región. Dada la premura con la que lo organizamos, los niños no pudieron leerse el libro, que acababa de salir un mes antes, pero el autor nos facilitó una serie de relatos para que los leyesen y trabajasen sobre ellos: ilustraciones, finales alternativos… Yo que sé. Por ahí todo perfecto (como curiosidad, lo conté en
    http://aburreovejas.com/2006/05/02/el-dilema-de-la-lectura-y-las-nuevas-generaciones-y-v-los-escritores-y-los-jovenes/ )

    Pero para que te hagas una idea. Contactamos con el delegado de Santillana de la zona para gestionar todo el tema de transporte entre centros y demás (del alojamiento nos encargamos nosotros; Cotri es de la familia), y causó un poco de extrañeza todo el asunto porque la novela había sido publicada por Alfaguara en una colección que NO ERA DEL PLAN LECTOR, que son las que las editoriales promocionan en los centros. No tengo muy claro cómo fuciona el tema, pero parecía una especie de «herejía» promocionar un libro que no está en ese plan en los centros. Pero como todo estaba montado, era promoción, Cotrina estaba encantado y el profesorado se había comprometido que el año siguiente la novela iba a estar en la lista de lecturas… todo fue coser y cantar.

    No puedo confirmarte si durante el siguiente curso o el de este año se recomendó su lectura en la media docena de centros en los que estuvo, pero no me extrañaría nada que en la mayoría se hubiese quitado porque alguna queja oí sobre la diferencia de precio con el resto de los que se suelen recomendar. Unos 16 euros frente a los 9. Resulta triste decirlo en un país en el que los índices de lectura están como están y se gastan alegremente 50 o 60 euros en juegos de consola que, a veces, no duran ni diez horas. Pero el precio sigue siendo una barrera y si difícilmente se consigue introducir un libro que cuesta 16 euros, no quiero ni pensar lo que sería intentarlo con uno de 18, 19 o 20.

    Dos. Yo creo que aquí está una de las claves de la cuestión (visto desde fuera y sin tener ni puta idea). La ausencia de una asociación de pequeñas editoriales que defienda sus intereses. Aun recuerdo lo ocurrido hace cuatro años con el llamado escándalo Pulp y cómo una editorial compitió de forma ilegal con las demás utilizando una serie de tácticas que le permitía ofrecer sus productos a un precio mucho menor con un margen de ganancia mayor al del resto. Supongo que esto a Planeta, B, Mondadori y compañía les debió de dar lo mismo, pero a las pequeñas, para las que cada venta es importante, seguro que no. Y no se hizo nada porque supongo que iniciar acciones legales tenía un coste que nadie se atrevió a pagar. Si entonces una asociación de editoriales hubiese tomado cartas en el asunto los costes se habrían repartido y se habría mandado una señal: estas cosas no se hacen porque tiene sus consecuencias. Y quien habla de una asociación para esto, se habla para muchas otras cosas que también podrían englobar la promoción o, como dices, la relación con el ministerio para participar en todo tipo de iniciativas.

    (todo desde el más absoluto desconocimiento; igual esa asociación existe; igual la idea es irrealizable)

    Tres Si estoy de acuerdo. O donar x ejemplares a un club de lectura. O hacer bookcrossing. O yo que sé. Pero si no se hace no creo que sea porque gusta ver tus obras, a las que has dedicado tanto tiempo, esfuerzo y dinero, convertidas en papel reciclable.

    Y creo que me estoy alargando demasiado (tengo problemas con el plugin que facilita la vista previa). Coincido con la mayor parte de lo que has escrito después. El marketting tradicional (presentaciones editoriales, marcapáginas, traer autores y demás) no parece que de la respuesta que debiera, y no todas las editoriales se pueden permitir el lujo de empapelar las librerías con decenas de ejemplares de tu último título. Técnica que suele funcionar como se pudo ver con, por ejemplo, «Eragón». Tienen que aguzar el ingenio y buscar caminos alternativos, aunque yo no tengo tan claro que el coste sea cero. Una pequeña editorial, llevada por una o dos personas, tiene que dedicarse a mantener la maquinaria editorial en marcha y no sé si hay tiempo adicional para dedicarse a explorar y explotar otras vías.

    En lo que soy escéptico es que esas ideas realmente aporten el plus adicional de lectores para crear la masa crítica de la que habla Luis en la entrevista. Porque, hablando ya de la temática fantástica, veo al público anclado en sus lecturas de siempre. Se siguen vendiendo los mismos títulos de toda la vida mientras que la mayoría de las novedades pasan desapercibidas, salvo algunas que, recibiendo casi la misma promoción (es decir, cerca de cero) sí que parece que tienen un resultado un poco mejor. Siento ser pesado, pero veo el paisaje amodorrado, con muchas ganas de más de lo mismo, ciego ante títulos que están ahí y a los que no se da una oportunidad ni por asomo. Porque si descubrieron los libros de Geralt de Rivia, no veo por qué no van a descubrir otros muchos de Bibliópolis que han recibido casi la misma promoción. Supongo que el boca a oído no ha funcionado en la misma manera, aunque libros como «La historia de tu vida» o «Los tejedores de cabellos» hayan recibido parabienes en casi todos los sitios…

  12. Fran dijo:

    Muy brevemente:

    1. Experiencias como esas que me cuentas de Cantabria, bien organizadas y con las editoriales pequeñas trabajando juntas, hacen mercado y lectores. De hecho, las promociones por los institutos son cada vez más comunes, ¿porqué?, porque han demostrado tener resultados positivos en el corto plazo, y ganar lectores fieles en el medio-largo. Sobre estas promociones, aunque con matices, os recomiendo el ejemplo de una cinta de cine gallego por los centros de enseñanza de Galicia: Pradolongo. El éxito, seguimiento y penetración del filme es extraordinario. Porqué no probar con promociones análogas?

    2. Particularmente, no creo en el ‘bookcrossing’. Primero de todo, porque igual que se libera un libro, también se «secuestra», y de esa forma podría volver al mercado (con su resultado sobre el precio). La donación es siempre el mecanismo más seguro.

    3. La asociación de editoriales pequeñas es un paso imprescindible. No sólo porque es más eficaz la función de ‘lobby’ y, con ello, la articulación y defensa de sus propios intereses (por ejemplo, frente a las mayors); sino también porque contribuye a poner en marcha acciones de apertura de mercado con reducción de costes, y aumento de la eficacia.

    4. Personalmente, creo que estamos en un mercado muy maduro y con unas editoriales muy novatas, que más que «gestión» saben hablar de «contabilidad financiera», sin «visión» y sin «ambición». Insisto en las muchas oportunidades que se desaprovechan, y precisamente porque soy un amante de esto creo que es una pena, por lo menos, no poner algunas alternativas negro sobre blanco.

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