Quiero decir, las quinientas personas o mil o cuantas haya en una sala, ¿cómo se enfrentan a una película como esa? Hay demasiado sentido común flotando en la sala, y para enfrentarse a una película como esa hay que dejar a un lado el sentido común, algo más fácil de hacer cuando estás a solas. Roza lo… radical, cualquier película que, no sé, te exija privacidad, porque es como, sabes…, una obra como esa convierte el sentido común en algo completamente irrelevante, y por tanto sólo quedáis tú y ella, a solas en casa mejor que en la sala con toda aquella gente, pues mientras la ves es como si estuvieses desnuda y no puedes estar desnuda de esa manera con extraños, ni siquiera puedes soportar la idea de estarlo, y sabes que después de haberla terminado, mucho más con una película como esa que no cualquier bodrio estúpido de terror, va a haber algún marrón siniestro esperando al fondo de la escalera… de ahí que no pudiera dormir. Esa película es como un fantasma. La ves a solas y te conviertes en la cosa o persona acosada por ella.
Pág 270 – Zeroville
Steve Erickson (Traducción de José Luis Amores)
Pálido Fuego