Como comentaba en la entrada anterior, el miércoles vi Clerks 2 y salí más que satisfecho del cine. Como se suele decir, hacía tiempo que no me reía tanto dentro de una sala. Algo fácil de explicar: soy fan entregado de Kevin Smith, su manera de enfocar la comedia y formo parte de su público ideal; gran parte de las referencias a las que acude una y otra vez para construir una parte sustancial de ellas son las mías.
Y aunque ya me aburra su humor sobre pitos pequeños y pechos al aire, esta vez ha conseguido dosificar a lo largo del metraje diálogos con salero y situaciones agudas, como la habitual charla sobre Star Wars, la sátira brutal de las tres películas de ESDLA, la caña a los blogs o al puritanismo de un gran sector de la sociedad de EE.UU. caracterizada por Elias (el monólogo sobre El amo del calabozo y El guardián de la gruta resulta jocoso), y el número de sexo entre especies. A los que se unen las parodias bien ajustadas de Dos hombres y un destino, los musicales o El silencio de los corderos. Incluso parece que Smith ya ha aprendido a situar y mover la cámara o a hacer el montaje. No obstante no da la sensación que estemos ante un producto muy distinto a las viejas películas del trío Zucker, Abrahams & Zucker, recientemente retomadas por los hermanos Wayans o el propio David Zucker en la serie Scary Moovie. Una burla desaforada en clave friki que más que construir un guión coherente añade parodia tras parodia sin orden ni concierto.
Hablar de un contenido adicional más allá de producir la risa en el espectador y, también, reírse de sí mismo puede parecer excesivo. Queda tan sepultado detrás de la sal gorda, los homenajes, la sátira, las auto referencias,… que sobra. Sin embargo, como ocurre con toda la obra de Smith, sí que hay algo debajo que subyace en toda la narración y que logra salir a flote. Un retrato de una parte significativa de su generación. Retomando la situación del primer Clerks, a través de Dante y Randall nos sitúa ante dos personajes que dejaron de lado una formación, están atrapados en un trabajo no especializado, mal pagado, rutinario, que sienten insatisfactorio, con una vida que en nada se parece a la que habían soñado, que desean volver a una época de su vida mitificada. Y aquí, en vez del instituto (cosa que reflejan bien otras comedias como Beatiful Girls), es la vida en el Quick Stop. Su particular momento de oro.
Sin embargo el final, cuando por fin lo han conseguido, es acojonante. Ahí les tenemos con treintaytantos tacos haciendo el trabajo que tenían diez años antes, en un super abierto de sol a sol con un retorno al blanco y negro que transmite que esa salida que han tomado no es tanto un paso adelante como una vuelta a la casilla del comienzo. Una situación que es una mejora vital, porque cada uno ha conseguido lo que ansiaba, pero también un ¿callejón sin salida? Un punto agrio que nos devuelve el mejor Smith desde Persiguiendo a Amy.
Y lo que tengo ganas de ver es a Smith haciendo una película de superhéroes. Vale que en el cine ha demostrado que no sabe hacer otra cosa, pero en el mundo del tebeo sí que ha sido capaz de construir historias en una clave diferente, como demostró en sus refundaciones de Daredevil o Green Arrow. A ver si alguien se atreve.
A mi particularmente me gustó el «derrumbe» de Randall.
Recordar la epoca del Quick Stop no tanto por sus buenos momentos, sino que todavia era un momento de su vida en la que quedaba esperanza de algo mejor.
Y años más tarde las cosas solo han empeorado, e incluso si se hubieran mantenido solo seria un status quo incomodo…
A mí me llegó a emocionar el último tramo de la película.
De todas formas, siempre hace ilusión reencontrarse con estos personajes.
Smith lleva años intentando que le den el dinero para rodar un super-heroe «Green Hornet».Era una serie de tv sobre un aventurero enmascarado que luchaba contra el crimen. Su ayudante se llamaba Kato y en el papel estaba Bruce Lee.
Lo mejor Elías y los trolls de su novia, menudo «crak».
El final me gustó, ser como siempre has sido, si así eres feliz para que quieres más?
puess… me parece que lo que hace Smith es reflexionar acerca de lo que paso con los que tenian 20 en los 90’s , la epoca del primer clerks, y quizás ver que estan haciendo ahora que tienen 30 y el mundo cambio…