Una de ciencia ficción de Rosa Montero

Presentación de Lágrimas en la lluvia

Presentación de Lágrimas en la lluvia

La semana pasada estuve en el centro cultural antes conocido como Modesto Tapia, ahora CASYC, en la presentación de la última novela de Rosa Montero: Lágrimas en la lluvia. Una obra que se desarrolla en el año 2109 y que ofrece replicantes, aceras rodantes, teleportación, extraterrestres, colonización de otros mundos… Ciencia Ficción con mayúsculas.

Llevo leída la mitad de la novela y, la verdad, me está decepcionando… mucho. Espero escribir una reseña para Prospectiva explicando los motivos, pero vivo su lectura estigmatizado entre dos realidades: la primera, soy un lector de género y apenas hay nada en Lágrimas en la lluvia que no haya visto, mucho mejor desarrollado, en otras novelas de los últimos 30 años. Por el momento apenas salvo a su protagonista, Bruna Husky, un trasunto de la propia autora (durante la presentación se refirió a ella como su heterónimo). Y segundo, no puedo quitarme de la cabeza la idea de que a la autora le ha jugado una mala pasada el hecho de haber escrito una novela de ciencia ficción sin conocer del todo los mecanismos narrativos de este género. Ha trabajado tanto ese futuro a 100 años vista y ha creado una documentación de fondo tan amplia que el narrador omnisciente sobreexplica constantemente qué ha pasado en las últimas décadas, la tecnología que se utiliza, cómo se ha llegado hasta ella… En bruto, sin sutilezas, recargando una narración que se resiente continuamente por ello.

Sin embargo, no es esto a lo que me quería referir. Ya habrá tiempo de valorar a fondo Lágrimas en la lluvia.

Lo valioso para mi tuvo lugar desde que, en el primer momento, Rosa Montero hizo una defensa de la ciencia ficción que bien podría haber escrito un recién llegado a una de esas discusiones tan habituales en las webs especializadas. De ella dijo que era alta literatura; el género que mejor se acerca a los problemas y las inquietudes de nuestra sociedad; que no tiene prácticamente tradición en España; que le ha permitido escribir su novela más personal, donde más ha puesto de sí misma… Y no en una HispaCon, ante los fieles. Lo hizo en un auditorio de más de 150 personas, con una edad media diez o quince años superior a la mía, repleto de gente con multitud de lecturas a su espalda… pero con muy poquitas del género en que se sitúa esta novela. Como ocurrió con el presentador, Guillermo Balbona, al que, no con cierta sorna, la propia Montero le preguntó si le gustaba la ciencia ficción.

Eso es actitud.

Por cierto. Para los que no tienen twitter. ¡Qué bueno el primer episodio de Juego de tronos!

P.D: Quizás el público estuviese formado en su mayoría por otro tipo de fieles, pero esa es otra historia.

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