¿Qué hay más parecido a una novela de Robert J. Sawyer? Algunos lo tenéis en la punta de la lengua: otra novela de Robert J. Sawyer. Supongo que a su público le resultarán placenteras; reconozco que las ideas alrededor de los cuales las hace crecer tienen gancho y la especulación que practica, nivel Muy Interesante, es más fácil de digerir que el jarl más recalcitrante. Sin embargo si se busca algo más, llámese novedad en la exposición o, al menos, un desarrollo a la altura del planteamiento, quedan lejos de ser satisfactorias. Al menos es lo que me ha ocurrido con todas y cada una que he leído. Y ya van un porrón.
Recuerdos del futuro parte de la que es la idea más sugestiva de las que se ha servido: un experimento científico gracias al cual la humanidad entera tiene un vistazo de un par de minutos de sus vidas 20 años en el futuro. El evento tiene su parte catastrófica: se producen multitud de víctimas fortuitas entre los que estaban en la carretera, en aviones aterrizando, subiendo o bajando por escaleras… Pero por otro da pie a una serie de temas que prometen mucho juego; básicamente si el universo en que vivimos es determinista o permite un cierto grado de libre albedrío. Un jugoso debate desestabilizado cuando llega la dura realidad que me revienta cada novela de Sawyer: el escaso dominio sobre sus tramas y la nula variedad de la que hace gala al construirlas.
Durante páginas y más páginas la historia principal y el abismo filosófico que se abre ante los protagonistas desaparecen bajo capas y más capas de la pintura favorita del escritor canadiense: divorciados en el espacio (que Recuerdos del futuro se desarrolle sobre la superficie del planeta es lo de menos). La muerte fortuita de una hija, el trauma que sufre uno de sus protagonistas porque sus padres se divorciaron y tiene miedo repetir su experiencia, el joven científico que pasaba por allí y hace lo posible por conocer a la científica con la que estaba retozando 20 años en el futuro… engullen desde su desmesura y su pésima secuenciación las cuestiones planteadas, en comparación un pequeño hilo secundario. Algo agravado todavía más, si cabe, cuando se aproxima el final y Sawyer introduce tensión con uno de esos giros marca de la casa que transforma la historia en un thriller del montón con sus persecuciones y su malo enajenado buscando venganza. Un recurso narrativo a la altura de los indios que brotan de las paredes para dar emoción en la última película de Indiana Jones.
Aqueja el mismo lastre que el resto de obras que presentó al premio UPC de novela corta y que amplió hasta la extensión de una novela. He leído tres de ellas en ambas versiones («Hélice» – Cambio de esquemas, «Psicoespacio» – Factor de humanidad y «Universo monolítico» – Recuerdos del futuro) y el veredicto es idéntico: novelas cortas centradas en una idea interesante y desarrollos equilibrados, con su parte de drama más o menos exacerbado pero que no se comía la novela, se transforman en un muelle desnaturalizado a base de insuflar hilos secundarios sin ton ni son. Detrás, la cruda realidad de que las historias cortas ya no interesan y sólo las novelas dan los réditos suficientes (a algunos) para permitirse vivir de la escritura. O, por qué no, las ganas extraer el máximo rédito a su obra.
Y antes de que alguien me lapide por masoca, confieso que leo a Sawyer con el mismo oscuro placer con el que disfruto de David Feintuch o David Weber, aunque cambien los motivos. Un poco como tributo al físico que una vez fui, sin demasiado tiempo ni ganas para ponerse a leer ensayos o revistas sobre por dónde van las cosas hoy en día y que busca una historia en la que se den cita un poco de divulgación con algo de especulación «dura». Un mucho porque no he dejado de ser carne de ghetto y necesito solazarme con esos autores candidatos al Hugo que, llegado el momento (que bien puede ser cuando la convención mundial se desarrolla en tu país), ganan por delante de otros que quedan detrás o son olvidados porque no son de los nuestros. No dice nada bueno de mi, pero esto sólo es un blog; el mejor lugar para desnudar las facetas más oscuras de tu alma… de lector.
A mí Hélice me encanta, es uno de los escasos relatos de cf que me han emocionado poco a poco. También es posible que me pillase un poco moñas.
Pero sí, Sawyer se repite como el ajo. Para mí la mejor es Starplex. La primera parte del libro flaquea, pero cuando se mete en super guerras espaciales, flipa.
Juas, tienes toda la razón, es el mejor autor de CF sobre divorciados. La verdad es que en algún momento dejé de comprar sus libros pese a que la mayoría de sus premisas eran muy interesantes por eso mismo. Pero no es el único, por ejemplo le pasa también a Turtledove en «En presencia de mis enemigos» por ejemplo, solo que en su caso aburre a base de partidas de tute subastao o algo así pero más anglo. La verdad es que entrelazar subtramas de manera que todas interesen es un arte, y algunos no lo dominan.
Pareces nuevo, Nacho.
Ji, ji, ji…
Yo ya ni recordaba de qué iba ésta. Sin embargo, leer a Sawyer es casi un rito. Sus novelas son mediocres de narices, pero se leen tan fácil, son de lectura tan agradecida, que procuran un placer malsano. El rollito trekkie de Starplex tenía su aquél, sí. Y discrepo: el mejor escritor de divorciados es Benford, porfavor.
Benford le da mil vueltas a Sawyer, por Dios. Mil vueltas y alguna más. Otra cosa es que, bueno, que sea algo irregular.
No sé si serán mil, pero alguna más si que le daba… De todas formas desde su paso por el universo Asimoviano y la insoportable «Cosmo» (aún recuerdo la frase con la que la resumió un usuario en Cyberdark: «¿Logrará la doctora llevarse a alguien al catre antes del fin de la historia»?) como que le he perdido la pista.
Y sí, enhebrar tramas es algo complicado, aunque en esta línea creo que Robert C. Wilson lo consigue de una manera más aseada que Sawyer. De Turtledove todavía no he leído nada. Tengo por aquí «Agente de Bizancio» a ver qué tal, que me animó mucho la reseña que escribiste para Stardust.
Jajajaja, a mi me pasa exactamente igual. Me mosqueo sempiternamente cada vez que lo leo y sin embargo no puedo negar cierto placer en leerlo. Es curioso porque se han nombrado aquí a otros dos autores con los que me pasa lo mismo: Wilson y Bendford. Supongo que es algo así como una tradición después de Chrichton. Tiene ideas que están bastante bien, pero se empeña en meter forraje de Estrenos TV con tal cabezonería que hasta que no logra acabar con la historia no para.
David Feintuch no sé ni quién es, voy ahora a buscar en cyberdark porque estoy en un momento en el que necesito weberias y cosillas así.
Un abrazo.
Ostras pero si yo he leido las dos novelas de Seafort que publicó hace siglos Timun Más y dejó sin continuar. Maravillosas, en su momento me encantaron una barbaridad, es precisamente ese tipo de novelas «militaristas» (o más bien a lo armada, jeje) las que me gustan. Por series como esa devoro periódicamente toda la serie B que encuentro, en espera de tener un feliz encuentro como este.
Ains qué recuerdos…
¿Se ha seguido publicando? es que como digo yo lo leí cuando terminé la carrera y lo último que supe es que se dejaba de publicar. Oh, me encantaría seguir leyéndola!
La segunda, dentro de lo que es, resulta acojonante: Feintich se lo hace pasar tan mal al protagonista (y cuando digo realmente digo realmente, física y, sobre todo, emocionalmente) que fuerza cualquier tipo de incredulidad/alejamiento que puedas mostrar por el personaje y la serie. Te convierte en su cómplice de por vida. La pena es que después nos quedamos sin más (sí, también hay muchas novelas de este tipo que acaban siendo carne de saldo).
Algún día me leeré la siguiente en inglés, y mira que soy reticente a leer en esta lengua. Pero por esta obra maestra de la ciencia ficción más casposa lo que sea.
Coincido en el diagnóstico general acerca de Sawyer, su condición de lector frecuente de los equivalentes anglosajones del muy interesante, le facilita plantear buenas ideas derivadas de la especulación científica y demás.
Lo malo es que después te somete al coitus interruptus, no sé, se le agota el sentido de la supuesta maravilla a ojos vista y recurre a los recursos del culebrón planito, con los personajes que intrigan y se enfrentan y todo eso tan chachi…
Me cuenta Jean Mallart que la ABC va a adaptar la novela al formato televisivo. Más información en
http://www.sfuniverse.com/2008/12/06/abc-ready-to-flash-forward/