Caso verídico.
Tienes un hijo que es un maula y apunta a magano integral. No aprueba la religión ni de chiripa y tiene el cerebro orientado permanentemente hacia la payasada sin gracia. Para «motivarle» y que «cambie» su actitud le das lo que te pide: una moto. Va el niño y, al mes y medio, coge la moto y la estrella de forma imprudente contra un coche. Se salva con algunas magulladuras y unos fuertes golpes en pierna y cuello que le obligan a llevar muletas y collarín durante un tiempo.
¿Qué haces?
Nada de lo que están pensando. Literalmente, le compras una moto mejor.
Así son las cosas, y así nos van a ir en el futuro.