Ando por la mitad de Festín de cuervos, leyendo a un ritmo mucho más pausado que las tres novelas anteriores e intentando discernir por qué narices Martin ha roto las reglas que se había marcado. Sin embargo sigo apreciando su talento como contador de historias de la que hablaba ayer Álex Vidal en su blog y cómo nos recuerda, tácita o explícitamente, que por muy mal que vayan las cosas, siempre pueden empeorar. Sino basta recordar este pasaje en el que Samwell Tarly, después de revelar cierto hecho que lo atormenta, se encuentra con uno de sus compañeros de la Guardia de la Noche:
–¿Qué tal, Mortífero? –Dareon se puso a su lado sin advertir la pena de Sam–. Bonita noche, por una vez. Mira, han salido las estrellas. A lo mejor hasta vemos la luna. Puede que ya haya pasado lo peor.
–No. –Sam se limpió la nariz y señaló hacia el sur con un dedo rechoncho, en dirección al lugar donde la oscuridad se hacía más densa–. Allí. –Nada más decirlo, un relámpago hendió el cielo, repentino, silencioso, cegador. Las nubes lejanas brillaron un segundo, montañas sobre montañas, moradas, rojas y amarillas, más altas que el mundo–. Lo peor no ha pasado. Lo peor no ha hecho más que empezar, y no hay final feliz.
–Loados sean los dioses –rio Dareon–. Desde luego, eres un ave de mal agüero.
Supongo que nos podemos ir preparando…
Nota: con lo bonito que sería este final.
A mí tampoco me terminan de convencer estos requiebros tanto en lo narrativo (el dar la voz a demasiados personajes secundarios) ni en la historia en sí (que supongo que es a «esas cosas» a las que te refieres).
Más que nada por el formidable nivel que hasta ese momento había exhibido Martin. Y, p.e. tampoco me cuadra del todo el «cambio» de Jamie Lannister, pero bueno.
Tal vez sea porque todos nos identificamos (tal vez en exceso) con Jon Nieve y Tyrion y por aquí casi ni aparecen.
Pero bueno , habrá que esperar a «Danza de Dragones»
Lo de los personajes secundarios es de traca. Como suele ocurrir con Martin, todo lo que se cuenta es (en cierta forma) «importante» para la narración: cerrar cabos sueltos; abarcar una parte del escenario que, si no, quedaría fuera; preparar cosas para el futuro… Pero creo que se le ha escapado de las manos su retoño. En una novela de 700 páginas, que forma parte de una historia que (tranquilamente) se le va a ir a las 6000 páginas, no se puede marear tanto la perdiz. En este aspecto hay personajes como el de Brienne que se llevan la palma y que podrían haber quedado en un segundo plano.
Pero para mi es mucho peor ver cómo desaparecen esos personajes que citas porque hasta ahora se había mantenido bastante bien la uniformidad estructural. Vale que se introduzcan cartas nuevas en la baraja a medida que algunas de las viejas se retiran porque han quedado «dañadas», pero no puedes decir de forma puntual «ahora me echo unas manos sólo con éstas», cuando las otras, que son igual o todavía más importantes, quedan a un lado apartadas por motivos poco claros.
El tema de Jaime a mi no me descuadra tanto. Después de lo que ha padecido y el panorama que ha visto a su alrededor, me creo la transformación de ese cabrón al que todos recordamos por las cosas que hace por amor.
Y sí, a ver qué tal «Danza de dragones», cuando las grandes figuras retornen al tablero…
Si, coincido contigo al completo con lo de Brienne, Theon o Ned Stark. Que porras,bien podía haberle dado voz a algún otro con peso, como Robb Stark.
Y otra cosa: o Martin se va a currar un final espectacular, o existen demasiados cabos sueltos. ¿Estará pensando en usar según qué personajes para continuar la «mitología» en otra serie de libros?
Jo, debo ser de los pocos a los que Ned les parece un gran personaje (otra cosa es que sea tan tan tan honorable que termine siendo tonto). En lo que no estoy nada de acuerdo es en haber dado protagonismo a Robb: por momentos es un clon de su padre y su acción se nos mostraba a través de Catelyn, un personaje con mucha enjundia.
Después de lo que ocurre con los titiriteros sangrientos en esta novela, creo que cabos sueltos apenas van a quedar: todos los cerdos tendrán su San Martín, sabremos qué ha sido de Benjen Stark, de Nymeria, de El Perro… Paciencia, que hay (al menos) tres novelas por delante.