Desde la placidez del Centro de Educación Ambiental de Caja Cantabria, mientras los alumnos disfrutan de sendas excursiones por la ribera del río Ebro o los pueblecitos de los alrededores de Polientes, me doy cuen que hoy cumple seis añitos Aburreovejas.
¡Cheers!
Haciendo una breve valoración, el último año fue, de nuevo, escasito en cuanto a contenidos (apenas 56 entradas) y también en cuanto a esfuerzo (si quito vídeos, algunos comentarios breves sobre notas de prensa, actualizaciones de Prospectiva… me quedo en poco más de 30 con sustancia). Volatilizado el ardor guerrero de los dos primeros años, con las armas entregadas a otro proyecto que necesita del tiempo que antes dedicaba a este blog, y con lo fácil que es afirmar ciertas ideas en Twitter, se entiende el origen de esta situación.
También es necesario comentar que los textos han pasado de un perfil claramente genérico a otro más abierto, como atestiguan las reseñas de novela negra de los últimos meses. He destinado la mayor parte del género a Prospectiva pero, también, he perdido el pudor a comentar obras de géneros que controlo mucho menos. Como consecuencia, ha llegado la inevitable mengua en el número de visitantes únicos diarios. Ahora mismo claramente por debajo de los 100 incluso los días que hay novedades.
Evolución, que se llama.
En todo caso, aquí comienza la séptima temporada de Aburreovejas. Stay tuned.
Nota: La foto lleva por título “Loungin…” y es de Nana B. Agyei. Vía flickrCC.
¡enhorabuena! Espero que pases bien estos días por Polientes. Yo pasé por allí cuando era un crío, como media Cantabria, supongo 😀
¡Pues, adelante! Otro añito en la brecha.
feliz cumpleaños, que cumplas muchos más
Muchas gracias, chicos.
Y sí, Padawan. Pasamos unas cuantas decenas de miles de cántabros, y la experiencia sigue siendo maravillosa. Lo curioso es que apenas han cambiado las dinámicas. Para que te hagas una idea, los bocatas de nocilla siguen triunfando por las tardes mientras que en el desayuno siguen ofreciendo paté (aunque los niños casi no lo comen). Mismos horarios, mismas marchas…