Huelguistas, «demócratas» y otras gentes de «buen» vivir

Por segunda vez irrumpo el curso natural del blog para comentar un par de hechos ocurridos la pasada semana ajenos a la temática del blog. Intentaré ser breve, conciso y lo menos demagógico posible.

Primero, el lunes se inició a nivel nacional (en tres comunidades autónomas llevábamos ya una semana de paro) una huelga de transporte que terminó 48 horas después tal y como parece gustarle a nuestro actual gobierno: sin atajar el tema a tiempo ni evaluar las consecuencias de las concesiones que se hacen, con mucha sonrisa y alaracas. Pero no quería hablar de esto. Quería señalar la enésima garrulada de los piquetes informativos y su pertinaz ataque a la libertad de un trabajador a hacer su trabajo sin que se le insulte, le rompan la luna del camión, le revienten las ruedas o le quemen su medio de vida. Durante esas 48 horas de paro (semana y dos días en Galicia, Asturias y Cantabria) hemos observado cómo grupos de energúmenos incontrolados con un comportamiento mafioso han llevado estas prácticas al mismo nivel despreciable que otras veces. Parece que su legítimo derecho a hacer huelga está muy por encima del derecho de sus compañeros a no hacerla. Viva la libertad.

El segundo punto que quería mencionar es el del dichoso llamamiento al boicot a empresas catalanas que lleva unos días pululando por la red en formato pdf. No es algo nuevo (el año pasado fue el del cava, también existen mensajes sobre el grupo Mondragón, Pascual, ciertos proveedores de gasolina,…) y el resultado será el mismo: nulo. La gente tiene sentido común y seguirá actuando como hasta ahora sin entrar a valorar de dónde vienen las cosas ni dejarse llevar por la ira de unos individuos guiados por un patrioterismo pueril, retrógrado y reaccionario (u oscuros intereses comerciales) que buscan quebrar una vez más la convivencia que existe entre los habitantes de este país.

No cabe duda que estamos ante el producto de una mente calenturienta más preocupado por sembrar cizaña que por solucionar problemas. Problemas que son su modus vivendi y, todo sea dicho, no están al nivel de la calle, sino que derivan de una clase política y periodística a los que les encanta engendrar crispación y confusión mientras nos utilizan como vulgares soldaditos de plomo en sus batallitas del día a día. Y mira que hay asuntos que podrían suscitar su atención, como el elevado precio del petróleo y las consecuencias a medio y largo plazo, que trascienden el precio del carburante y que nos van a tener cojidos por las pelotas durante unos cuantos años; el problema energético que no se va a solucionar con talante, diálogo y democracia (a no ser que el buen rollo y la sonrisa sean fuentes de energía altamente eficientes); el de la inmigración y su imbricación en nuestra sociedad; lo que se nos viene encima con el protocolo de Kioto; el precio de una vivienda que está llegando a niveles que trascienden lo mefistofélico (con el precio de un alma inmaculada ya no puedes ni pillarte un picadero de 40 metros cuadrados en el centro de una ciudad de tamaño medio); la pertinaz sequía; …

El mundo real sigue viviendo su día a día mientras los que deben velar por su correcto funcionamiento y mejorar su calidad de vida edifican castillitos en el aire sin preocuparse por lo que pueda ocurrir cuando la materia prima que utilizan comience a caer sobre los que nos encontramos debajo.

P.D: Por no hablar del evidente desconocimiento que hay detrás de tan «inteligente» documento, que afecta tanto a las propias empresas como al grado de globalización al que hemos llegado. Por ejemplo al comienzo de la lista figura Respotería Martínez, que tiene su principal centro de fabricación (no sé si el único) en Briviesca, provincia de Burgos. ¿Alguien le envía un mapa al sagaz creador del pdf?

Esta entrada fue publicada en Masturbación mental. Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a Huelguistas, «demócratas» y otras gentes de «buen» vivir

  1. Yarhel (Enric Quílez) dijo:

    Totalmente de acuerdo lo que dices sobre las huelgas. La verdad es que cuando hace tiempo se planteó la posibilidad de legislar al respecto, se montó un jaleo impresionante sobre si se restringiría el derecho de huelga y cosas por el estilo. En fin, que no entiendo por qué ese tipo de prácticas mafiosas se toleran ni por qué cada vez que alguien quiere reivindicar cualquier cosa, se cortan carreteras y todos tan panchos. Lo encuentro vergonzoso. Eso sí que es un ataque a nuestros derechos constitucionales y no las demagogias que corren últimamente por ciertos lares.

    En cuanto a lo de los boicots, también de acuerdo, aunque discrepo en lo de que este tipo de campañas no tienen efecto. Por mucho que quieran hacer ver lo contrario los productores de cava catalán, sí que se notó el efecto del boicot el año pasado en las ventas. En el campo contrario, el boicot que se le hizo en Catalunya a leche Pascual, también tuvo sus efectos. Hasta el punto que sospecho que la terrible inundación de anuncios de dicha marca en TV3 a todas horas pretende restablecer el statu quo por la vía de la publicidad machacona. Aunque sólo es una sospecha.

  2. Nacho dijo:

    Algo del mismo pelaje: puro fundamentalismo aldeano. Entre eso y el mapa de moda, esta gente no parece saber lo que es la convivencia, el respeto,…

  3. jufecha dijo:

    Yo me imagino buscando por todas las librerías las continuaciones de canción de hielo y fuego y en todas ellas la misma contestación:
    «Lo sentimos pero le hemos declarado el boicot a la editorial por ser catalana y no los traemos».
    Una de mis peores pesadillas. :p

Los comentarios están cerrados.