El adepto de la reina

El adepto de la reina

El adepto de la reina

Ha pasado año y medio desde que Rodolfo Martínez publicase su última obra encuadrada en su universo Holmesiano, El heredero de nadie (que espero reseñar próximamente). Fiel a la creatividad de la que ha hecho gala desde mediados de 2004, el año que publicó El sueño del Rey Rojo y La sabiduría de los muertos, no podía terminar 2009 sin publicar una nueva obra, y de la mano de la editorial Sportula se ha autoeditado El adepto de la reina. Una novela que introduce un universo creativo en el que el autor asturiano va a mantenerse por un tiempo.

Su argumento nos ubica en un mundo a mitad de camino entre la fantasía y la ciencia ficción; contiene elementos de ambos géneros sin decantarse definitivamente por uno de ellos. En él sitúa dos grandes bloques de naciones que mantienen una guerra fría más o menos equilibrada hasta que irrumpe una fuerza externa que desestabiliza la situación a través de una serie de atentados que ponen en riesgo la propia esencia del mundo. Para enfrentarse a esta amenaza el servicio secreto de Alboné recurre a su mejor agente, Yáxtor Brandan, que inicia una investigación que le va a llevar hasta el límite de sus capacidades y recursos. Que, dicho de paso, son abundantes.

El escenario de El adepto de la reina nos retrotrae a nuestro propio mundo en los años 50 y 60 del siglo pasado. Las diferentes naciones involucradas recuerdan deliberadamente a EE.UU., la Unión Soviética, El Reino Unido, Japón… incluso existe el reflejo de nuestra España. Aunque aquí la guerra fría tiene un sustrato religioso que le da, de la mano del entorno fantástico, un giro a todo el asunto. El elemento que redefine el escenario son los mensajeros, una especie de nanomáquinas que ciertas personas pueden controlar para realizar proezas de todo tipo, desde comunicarse con cualquier parte del mundo hasta controlar las acciones de otra persona.

Por él se mueve, con la soltura de proxeneta en el barrio chino de cualquier ciudad, Yaxtor Brándan. Un James Bond desacomplejado, la viva imagen del fin justifica los medios. Un agente implacable atestado por mensajeros que controla como nadie, obsesionado por un pasado personal que desconoce y que es utilizado como una herramienta indispensable por los poderes fácticos de Alboné. Un personaje que supone una progresión argumental de otros que le hemos leído a Martínez en el pasado, tanto en novela como en terrenos más cortos, bien tramado y que queda razonablemente expuesto a lo largo de la novela. Progresión que es también observable en una de las constantes fundamentales en su obra: la hibridación temática.

Si en la mencionada El heredero de nadie tocaba también el mundo del espionaje, además del western y las historias de superhéroes, en El adepto de la reina se mezclan la acción total y la ausencia de complejos de las historias de James Bond con la visión más realista y deshumanizada de las novelas del MI6 de John Le Carré. La fantasía épica más tradicional con las narraciones de ciencia ficción que tocan la nanotecnología y los relatos steampunk desarrollados en la época victoriana. Todo ello entretejido sin estridencias, de una manera orgánica, como si fuesen elementos congruentes que siempre hubiesen estado juntos. Algo que otras veces no ha sido así. De esta manera El adepto de la reina se convierte en una novela de acción que, si bien no sorprende en sus planteamientos, depara una lectura vigorosa, desinhibida y repleta de vitalidad.

Un comentario aparte merece el sello Sportula, una editorial creada por el propio Rodolfo Martínez a través de los servicios de impresión y distribución de Amazon. Una iniciativa que le permite al autor dar salida a una serie de libros que pueden no interesar a las editoriales tradicionales y que mantendrá en el mercado una serie de obras que, si no fuese así, quedarían fuera de él una vez agotada su edición. Sobre el libro físico, confieso que me ha sorprendido gratamente el formato: agradable de leer, con una «caja» en condiciones, y aunque hay erratas, no llegan, ni por aproximación, a los que hemos padecido en otras editoriales. Con la ventaja que supone imprimir bajo demanda. En la nueva edición que, creo, ya está disponible la mayoría se han solucionado. Que el libro, además, venga con una preciosa ilustración de cubierta de Alejandro Terán y que cueste apenas 15 euros anima a darle una oportunidad.

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2 respuestas a El adepto de la reina

  1. Earendilion dijo:

    Buen artículo. Has hecho que me entre el gusanillo.

  2. Pingback: El adepto de la reina « Rescepto indablog

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