Ayer acudí al I abrazo Santander, una serie de actos culturales organizados por el Colegio de Arquitectos de Cantabria y la Asociación de Vecinos del Cabildo de Arriba. Artistas como Sara Huete, Fernando Valdeón o Eduardo Gruber, poetas como Alberto Santamaría o Rafael Fombellida, el director de teatro Fernando Valcarce, el músico y poeta (y showman) Mario San Miguel… participaron en un completo programa de actividades que llenaron de vida un barrio al que Santander dio la espalda hace décadas. Un lugar en pleno centro de la ciudad que en el imaginario local se tiene como un foco de marginalidad y que vive un momento crucial; o se recupera o nos olvidamos de él y perdemos el último vestigio del casco antiguo de Santander.
De todas las intervenciones plásticas que pude ver me gustaron especialmente «El árbol de las palabras», aquí a la derecha de sus pantallas, obra del artista Jose Luis Mazario y el poeta Alberto Santamaría, que llenó de conocimiento unas escaleras que se caracterizan por ser las más oscuras y sucias de Santander; «Te queremos», del fotógrafo Pablo Hojas, un mural situado en el lateral de la parcela del edificio caído hace año y medio en el que murieron tres personas donde vecinos y paseantes podían dejar escrito un mensaje; y «Sueño de Sotileza», una representación de la actriz Raquel Martín en la que se soñana una quimera: devolver al Cabildo de Arriba el mar que tenía hace un siglo y del que le han ido alejando los sucesivos «rellenos» realizados a lo largo del siglo XX (consigue una maravilla y sucederá lo imposible). De las actuaciones organizadas, por un problema de agenda (pensaba que sería hoy domingo y no ayer sábado), me perdí la inmensa mayoría; sólo pude asistir a sendos conciertos de una coral y un cuarteto de viento y percusión, que estuvieron bastante bien.
Santander no se caracteriza por su vida cultural, basada muchas veces en la actividad de francotiradores que apenas concitan la atención de sus conciudadanos, los medios de comunicación que debieran difundir sus actuaciones y de las autoridades políticas de la región, demasiado centradas en sus patrocinios de siempre. Estas jornadas sirven para reivindicar un compromiso, una idea de ciudad, y para llevar el arte a donde debe estar: a pie de calle, entre la gente. Un aplauso para la asociación vecinal y el Colegio de Arquitectos, que esperamos vuelva a proponer nuevas acciones cuando hayan cargado pilas.
Genial Nacho, una explicación perfecta de lo que quiso ser este primer Abrazo a la ciudad. Santander será lo que los ciudadanos hagamos de ella.
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Opinión del delegado del Gobierno en Cantabria
http://www.eldiariomontanes.es/20090705/santander/destacados/cabildo-necesita-abrazos-20090705.html