Mi huelga II

29M Santander

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Recomiendo echarle un vistazo a las 64 páginas que ocupa la reforma laboral de febrero de 2012. En esta sociedad de la desinformación donde lo que se lleva es la lectura sesgada de arrimar el ascua a la sardina (¿hace falta aclarar cuál?), es un acto de objetividad necesario. Aunque sólo sea para reafirmarse en las convicciones propias.

No quiero extenderme demasiado con una valoración personal. Pero sí quería dejar por escrito que durante páginas y más páginas, demasiadas, se centra en eso que la neolengua orwelliana llama flexibilidad. Porque ya sabemos que en España el mundo laboral está anquilosado y hay que adaptarlo a las exigencias del mundo moderno. Da lo mismo que, como quien no quiere la cosa, salte por los aires el imposible equilibrio entre trabajadores y empresario al dinamitar la negociación colectiva hasta límites ¿irreparables? Tampoco parece preocupar que se dé mayor peso a los convenios de empresa, lo que, dado el miedo que ya existe a destacar con reivindicaciones laborales, probablemente conduzca a un mayor deterioro de las condiciones; si se opta por este camino, serán estos los que tengan que negociar directamente en cada centro de trabajo. El principio de taifas aplicado a las relaciones laborales.

Reducciones unilaterales de salarios, y si no despido. Traslado unilateral a otro lugar de trabajo, y si no, despido. Modificación unilateral de la jornada laboral, y si no despido.

Despido, despido, despido…

Obviamente justificado y con la mínima indemnización posible. Incluso a trabajadores que tienen una baja laboral justificada. Poco importa que estas sean intermitentes o que se falte al menos un 20% de los días en dos meses consecutivos. Un justificación es una justificación. De todas todas, una puerta abierta a sondear en la próxima reforma, la haga el partido que la haga.

Las cosas claras

Las cosas claras

Basta ya de ceder derechos como si fuera la única manera de salir de una crisis en la que nos han metido. Basta de reformas que no buscan crear empleo (es triste reconocer que, ante la incapacidad de la casta política para detener la sangría en la medida de sus posibilidades, este llegará cuando las condiciones macroeconómicas mejoren). Basta ya de aumentar la precariedad laboral, de tensar la cuerda por el lado más débil, de potenciar las desigualdades…

Como trabajadores por cuenta ajena, aunque sólo sea para manifestar nuestro rechazo a una parte de esto, esta pésima reforma merece ir a la huelga.

Si perteneces a otro grupo, por ejemplo el de autónomos, quizás debiera preocuparte por qué cada vez (muchos) gastamos menos en aquello que tú nos ofreces. No es sólo por la continua pérdida de poder adquisitivo, año tras año. Qué ocurrirá si se constriñen nuestras condiciones laborales; si aumenta todavía más el miedo a perder nuestros empleos; se reducen nuestros salarios;… Quizás debieras plantearte que esta huelga tiene algo de sentido (sobre este tema, muy interesante el apunte de Carlos Gorostiza en su blog personal. No es una amenaza; es supervivencia). Un mínimo ejemplo, lo que está pasando con el ocio nocturno de Santander.

Y, por detrás, sigue la gestión de la crisis desde la cosa pública. Por qué la reducción del déficit implica sólo recortes o, mayormente, subidas de impuestos indirectos (carburantes, tabaco, alcohol…). La única medida de aumento de impuestos defendible, por su progresividad, la del IRPF, no se ha visto apoyada con la recuperación de otros como el de sucesiones, el aumento del de patrimonio, la implantación de uno a grandes fortunas… Tampoco se potencia la lucha contra el fraude fiscal doblando el número de personas que lo persiguen entre inspectores y jueces (un gasto menor en comparación con el porcentaje de los 70000 millones de euros que se podría recuperar). No se hace nada para solucionar los agujeros que utilizan las multinacionales para no tributar en España. No se eliminan administraciones supérfluas como las diputaciones.

Como diría Llourinho, ¿por qué?

Vale, apretémonos el cinturón. Pero todos en función de nuestra responsabilidad y nuestra capacidad. Es de recibo que sacrifiquemos algo, nuestro sueldo de hoy, para que hoy, y mañana, no nos digan que la mayor parte está a favor de esta reforma que contribuirá a dejar todavía más gente en la calle. Por nosotros, los que son como nosotros, y por los que vengan detrás.

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2 respuestas a Mi huelga II

  1. JM Vanjav dijo:

    Por desgracia no es tu huelga solamente, es la de muchos. Lo más triste es que la mayoría no se han dado cuenta que va con ellos la cosa o que por actuar como ovejas no les va a librar de ir al matadero. No se que es peor, si ignorar la realidad o no darse cuenta de ella.
    Yo esperaré a después la «mani» de esta tarde para hacer mi crítica. En la anterior huelga me quedé con las ganas, pero si presumimos de adultos hay cosas que debemos ver por nosotros mismos, eso me disipo, en parte, el mal estar.

  2. Frankie Egan dijo:

    Lo de las diputaciones es porque, al haber ganado las elecciones generales, los peperos tienen metida ahí mucha gente con carnet. Y lo del fraude fiscal de plutócratas y grandes empresas es de escándalo. Casi parece tema tabú. Y mira que habría para cubrir todo el déficit dichoso ese. Qué malo es, por cierto, ser tan solo una colonia marginal de Bruselas y «los mercados».

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