Los 200 títulos de Nova ciencia ficción

Guía de lectura del año 90Hace un par de semanas Jacinto Antón publicó en El País un breve artículo celebrando los 200 títulos alcanzados por Nova ciencia ficción. Una colección que se ha mantenido activa durante cerca de 20 años conservando unas nítidas señas de identidad, con alguna que otra adaptación al medio, y sobreviviendo a uno de los momentos editoriales más duros para el género. En esta entrada no voy a escribir sobre algo tan actual como su programación para los próximos meses, de un perfil similar a la de los últimos años; la tremenda falta de profesionalidad asociada a que, un año más (y van…), el libro más necesario que tienen entre sus próximas novedades haya quedado a la espera: la guía de Barceló; la publicación del libro de relatos seleccionados por Scott Card, de la que, supongo, diré algo más adelante. Prefiero rememorar cómo he vivido los 200 títulos de una colección que, a pesar que lleva años interesándome más bien poquito, es la que más se ajusta a mi vida como lector de ciencia ficción: mi afición comenzó a la par que ella a finales de los años 80.

El primer título de Nova que recuerdo haber leído fue Los viajes de Tuf. Todavía tengo frescas las tres o cuatro tardes de octubre del año 88 en las que, con los bártulos de clase encima de la mesa (había que engañar a mi madre haciendo que estudiaba), lo devoraba relato a relato. Una obra que me descubrió a un contador de historias tremendo del que todavía ando «enamorado» y que me puso sobre el rastro de una colección que por entonces comenzaba a llegar a las librerías. Recuerdo lo que fue leer El juego de Ender y La voz de los muertos, títulos que me leí de dos sentadas y que me llevaron hacia la etapa «necesito más Card», que me condujo hasta sus dos mejores novelas, Esperanza de venado y Maestro cantor, y hacia las obras que me quitaron la «tontería»: La gente del margen y, sobre todo, Ender, El Xenocida. Recuerdo cómo cobré conciencia de lo pésima que era la obra de Frank Herbert a base de tragarme noveluchas como Los creadores de Dios o El dragón en el mar (aunque también ayudaron lo suyo Estrella flagelada y El experimento Dosadi).

Entre sus tomos descubrí clásicos de siempre como Cántico por Leibowitz, obras con todas las papeletas a convertirse en tales (Hyperion, La caída de Hyperion y Cronopaisaje) y otras que no les llegaban a la suela de los zapatos aunque el editor nos los quisiera vender como tales (la antigualla La nube negra, la marciana Radix, la jarl Huevo de dragón…). Aprendí un huevo con la primera guía de lectura, que me puso en el mapa una cantidad enorme de obras por descubrir, incluso de autores tratados con displicencia como Philip K. Dick o Thomas M. Disch. Me aburrí soberanamente con las primeras novelas de Benford del centro galáctico y, raro que es uno, un par de la Bujold. Etc, etc, etc.

Paz interminable (peazo portada)A mediados de los 90 me distancié un tanto de la colección cuando me pegó el ataque cultureta en la época universitaria. Apenas compré algún volumen del premio UPC, la mayor aportación de la colección a la ciencia ficción hecha en España, que mientras evitaba publicar los ganadores del concurso interno para alumnos y profesores de la UPC mantenía una más que aceptable calidad media, y algún que otro título portentoso, como esa joya que era y sigue siendo El círculo de Jericó. Hasta mi «retorno» a finales de la década, justo cuando vino el aciago cambio de imagen, el paso de los volúmenes blancos con portadas tradicionales relacionadas con el contenido y destinados al público especializado, al negro con composiciones generalmente horribles y destinado a atraer a vete tú a saber quién.

Sin embargo desde ese momento fui menos receptivo a los títulos de Nova por un arsenal de motivos en los que me voy a quedar corto. Primero, y no creo que extrañe, mi distanciamiento de la visión de la ciencia ficción defendida por Barceló, fortalecida por la mayoría de los títulos de su colección: la idea y la especulación por encima de todo. El escaso atractivo que (me) genereban los autores que solía publicar mayormente, caso de Card, Bujold, Brin, Benford, Bear, Shefield, Kress, Tepper… La aparición de nuevas colecciones que suplieron los huecos que Nova no había cubierto (o se había negado a cubrir). Tampoco puedo negar que la práctica desaparición de las obras escritas por autores españoles hicieron lo suyo, o la manera en que Barceló encaró (y encara) muchos de sus prólogos. O ciertas políticas editoriales como, primero, los periódicos saldos y, después, dividir de forma artera obras que se podrían haber publicado o en volúmenes únicos o en menos entregas.

Aunque no comparto del todo esa percepción, por otro lado bastante generalizada, de que la comunmente conocida como serie blanca, los cien primeros números de Nova, son de una calidad muy superior a los cien siguientes. Me resulta imposible defender que hitos como Hyperion, El libro del día del juicio final, Un fuego en el abismo, Lo mejor de los premios Nebula o Naufragio en tiempo real han encontrado respuesta en la segunda centena de la colección, en la que me cuesta encontrar títulos equiparables (entre todos los que he leído el único que podría entrar en este grupo es una reedición, Stalker e, igual con otra traducción, La era del diamante). Sin embargo entre esas joyas había otras que no son, ni mucho menos, inferiores al grueso de su producción actual. Incontables libros de gente como Benford, Scott Card, Herbert, Cherryh, Anderson, Kress… que se sitúan al mismo nivel que los de Brin, Bear, Sawyer, Flynn, más Card… con las que se ha mantenido en los últimos años.

IliónEn el fondo lo que a Barceló y a Nova les ha jugado una mala pasada ha sido la pésima situación que ha atravesado la ciencia ficción «oficial» en EE.UU. durante los últimos quince años y que, por el momento, por más que en el artículo de Antón parezca negarlo, se mantiene. Una crisis derivada de cómo ha evolucionado la política editorial impuesta por las grandes editoriales de género estadounidenses (de la que hablaba Charles Platt hace casi 20 años en su ensayo «La violación de la ciencia ficción«) y agravada por la escasa permeabilidad de aquel mercado. No ya para para autores no anglosajones sino para los británicos o los dísculos reacios a introducirse en el círculo del fandom regentado por la SFWA. Y es que, como imagen que ha sido de su conjunto de partida, Nova no ha podido escapar a este destino; lo lleva en la sangre (algo que también se puede ver en cómo la fantasía se ha introducido en su catálogo).

Independientemente de esto, me alegra que la colección siga adelante y de vez en cuando ofrezca volúmenes tan aparentemente atractivos como la antología con la que celebran el aniversario. Y que siga publicando año tras año el volumen del UPC. Y publique libros frescos como el de Jasper Fforde, que introducen un poco de «vida» en su catálogo.

A ver qué tal les va con los cien siguientes.

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14 respuestas a Los 200 títulos de Nova ciencia ficción

  1. Blake Doyle dijo:

    Que recuerdos me has traido a mi mente. Yo también empece a conocer la ciencia ficción con esta colección y más o menos he tenido las mismas etapas y opiniones que describes.

    Empece con el juego de ender y luego la voz de los muertos y todo lo demás fue rodando.

  2. Anraman dijo:

    Lo de la diferencia entre los novas blancos y los posteriores, aparte de que «ya no escriben ciencia ficción como antes», también se debe a que cuando aparece Nova, en el 87 (aunque ese año sólo edita «Ender» y no arranca a un buen ritmo hasta el año siguiente), se dedica a «destilar» títulos de la cosecha de los 80, como es el caso de Ender (1985), Los viajes de Tuf (1986), El orgullo de Chanur (1982), La Guerra de la Paz (1984), etc. y a hacer «rescates» de obras muy anteriores que no habían aparecido en castellano, como es el caso de Misión de Gravedad (1954), y en cierto modo Los Señores de la Instrumentalidad (recopilada en 1979 en inglés).

    Pero luego, conforme avanzan los 90, este «fondo de armario» se va agotando y, con la excepción del clásico anual, la editorial va a las novedades, donde ya no hay tanto bueno donde escoger, no es lo mismo seleccionar de la cosecha de varios años que de la cosecha de un año, no sé si me explico.

    Dio la casualidad de que se cambiara de formato justo después de eso, con lo que los Novas blancos quedaron mitificados para siempre, pero si nos fijamos, los últimos Novas blancos (del número 75 en adelante, por ejemplo) no están a la altura de los primeros.

  3. Iván dijo:

    Sentimentalmente hablando mi corazoncito está más con Nebulae 2ª Época y la serie «negra» de Martínez Roca (es lo que tiene padecer cierta edad). Pero por lo demás estoy de acuerdo con Nacho. Por matizar, diría que la etapa más satisfactoria fueron los primeros volúmenes «blancos» en edición de bolsillo, pero es una apreciación subjetiva. Eso sí, creo que salvo dos o tres excepciones casi todos mis novas los he conseguido de segunda mano o en saldos. Y eso no dice mucho de ninguna editorial.

  4. Anraman dijo:

    Iván, la mayoría de mis Novas también son de segunda mano o en saldos.
    Pero esto no sé si dice mucho de la editorial o bien dice mucho de mi bolsillo 😀

  5. Nacho dijo:

    Cuando me refiero que es la que se ajusta a mi vida como lector de ciencia ficción lo digo por un motivo meramente cronológico. Me siento mucho más cerca de otras colecciones que también leía por aquella época como Minotauro o las desaparecidas Gran Superficción y Ultramar. Aunque durante un buen tiempo Nova estuvo ahí, un poco por detrás, y la seguía con relativa asiduidad (la que me permitía el bolsillo adolescente-universitario).

    […] también se debe a que cuando aparece Nova, en el 87 (aunque ese año sólo edita “Ender” y no arranca a un buen ritmo hasta el año siguiente), se dedica a “destilar” títulos de la cosecha de los 80 […]

    Creo que, más bien, seguían la actualidad de lo que se publicaba en EE.UU. con el lapso mínimo que se mantenía en aquella época, en la que todavía se estaban recuperando libros de décadas pretéritas. Basta recordar cómo Martínez Roca recuperaba Silverbergs de los años 70, Ultramar ídem de ídem… Y sí, el final de los libros blancos es un indicio de por dónde siguieron los tiros en la segunda centena.

    Por cierto, que me parecen curiosas las diferencias que detecto entre el Barceló que publicaba la colección de ciencia ficción B en Libro Amigo, previa a Nova, y el de Nova. Hay continuidad en ciertos autores y títulos (Sheffield, «El juego de Ender», el volumen del premio Nebula del 85), pero después publicó títulos de Ian Watson, Leiber o Silverberg que poquito tenían que ver con lo que posteriormente publicó Nova. O, cáspita, un Dick (la colaboración con Zelazny, «Deus Irae»).

  6. dj dijo:

    Totalmente de acuerdo con la entrada. A mí me pasó lo mismo, durante una temporada dejé de seguir la colección Nova porque todo lo que sacaba (o casi) era hard (el único subgénero que no me gusta). Menos mal que ahora Barceló cojea de vez en cuando y publica algo como lo de Fforde.

  7. Anraman dijo:

    Bueno, por publicar, Barceló ahora publica hasta fantasía. Yo no creo que «cojee». Simplemente Nova en su momento se esforzó por cubrir el «nicho» del hard (estando el soft en terreno de Minotauro) y ahora se llevan otras cosas, además de que hay otras editoriales que también publican hard.

    Aunque por otra parte justo es reconocer que por cubrir el hard no se limitó sólo al hard. No creo que Orson Scott Card o Cordwainer Smith sean hard. Jo, si buena parte del volumen «Lo mejor de los premios Nebula» es, de hecho, New Wave.

  8. Nacho dijo:

    ¡Ooops!, se me pasó hablar de Cordwainer Smith y alabar la labor realizada por Barceló y Nova publicando sus cuentos completos. Aunque leí nada más salir el primer volumen de sus cuentos completos (y algún relato suelto, como «El planeta de las tormentas») y me pareció superñoño. Tanto que aunque tengo el resto no los he tocado, a la espera de darles otra oportunidad. Si gente como Capanna o Mallorquí hablan tan bien de él es por algo.

  9. kalsby dijo:

    Hablando del imprescindible «Lo mejor de los premios Nebula», parece que se va a publicar en edición de bolsillo en dos volúmenes. Yo ya he visto el primero a la venta.

  10. Yo también creo que los primeros Nova son mejores que los posteriores, aunque ello no es óbice para denostarlos. También creo que la selección de los títulos publicados los últimos años es bastante discutible y que se ha tirado básicamente de premios y de los autores de la casa, aunque también es verdad que se ha optado por alguna apuesta original.

    También me pregunto si realmente la bajada de calidad de los últimos Nova obedece a cuestiones de criterio en la selección o bien es un reflejo de lo que se está publicando en la actualidad (Platt dixit).

    Yo debo reconocer que lo último que estoy leyendo de actualidad en el género no me suele entusiasmar demasiado, ni si quiera en la narrativa breve, que es mi favorita. Algo huele a podrido en el sur de Dinamarca…

  11. Gabino dijo:

    Pues yo soy asiduo a esta serie desde sus primeros números y no hay año que pase sin que compre al menos un par o tres de volúmenes. En particular, nunca me pierdo el de los premios UPC. Si estos volúmenes se publicaran en inglés y en EEUU no dudo que algunas nominaciones a Hugo o Nébula tuvieran aquí su origen. En el número 200 de Nova Orson Scott Card ha presentado una selección de historias cortas que, con todo lo buenas que son, en mi opinión están al mismo nivel que muchas de las ganadoras del premio UPC. Y bravo por Barceló, que nos trae novelas ‘del año’ sin esperar que pase el tiempo para que las juzge !!! las juzgamos nosotros !!!

  12. Jose Enrique dijo:

    Caballero….con todos mis respetos…si Huevo de Dragón, y su continuación Estrellamoto no le gustaron…no puedo más que dudar de su criterio acerca de lo que es la estrella ficción (o sospechar que es un lector sin formación en ciencias, lo que haría que una obra tan «hard» no fuera de su agrado). Atentamente… J.E

  13. Nacho dijo:

    Caballero… con todos mis respetos… no sé si recuerda aquello de la ignorancia y el atrevimiento. Pero tengo un papel que dice que soy licenciado en Ciencias Físicas, especialidad Física Fundamental. Critique mis gustos literarios pero no juegue a las adivinanzas. Atentamente… Aburreovejas.

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