27 de Julio de 2012. Aterrizas en McAllen, Texas, sobre las 23:00 hora local después de un viaje de más de 20 horas con escalas en Nueva York y Dallas. Lo primero que notas es una bofetada de aire caliente mezclado con humedad con el que te das de bruces con tu nueva realidad: un clima pseudotropical donde por el día se alcanzan fácilmente los 38 o 39 ºC, mientras que por la noche apenas se baja de los 30.
Sales al exterior y descubres que el aeropuerto es más pequeño que los que has pisado durante el día más largo de tu vida; la zona de recogida de equipajes es a la antigua, fuera de la zona segura, y las maletas tardan en aparecer un rato. Te metes en un taxi que te lleva al hotel y ves calles amplias, rectas, edificios de una altura muy separados entre sí, palmeras por todos lados… y muchos letreros que te empiezan a sonar: Whataburger, Jack in the box, Budget, Chase, Wendys…
Llegas al hotel, pagas al taxista después de calcular la propina muy por encima y te despides de él en español. Entras en recepción y notas un descenso de temperatura: el aire acondicionado funciona a tope. Te encuentras con una verja metálica que cubre todo el mostrador y un teléfono en el que tienes que marcar el 500 para que bajen a registrarte. Al poco aparece el encargado de noche, un hombre de unos 150 kilos de peso que abre la verja con energía y cambia al español cuando descubre por tu acento (era taaaaaaaaaaaaaaaaan fácil) que el inglés no es tu lengua madre. Tú perseveras por hacerte entender pero no hay manera.
Todo parece en orden, te da la llave de la habitación y vas hasta a ella. Abres la puerta y la temperatura vuelve cambiar. Una ráfaga helado te golpea en la cara y te introduce definitivamente en el otro ambiente en el que vivirás durante el siguiente año: el interior. Aire acondicionado funcionando sin interrupción en casa, en el coche, en el colegio, en los centros comerciales, en los pubs…
Todo el día cambiando de 20º a 34º, pasando por los 22º, los 39º, los 23º, los 35…º y el resto de extremos que hay por enmedio.
Esto es McAllen, Texas, EE.UU.
Bienvenidos a Aburreovejas en tierra extraña.
No jodas ¿te has ido a currar a yankilandia?
Sí. Si sobrevivo, en diez días empiezo a dar clase en un High School de Pharr, Texas. Mitad del horario en español, mitad en inglés. La aventura americana en toda regla.
La virgen… esto si que es un caso grave de fuga de cerebros. Ya es malo que los recién formados se larguen en cuanto puedan, pero que los formadores también emigren…
Joer, vaya clima, uno se imaginaba Tejas como más seco ahí con los arbustos rodantes. La bienvenida muy americana; aire acondicionado y tipos de ciento cincuenta kilos, ambiente Cohen Bros.
El idioma lo tienes dominao antes de que te quieras dar cuenta, es decir, para defenderte sobradamente. Ánimo, que estar en el extrajero solo es un poco duro al principio, a ver que tal tu primer contacto con el sistema educativo usano. Suerte!.
¿Invitarás a alguna chica a la fiesta de graduación?
¿Te enrollarás con la jefa de las animadoras?
¿Te harás amigo del freaki de clase?
Ay, no, que vas de profesor. XD
Ya nos contarás si los tópicos son ciertos.
Suerte.
Tú quieres que me echen a las primeras de cambio :p
La cosa es que aquí se trabaja bastante más que en España. Comenzamos el lunes y mañana todavía tengo que ir a terminar unos asuntos del primer día. Esta sí que es la batalla interminable. Eso sí, todo es mucho más fácil con la gente que tengo en mi departamento, que me está ayudando una barbaridad. Son increibles.
Muchos ánimos, campeón, y ya que estás en tierras del Imperio, aprovecha para contarnos frikadas fandomitas de allá que por estos lares las disfrutaremos.
Un abrazo enorme.
Bueno, a estas alturas ya estarás adaptado del todo. O más bien asimilado. ¿Qué tal esas fajitas y esos burritos? ¿Y el Isaac? A ver qué tal dices ¡yiiiiija!
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